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SUPLEMENTO ASTURIAS  -  SEPTIEMBRE 2003

ASTURIAS OPINA

 La asignatura de religión

La asignatura de religión será evaluable y computable para la nota media desde Educación Primaria hasta bachillerato, aunque en esta última etapa no se tendrá en cuenta para la consecución de becas de estudios, así lo afirmó la ministra de educación Pilar del Castillo.
¿Qué le parece estas medidas educativas?

Antonio González Abúlez
Secretario de la Federación de Enseñanza de CC.OO.
"Comisiones Obreras siempre se se ha manifestado en contra de que la enseñanza de la religión fuese una materia que se impartiese dentro de la escuela, ya que pensamos que debe de estar en los ámbitos que le corresponda. En segundo lugar, en un país como el nuestro, un Estado aconfesional, no todos apostamos porque se lleve adelante el planteamiento laico y por lo tanto, no se dé ningún tratamiento preferencial a ninguna de las confesiones religiosas. Nosotros apostamos por una materia basada fundamentalmente en la educación y los valores democráticos, que sea para todos igual.
La escuela del siglo XXI ya se está configurando sobre una base mucho más pluricultural y pluriétnica, por lo tanto, nos parece que esta medida de la ministra está retrocediendo a etapas que la sociedad española tiene totalmente superadas. Lo más peligroso de esta medida es que vulnera precisamente el espíritu de la Constitución, donde se recoge el planteamiento de la enseñanza de la religión y el consenso que en su momento se estableció entre todas las fuerzas políticas que redactaron todo el articulado. Precisamente uno de los puntos más conflictivos fue precisamente el tema de la enseñanza de la religión.
Hay otra razón más para mostrar el rechazo a los procedimientos de la ministra, y es que está utilizando el rodillo de su mayoría absoluta en vez de negociar con las comunidades autónomas y llegar a consensos, es decir, está contraviniendo la ley, no sólo en el tema del Real Decreto de la enseñanza de la religión, sino con el resto de los Reales Decretos que está desarrollando la Ley de Calidad.
Nosotros estamos a favor de una enseñanza laica. La enseñanza de la religión debería estar fuera de la escuela pública y se debería impartir una asignatura para todos, para que no haya alumnos que reciban una educación en valores determinados y otros reciban otra. Y no nos engañemos, siempre habría una preferencia en torno a una confesión religiosa, como puede ser católica, discriminando precisamente al resto de las religiones". ∆

"Lo más peligroso de esta medida es que vulnera precisamente el espíritu de la Constitución"

Pilar Margolles Mier
Federación de Enseñanza de la USO.
"Como docente que fui hasta hace poco, me parecen bien estas medidas, porque es una forma de que los alumnos estén estimulados a la hora de hacer un trabajo, que es lo que se les manda en las aulas, sobre todo a nivel de primaria. La forma de que hagan cualquier trabajo que se les mande con interés, con gusto y con ganas de terminarlo, es que se evalúe, porque si no se convierte en lo que en muchos sitios ha sido hasta ahora, es decir, un cachondeo.
Normalmente la gente que optaba por la asignatura de religión, que suele ser mayoritariamente niños menores de doce años, están bajo la tutela de lo que los padres dicen.
Soy partidaria de que efectivamente la religión se puntúe y que se tome en serio, porque los profesores nunca hacemos eso como una asignatura fundamental, como puede ser la lengua o el cálculo, sino como una cosa complementaria como ha sido siempre en España. O sea, que yo soy absolutamente partidaria. ∆

"Soy partidaria de que efectivamente la religión se puntúe y se tome en serio".

