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EL FRANCO
Naturaleza, cultura y tradición son las tres claves para descubrir,
entender y disfrutar de este municipio que se entrega en cuerpo y alma a todo
aquel que desee conocerlo.
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Texto: Chabe Hidalgo
Arca de las tres llaves
El Franco debe su nombre al santo italiano Franco de Siena, peregrino
compostelano del s.XIII conocido en Italia y fuera de ella por el nombre de Il
Franco.
Está situado en el noroccidente de Asturias y tiene como límite al norte el
mar Cantábrico, al Sur las montañas de El Gumio en la Sierra de Penouta, al
Este los montes de Veiral y Abara, y al Oeste el río Porcía.
Sus más de 4000 habitantes se distribuyen en una superficie de 77,36 km2, y el
mayor núcleo rural se constituye en La Caridad, la capital del concejo. Además
de ésta, cinco parroquias más conforman El Franco: Arancedo, La Braña, Miudes,
San Juan de Prendonés y Valdepares.
Dos ríos importantes cruzan el territorio. Uno es el río Porcía, que por
extensión y caudal conforma la cuenca hidrográfica principal a la vez que el
límite natural del concejo en su curso más bajo, que al desembocar forma un
estuario. Luego está el río Mazo, en el que vierten sus aguas pequeños arroyos
que se distribuyen por toda la superficie.
Su exuberante vegetación conserva significativas manchas de bosque autóctono
con robles, castaños y abedules. Buena muestra de ello son las Cuevas de La
Andina, paraje de gran singularidad geológica, geomorfológica y paisajística,
declaradas Monumento Natural recientemente. Otro rincón natural de gran
belleza es el bosque de ribera con alisos, sauces y fresnos, que tiene un
claro exponente en la Alameda de Porcía. Pizarras, areniscas y cuarcitas
componen mayoritariamente los suelos del municipio.
Por su situación, vegetación y clima, el entorno sirve de acogida a numerosas
aves, ostreros, ratoneros, halcones peregrinos y gaviotas se pueden ver a lo
largo del año. También lo es para los vertebrados herbívoros y carnívoros como
el jabalí, el corzo, la raposa o el tejón. Los amantes de la pesca podrán
disfrutar con capturas de la trucha o el salmón en agua dulce, y los sargos,
maragotas, agujas, congrios, calamares, lubina, pulpo o rodaballo en aguas
saladas.
Prehistoria e
historia
Los primeros testimonios de
ocupación de estas tierras nos remiten a estructuras y conjuntos tumulares que
se localizan mayoritariamente en las líneas de cumbres de los cordales
montañosos del municipio.
La referencia siguiente son los castros o poblados fortificados que en origen
estuvieron habitados por los Cibarcos, pueblo ribereño del río Porcía que más
tarde sería romanizado.
En este concejo ya José Manuel González localiza y cataloga seis de estos
yacimientos. Como castros marítimos estarían El Castellón en Castello (Miudes),
El Castellón en La Caridad, y Cabo Blanco en Valdepares. Tres más se
encuentran en el interior, La Corona en San Juan de Prendonés, y El Castrón y
La Corona del Castro en Arancedo.
El castro de Arancedo fue una pieza clave en el estudio de la cultura
castreña, pues ya se menciona en el siglo s.XVIII como yacimiento arqueológico
asociado a las minas de oro próximas.
En 1947 los hermanos Sánchez del Valle efectúan una excavación y exhuman cinco
construcciones de plantas elípticas o cuadradas, restos de hogares, enlosados
de algunas cabañas, además de un tesorillo de denarios de plata. También se
recogieron importantes restos materiales de molinos giratorios de granito, y
cerámicas indígenas y a torno, entre ellas algunas sigillatas.
En 1954 el profesor Jordá Cerdá realizó una campaña de excavaciones de la
Diputación Provincial de Oviedo.
A día de hoy merece mención especial El Cabo Blanco, que se incluye entre los
catalogados como grandes castros del litoral en el sector lucense, pues este
territorio en época romana dependía administrativamente del Conventus Lucensis.
Ocupa una extensión de 2,7 Ha y está situado en la rasa costera sobre una
estrecha península. Las defensas se distribuyen a lo largo del lado sur que
comunica la península con la tierra continental donde se alternan
sucesivamente hasta cinco fosos excavados en pizarra y tres parapetos.
Las cuencas de los ríos Porcía y Mazo registran una de las concentraciones de
explotaciones auríferas más intensas de Asturias y existen numerosas
localizaciones en el sector de La Andina en torno al castro de Arancedo, en el
pico Beiral y en Miudes.
En el s.XVI consigue El Franco su autonomía como concejo dando fe de ello en
un documento llamado Asiento Real disponiendo que los bienes comunes del
concejo sean disfrutados en cada feligresía por sus vecinos, de ahí la leyenda
"Franco por el Rey, libre por su ley". Estos documentos se conservaban en un
arca de la iglesia de San Juan de Prendonés cerrada con tres llaves.
