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SUPLEMENTO ASTURIAS   -  AGOSTO 2004

SUSANA PEREZ ALONSO


SUSANA PEREZ ALONSO
Escritora

 Mirando a los Ojos

Después del éxito editorial por su obra "Nada te turbe", esta escritora asturiana nos sorprende con su reciente libro de narrativa femenina "Nunca miras mis manos", en donde el amor y el desamor se convierten en el hilo conductor de la trama.


Texto y foto: Lupercio González

Susana Pérez-Alonso ha sido finalista del premio La Sonrisa Vertical en el año 2000 con su novela erótica Mandarina. Su sueño era haber sido médica, pero al final se hizo graduada social y procuradora a los tribunales. Su pasión la tiene puesta en la literatura, pero sin mitificaciones. La inteligencia emocional es lo suyo.

-Se dice que los ojos son el espejo del alma y su novela la titula "Nunca miras mis manos". ¿Qué reflejan las manos?
-Creo que miramos muy poco a la gente que tenemos cerca, y nos miran poco también. El título es por esto. Yo soy una persona de las de dar la mano fuerte y mirar a los ojos, pero eso de que los ojos no engañan, lo temo. Como digo en la novela: los ojos de ella que nunca lo engañaron y al final terminan engañando. También te pueden acariciar los ojos pero una caricia de las manos, un detalle con la persona con la que vives, un comentario agradable, eso es muy importante y desgraciadamente es algo que se perdió. Yo creo que la entrada de la mujer en el mundo laboral de esa manera brutal, seguramente por culpa del sistema y de los hombres, la ha hecho desprenderse de los sentimientos que tenía. Eso hace mucho más difíciles las relaciones. Cuando trabajan los dos en la pareja y llegan los dos estresados a casa, llega un momento que eso no se soporta. El reposo del guerrero, yo creo que es lo que piden ahora muchas mujeres, porque no pueden con la vida.

-¿Esta novela refleja lo que viven internamente muchas mujeres y no se atreven a contar?
-Creo que sí. Yo siempre viví en un mundo de hombres y trabajé en un mundo de hombres. Tienes que ser más dura, más fuerte, saltar más alto, correr mucho más que ellos y encima no tener ni culo, ni tripa e ir perfectamente peinada. La mujer termina tapando cualquier sentimiento porque se convierte en su punto débil y esto es una equivocación. En mis trabajos -no sé si esto es vanidad, pero creo que es cierto- he puesto mucho interés, y mucho trabajo, y mucha resistencia siempre, pero no porque tuviera que competir con nadie sino porque mi padre me educó así. Cuando era pequeña y cogía apuntes, si los pasaba a limpio y tenía un tachón a mitad de la página ya no servían. Lo rompía y volvía a empezar. Eso era una disciplina demasiado férrea, pero no tenía nada que ver con el mundo masculino. Más adelante, cuando llega la edad laboral y entras en el mundo masculino, creo que hay una terrible tendencia a copiar los valores de los hombres que durante años criticamos las mujeres. Hay que empezar una nueva revolución, que es la del sentimiento. No podemos perder la seña de identidad de la mujer, que yo creo que nos hace superiores al hombre, porque a lo mejor somos capaces de sentir más. Esto es lo que se cuenta en la novela. Ella, llega un momento en que no pone barrera ni al sexo ni al sentimiento, mientras que el hombre de la novela está poniendo permanentemente barreras al sentimiento. Yo creo que es una cosa que hacen muchos hombres, sobre todo a determinada edad.

 "Escribo como hablo, sin complejos, poniendo lo que pienso, y estoy convencida de que eso llega a la gente"

-¿Qué no se atreven a mirar los hombres de la mujer?
-Creo que la cabeza y el corazón; no les interesa, porque si lo hacen saben que pueden quedar enganchados. Los sentimientos no interesan. Aplican una racionalidad mal entendida, porque al final lo que quieren es una relación que los llene plenamente, pero que nunca sea del todo.

-En esta novela hace una defensa de los sentimientos por encima de todo. ¿No crees que éstos nublan la razón?
-Creo que no. El sentimiento es necesario para vivir, incluso incluyendo como sentimiento el odio, que está encadenado profundamente al amor. Lo bueno es mezclar, porque todo es necesario. No se puede vivir sólo con el corazón ni tampoco sólo con la razón. Sería lamentable.

-Hay quien dice que el amor es la razón clara y fría. ¿Qué opinas?
-A mi entender el amor es lo mejor que le puede pasar a una persona en esta vida, salga bien o mal. Es un riesgo que hay que asumir, pero el amor hay que buscarlo. Vivir sin la esperanza de encontrar el amor y la pasión, en el fondo no compensa.