Laureano Díaz Puente
Secretario de Organización de UGT-FETE.
"La Constitución dice que el Estado es aconfesional y aún haciendo mención a la Iglesia Católica como religión predominante en el Estado español, nosotros siempre defendimos que la enseñanza debía ser laica. Entendemos que la religión como tal, no debería estar en la escuela porque creemos que también es algo absolutamente íntimo y personal de la gente, de la misma manera que las ideas políticas.
Aún partiendo de ese hecho, nosotros entendemos que la influencia de la Iglesia Católica en el gobierno del PP es enorme. Y ya no es sólo el tratamiento de la religión. Nosotros vemos que la nueva Ley de Educación tiene bastante que ver con los intereses del propio episcopado de la Conferencia Episcopal en los colegios religiosos que controla. Dicho esto, la religión nunca debe de ser algo evaluable, algo que no permita pasar de curso, etc.
Por otro lado, no se puede poner la religión en contraposición a otra cosa. Es decir, si yo soy laico, nadie me puede obligar a estudiar otra cosa porque otro ciudadano ejerza un derecho. Nosotros estamos radicalmente en contra de esto. ¿Qué ocurre? Que hay mayoría absoluta y no hay nada que hacer. Por otra parte está todo el tema del profesorado de religión, que tiene una contratación un tanto sui generis, porque no los contrata el Ministerio de Educación, sino el Obispado.
¿Dónde se debe hacer la religión? Nosotros entendemos que en la parroquia, en la mezquita o en la sinagoga. De la misma manera que el Episcopado nombra a un profesor de religión para que vaya a un colegio a impartir catequesis, más que religión, también puede nombrarle para que vaya a la parroquia todos los días a impartirla a aquellos alumnos de la zona de influencia de cada centro o de cada parroquia, pero en su sitio y en el lugar de culto de acuerdo con la religión que tienen. Vamos a ver si resulta que ahora, por efecto de la inmigración, aquí nos aparecen colectivos de ciudadanos de siete religiones distintas. ¿Se establecerían horarios con siete profesores para cada religión? No parece que tenga mucha lógica.
En otro sentido, también entendemos que el estudio del fenómeno religioso como tal, forma parte del acervo cultural de la humanidad, y que en consecuencia los alumnos deban estudiar dicho fenómeno religioso y su influencia en las distintas etapas históricas. Eso se puede enfocar desde la perspectiva de la sociedad o desde la propia historia. Cada uno con su parte". ∆

"Dónde se debe hacer la religión? Nosotros entendemos que en la parroquia, en la mezquita o en la sinagoga"

Antonio Soto Blanco
Antonio Soto Blanco, Presidente de FAPAS "Miguel Virgós".
"Sin crear ninguna sensación de alarma, la escuela no es el lugar para tener que pasar por esta situación. Entendemos que es un paso hacia atrás muy importante.
En la Constitución está reflejado que somos un estado aconfesional. Entendíamos que en la escuela se estaba dando cumplimiento al dar clase de religión y que no fuese evaluable. Poner ahora la religión como una asignatura al mismo nivel de matemáticas, historia, etc, evaluable, y hacer obligatoria la alternativa de la religión, son medidas absolutamente desafortunadas.
Y no sólo la religión, sino la alternativa a la religión. El Ministerio dice que estudiar la historia de las religiones es una cuestión absolutamente importante para el conjunto de los ciudadanos. Si esto es así tenemos que convenir también que los alumnos que dan religión y no pueden dar Historia de las Religiones quedan absolutamente desamparados. Aquí, evidentemente entra en una contradicción el Ministerio, porque dice que la alternativa de la religión es una asignatura fundamental.
Hay también en la escuela pública un colectivo muy importante de otras religiones que podrían sentir también la misma necesidad y pedir amparo en la misma medida.
Esto va a ser un tema polémico. Tenemos conocimiento de los acuerdos de la Santa Sede y el Gobierno, pero creíamos que ya se daba un tratamiento razonable a la religión en los centros. Esto no hace nada por mejorar esa situación, sino que la empeora.
Por otra parte, eso de que no se va a tener en cuenta para la concesión de becas, es algo que tampoco es del todo cierto, porque es una cuestión que puede quedar sin ninguna reglamentación, de modo que también se tenga en consideración a la hora del expediente para dichas becas.
Por los momentos y los tiempos en los que vivimos creemos que la religión tendría que quedarse fuera de los centros. Si no, la alternativa de la Historia de las Religiones sería la más adecuada, para todos los alumnos".

"En la Constitución está reflejado que somos un estado aconfesional. Poner la religión como una asignatura al mismo nivel que las matemáticas es una medida absolutamente desafortunada"