En la segunda mitad del s.XVIII quedaban en el actual concejo de El Franco los
enclaves señoriales del coto de Sueiro, pertenecientes al Marqués de Santa
Cruz de Marcenado, cuyo bien más destacado era una herrería y el coto de
Boimouro (parroquia de Santa María de Miudes), continente de otra herrería y
propiedad del Marqués de Santa María del Villar. En torno al río Porcía se
llegaron a situar numerosas herrerías, por lo que al río se le llegó a conocer
también como "el río de las herrerías".
Durante la primera mitad del s.XIX se registra la existencia de una especie de
Ayuntamiento itinerante que se reúne en multitud de lugares del concejo, hasta
que el 31 de julio de 1852 se acuerda el traslado de la capitalidad a La
Caridad.
Recursos naturales
El concejo goza de gran variedad de
recursos naturales, entre los que destacan los altos acantilados de Pormenande,
Castello o Cabo Blanco, este último de gran interés paisajístico. Bellísimas
playas salpican el litoral cantábrico. Muestra de ello son la de Porcía,
Torbas, de cantos rodados, Monellos en Valdepares y Pormenande en La Caridad,
cala de cantos rodados cerrada por un tómbolo que la une al islote de El Rego.
Luego están la de Cambaredo a los pies de un acantilado cubierto de pinos,
Riboira en La Caridad y Castello, en un bello entorno en el pueblo del mismo
nombre.
Foto: Juanjo Arrojo |
Ruta de la costa
Es una de las más bellas del
municipio. Lo atraviesa de oeste a este y se inicia en la playa de Porcía, de
gran interés paisajístico, con su islote del boy.
Siguiendo el camino en dirección a Valdepares pasamos por Cabo Blanco, que
recibe su nombre de la coloración blanquecina de su roca, que también se puede
apreciar en la Punta de La Atalaya, donde la fuerza del mar ha esculpido un
pintoresco puente. Estas atalayas han servido de oteaderos para localizar a
las ballenas cuando su pesca era intensa en el Cantábrico.
Llegados a Valdepares hay visitas muy interesantes que completan nuestra ruta.
La iglesia de San Bartolomé, construida a finales del s.XVI y el palacio que
perteneció a la familia de D. Diego Castrillón Cienfuegos, en cuyos jardines
se conserva una fuente de aguas ferruginosas a la que se le atribuyen
propiedades medicinales.
Tomando un camino a la izquierda atravesamos un bosque que nos llevará a la
playa de Torbas, separada por un cabo de la de Monellos, lugar ideal para
practicar la pesca submarina.
Una vez llegados a Mernes descendemos hacia Viavélez, pintoresco pueblo
marinero donde las viviendas de los pescadores se descuelgan sobre el puerto.
Es costumbre entre los marineros pintar las balconadas y corredores de sus
casas con los mismos colores que utilizan para sus embarcaciones. En la parte
alta se encuentra la Ermita del Santo Angel, patrón del pueblo cuya fiesta se
celebra el día 2 de agosto.
Avanzando unos metros más llegamos a La Atalaya, donde Eduardo Jardón Perissé
edificó en 1914 su residencia veraniega La Quinta Jardón, muy representativa
de la arquitectura de indianos en Asturias.
Continuando por un pequeño sendero llegamos a las playas de Pormenande,
seguimos a Riboira y Cambaredo. Finalmente pasando por Arboces llegamos a
Castello, la mayor de las playas del concejo, de cantos rodados o xógara, como
allí se les denomina.
Artesanía
Debido a la gran tradición
herrera de la zona, cabe destacar el trabajo de los ferreiros, que ha logrado
sobrevivir a los modernos avances de nuestra sociedad. Es necesario nombrar el
trabajo de Angel Fernández, cuya obra puede hoy ser contemplada en el museo
abierto en La Caridad.
No debemos olvidar los artesanos que trabajan la madera elaborando
instrumentos musicales tradicionales, rabeles y crótalos, además de otras
piezas, como arcas talladas y bastones de Santiago.
Por último hemos de citar el trabajo de bordadoras y encajeras que exponen de
forma eventual algunos de sus trabajos, cuyo origen se remonta en la actividad
redera que llevaban a cabo las mujeres de los puertos para el mantenimiento y
confección de estas artes de pesca.
Gastronomía
Son propios de la tradición
culinaria del concejo platos tan sabrosos como las calderetas de pescado, los
fabois (habas de mayo) con callos, el rapón de maíz y la torta de roxois.
Una buena comida no sería tal sin un exquisito postre. La repostería se vuelca
en la elaboración casera del requesón, los fereixolos, el arroz con leche y
los buñuelos.
Esta cocina tan arraigada en la zona también se acomoda a una nueva cocina o
cocina de autor, que se distingue por su cuidada elaboración y presentación,
combinando nuevas texturas y sabores a veces sorprendentes. / Información
facilitada por el Módulo de Turismo del Taller de Empleo "Cuenca del Porcía".
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