ubén Suárez, Rubén,
es el prototipo ideal de este nuevo Sporting. El jugador formado en la
escuela de Mareo, comprometido con los colores, y, en su caso, además
campeón del mundo sub-21 con la selección española.
Pese a ser hijo de una de las leyendas del equipo, el mítico Cundi,
Rubén accede al Sporting por sus propios méritos. Como otros compañeros
de selección, ha tenido que hacerse un hueco en su respectivo club. Y lo
ha conseguido. Rubén simboliza como nadie el buen hacer de Mareo a la
hora de formar futbolistas, y lo hace en el seno de un equipo que puede
devolver al Sporting al lugar que le corresponde en el fútbol español.
-¿Estamos ya en el año del ascenso?
-Yo creo que sí, teniendo en cuenta que ascienden los tres
primeros, hay serias opciones de conseguirlo. Y no es casualidad, porque
el equipo lo buscó y trabajó durante toda la temporada. Ahora mismo ya
hay que ser realistas y pensar en el ascenso, que es el sueño de todos
los sportinguistas.
Nosotros somos conscientes de que si seguimos con la misma humildad y
sin pensar que ya lo tenemos todo hecho, tenemos muchas posibilidades de
lograrlo. Pero vamos a ir partido a partido, que hasta ahora es lo que
nos ha dado resultado.
-¿Por qué crees que esta temporada se ha producido la
reacción, después de varios años en segunda?
-No lo sé. Pienso que gran parte de la culpa la tiene el grupo.
Somos gente que nos conocemos desde hace varios años porque jugamos casi
todos en el filial y los que vinieron de fuera son también jóvenes que
se integraron muy bien en el grupo.
Además tenemos mucha humildad, empezamos con dificultades porque todo
era nuevo, el sistema, el entrenador... y la verdad es que las cosas
están funcionando, porque somos gente de aquí de casa, que trabajamos el
día a día y que creemos en un sistema de juego y en un grupo que encima
está dando resultados.
-¿Qué destacarías del trabajo del entrenador?
-Él es fiel a un sistema que se está revelando eficaz. Además el
equipo físicamente está muy bien porque tiene un programa nuevo, que
permite buscar siempre la oportunidad rival para presionar a los equipos
arriba, hacer que pierdan rápido el balón, recuperarlo y jugar al
fútbol. Hacía años que el equipo no jugaba así.
"Ahora mismo ya hay que ser realistas y pensar en el
ascenso, que es el sueño de todos los sportinguistas" |
-Vosotros erais los del filial cuando el equipo
descendía en caída libre hacia segunda. ¿Tienen que ser siempre en el
Sporting los muchachos de Mareo los que acaben sacando las castañas del
fuego al club?
-Hombre yo creo que la verdad es que un equipo como el Sporting
en teoría tenía que optar por la casa, porque es un equipo que
económicamente no fue nunca de los grandes, y que encima cuando sacó
gente le funcionó muy bien, deportiva y económicamente.
El equipo tiene que formarse así, con gente de la casa, aunque siempre
va a venir algún jugador de fuera, pero que sea como este año, que los
fichajes que se hicieron están aportando muchísimo y encima se están
complementando muy bien con los de aquí. Yo creo que la dinámica del
Sporting es ésa, jugadores procedentes del mismo club, que se
solidaricen con los colores, aunque está claro que el Sporting siempre
va a tener que vender a algunos futbolistas, porque la economía del club
depende de ello, pero no desmantelar la plantilla, mantener siempre una
base.
-Has sido campeón del mundo con la selección sub 21, sin
embargo luego has tenido que reciclarte para integrarte en el mercado.
¿Cómo es ese salto que muchos jugadores no consiguen dar y cómo se
consolida uno en el primer equipo después de demostrar que ya se vale?
-Sí, la verdad es que mi trayectoria fue complicada, con muchos
altibajos durante varias temporadas por diferentes circunstancias, unas
veces porque el entrenador que estaba en el primer equipo no confiaba en
mí, otras veces porque me tocaba esperar. En el fútbol, aparte de
sacrificio y trabajo, que es la pieza básica del deporte, hay que tener
siempre esa pizca de suerte para dar el salto, porque está claro que hay
muchísimos futbolistas de gran calidad que no han llegado arriba, quizá
precisamente por eso, porque hay demasiados.
-¿Qué metas te marcas a nivel profesional?
-Cuando estás en las categorías inferiores, siempre te marcas la
meta de debutar con el Sporting. Otra que más o menos estoy cumpliendo
es asentarme en el primer equipo y buscar mi propia tonalidad. El sueño
que me queda por cumplir es jugar en Primera División, que para mí sería
algo fantástico. Yo tuve la suerte de jugar con la selección, de haber
quedado campeón del mundo pero me falta esa puntilla, que es la meta más
ambiciosa, porque a todo el mundo le gustaría debutar en Primera.
-¿Estás a gusto donde te ponen a jugar o te gustaría
hacerlo en otro sitio?
-Yo siempre jugué de delantero. Cuando debuté con el Sporting no
había interior izquierda y en ese momento me subieron y quizá se me
encasilló en ese puesto. Este año Marcelino, con quien también estuve en
el filial, y me conoce, me está poniendo de delantero y parece que las
cosas están funcionando. Era algo que también quería hacer por
demostrarme a mí mismo que puedo jugar arriba y hacerlo bien.
-¿Crees que este bloque que habéis formado como equipo,
funcionará también en Primera?
-Yo creo que sí, que cuando un equipo se muestra como se está
mostrando el nuestro en todos los sentidos, tan compacto y tan unido,
siempre tiene opciones de funcionar, aunque está claro que se le va a
hacer algún retoque para subir a Primera División, pero yo creo que la
base debe mantenerse porque es un equipo de casa que siempre está ahí
para dar la cara.
Hay que darle una oportunidad a este equipo porque yo creo que puede
jugar en Primera División y a un nivel muy alto. ∆