-Cuando se habla de liberación de la mujer, se habla mucho de las civilizaciones orientales, pero ¿qué burka tiene que quitarse la mujer occidental?
-Nosotras no podemos andar toda la vida con una máscara, creyendo que somos las mejores, las más machos, como si fuésemos tíos. A mi no me da vergüenza llorar en determinadas situaciones, pero tampoco hay que ser unos llorones. A nivel personal creo que hay que dejar el sentimiento al descubierto, y olvidarse de esa manía de estar tapando todo el día que quieres mucho a tus hijos o que quieres mucho a un señor. Es curioso, los homosexuales lo hacen de una manera natural. Pienso que ese es el burka que nos tenemos que quitar. La mujer se tiene que liberar de muchos tabús, se tiene que plantear lo que quiere hacer y lo que quiere ser. Se tiene que liberar de sí misma. Hay que luchar, más que contra una misma, contra la cultura que nos quieren imponer. Siempre criticamos que los hombres iban de cama en cama y ahora resulta que la liberación de la mujer consiste en esto mismo. Ni me tienen que reprimir, ni me tienen que convertir en una ninfómana.

"No se puede vivir sólo con el corazón ni tampoco sólo con la razón. Sería lamentable"

-La aventura de cada persona, ¿por dónde empieza?
-Pues por tirar por una calle por la que a lo mejor nunca tiraste. Para entrar en una aventura de cualquier tipo hay que estar preparados. Para empezar a escribir, por ejemplo, tienes que tener una preparación, no literaria, sino moral y personal. Tienes que tener unos valores, da igual que sea en la literatura, en el amor, en el trabajo. Empieza por conocerte a ti misma, por poner unos límites y por la ética. La ética y la moral son cosas importantes.

-¿Realmente hay una literatura escrita por hombres y otra por mujeres?
-Sí que la hay. Además interesa, porque las mujeres leen mucho más y hoy tienen un poder adquisitivo que no tenían antes, con lo cual son un "chollo" de mercado.

-El escritor, ¿se vende a las editoriales o a los lectores?
-Yo creo que no te tienes que vender a nadie, eso como premisa. Recibes muchas presiones cuando vendes muchos libros, porque cuanto más vas subiendo, más agobiante resulta, pero como te vendas estás perdido. Un escritor no se debe vender a nadie, porque si no mal escritor sería. Y eso que dentro de cada novela va una ideología, eso lo tengo clarísimo. Cuando las escribes no te das cuenta, pero sí cuando las leo a lo largo del tiempo. Esto también es una aventura vital. Yo nunca me vendí a nadie. No es cuestión de presumir, pero supongo que, como todo el mundo, tengo un precio, pero nunca me vi obligada a pagarlo.

"Creo que hay una terrible tendencia a copiar los valores de los hombres que durante años criticamos las mujeres"

-¿El cambio político que ha habido en nuestro país va a favorecer que se pueda escribir y respirar con otro aire?
-Eso no tiene nada que ver, sólo son disculpas que pone la gente que no es capaz de hacer nada sin subvenciones. No hay más que ver la toma de posesión de la Ministra de Cultura, cómo estaban los de siempre allí chupando del bote. A veces se le está poniendo una etiqueta al Partido Popular que tampoco se merece. Yo soy socialista con carnet del partido, pero escribo igual de libre con el Partido Popular que con el Partido Socialista, porque esto no es una dictadura. Esto no es Chile, ni tampoco es Argentina. El que escribe, escribe, y los editores se lo van a editar igual. Eso de que sólo la intelectualidad pertenece a la izquierda es una cosa absurda y ridícula. Tanto unos como otros tienen intereses creados. La cultura no va a tener ningún cambio por mucho que se pongan.

-Para cocinar una buena novela, ¿qué ingredientes necesita?
-Hay que escribir con el corazón y poniendo exactamente lo que se siente. Lógicamente hay una ortografía y unos criterios básicos, pero hay que sentir y tener algo que contar. Yo creo que escribo como hablo, sin complejos, poniendo lo que pienso, y estoy convencida de que esto llega a la gente. En una novela hay que intentar escribir como se habla y como te salga, no con el diccionario buscando una palabrería que no está. Y un secreto: que la gente pueda entenderlo todo. Cuanto más complicado lo quieren hacer estos autores modernos, la terminan de chingar, como dicen en Méjico. ∆

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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