José Espiño Collazo
Catedrático de Lengua Castellana y Literatura. Director del I.E.S. "Valle de Turón".
SOBRE LA ENSEÑANZA DE LA RELIGION
"No tengo por costumbre escuchar las conversaciones ajenas. Me enseñaron de pequeñito que era de muy mala educación. Pero hace unos días me vi casi forzado a ser involuntario y mudo testigo de la discusión que dos ciudadanos mantenían, mientras disfrutaban de su café mañanero. Al parecer el motivo de la controversia había surgido al hilo de la lectura y divergente opinión que uno y otro sostenían sobre el contenido de una noticia aparecida en la prensa del día: el anuncio de la Sra. Ministra de Educación, Dña. Pilar del Castillo, de una serie de medidas, encaminadas a desarrollar la LOCE (Ley Orgánica de la Calidad de la Educación), recientemente promulgada. Más en concreto la diatriba se centraba en el nuevo estatuto que se le confiere a la asignatura o materia de Religión, ahora denominada Sociedad, Cultura y Religión, en su alternativa confesional y no confesional, y que se pretende convertir en una materia tan seria como cualquier otra en el plano académico, evaluable, y cuya calificación se tenga en cuenta para la promoción y titulación de los alumnos que la cursan.
El primero de los ciudadanos, un señor que, por su edad, muy bien podría haber vivido los años del nacional-catolicismo, se mostraba muy satisfecho con la decisión ministerial, felicitándose de que, por fin, nuestros gobernantes se tomasen en serio algo tan relevante para la educación y el futuro de nuestros hijos, argumentando que, después de todo España continúa siendo un país religioso y que más del ochenta por ciento de los alumnos opta por estudiar Moral y Religión Católica en la E.S.O y el Bachillerato. Además, afirmaba, incluso desde una perspectiva estrictamente cultural, que los más jóvenes deben conocer las nociones básicas de la historia, el dogma y la moral cristianas, ya que por algo los ponentes de la Constitución Europea en ciernes proponen que ésta recoja una referencia explícita a la religión y tradición cristianas, como uno de los factores que forjaron el espíritu que nos une e identifica.
Su compañero de tertulia, un chico joven, probable víctima de las veleidades y aún del furor pseudoprogresista de la legislación que reguló este tema, con posterioridad a la Ley General de Educación en los años setenta, venía a decir que la Religión, en particular en su dimensión confesional, tiene que ver con la fe y las creencias de cada cual y que, por consiguiente, pertenece al ámbito de lo privado. Un estado laico y aconfesional no tiene por qué hacerse cargo de las lecciones de catequesis y de la instrucción religiosa de sus ciudadanos, quienes, en todo caso, habrán de buscarla en sus familias y en sus iglesias respectivas. Además, añadía, con evaluación o sin ella, la asignatura será siempre una "maría", es decir una materia de relleno, destinada a relajar y hacer perder el tiempo a los alumnos y a justificar el sueldo de unos sufridos profesores, socialmente desprestigiados, que no saben cómo enfocarla e impartirla.
He de confesar que los comentarios y opiniones de estos dos conciudadanos, al margen de su grado de superficialidad y confusión, me hicieron reflexionar sobre un hecho evidente: el lastre, la contradicción e incluso, si ustedes me apuran, el drama que vienen impidiendo que la Cultura Religiosa (llámese como se quiera) se curse y estudie en este país con el rigor y la seriedad que su contenido exige y que nuestros alumnos precisan para aspirar a una formación integral y humanista. Primero fue el Estado confesional y católico, el que, paradójicamente, hizo que la asignatura de Religión y Moral Católica, eso sí, obligatoria ella, perdiese toda entidad, al equipararla a aquello que entonces llamaban FEN (Formación del Espíritu Nacional). Más tarde, en los años setenta, se le buscó una compañera laica, la Ética, ¡cómo si la una pudiese constituir alternativa de la otra en algún aspecto! Luego, los gobiernos de los años ochenta, del quiero, pero no puedo un estado aconfesional, la mantuvieron, previa su reducción a cenizas, al ofertarla frente a eso que, sin pudor alguno, se llamó, Alternativa a la Religión, Actividades de Estudio, juegos, divertimentos, nada, por supuesto no evaluable, sin relevancia académica, etc.
Mucho me temo que, lamentablemente, las últimas decisiones gubernamentales sobre este asunto tampoco vienen a arreglar nada y que las cosas continuarán más o menos como estaban. Uno tiene la impresión de que, una vez más, se trata de apuntalar, como sea y al precio que sea, no principios ideológicos legítimos y respetables, sino, simple y llanamente, determinados intereses y parcelas de poder, eso sí, sin provocar demasiados sarpullidos ni levantar innecesarias ampollas, siempre molestas. Por el bien de todos, y en particular de los más jóvenes, confiemos en que alguna vez otros responsables públicos, más libres de ciertos condicionamientos complejos y prejuicios, se decidan a regular estas enseñanzas en los términos que nuestra tradición cultural, la racionalidad y el sentido común imponen. También en esto necesitamos una pasada por Europa. ∆

"Confiemos en que alguna vez otros responsables públicos se decidan a regular estas enseñanzas en los términos que nuestra tradición cultural, la racionalidad y el sentido común imponen".

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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