Foto: L.G. |
Su compromiso con su
tierra es total, y ha sido uno de los impulsores de lo que se denominó
"Manifiesto por Asturias", una alternativa a los problemas graves que
padece esta región.
Asturias está en una situación que necesita del esfuerzo de todos y a
criterio de este economista, la respuesta política y sindical que se le
ha estado dando, en general, es insuficiente.
De frente a los
problemas
-En 1997 impulsó la creación del "Manifiesto por
Asturias" para salir de la crisis en nuestra región. ¿Sigue siendo
actual?
-Con aquel manifiesto de
mínimos pretendíamos establecer unos acuerdos básicos para hacer frente
a una situación de crisis que vivía Asturias. Sigue siendo válido,
aunque no todos los puntos, porque las cosas han evolucionado en varios
sentidos. ¿Qué ha cambiado? Por ejemplo la privatización de lo
fundamental de la economía regional. En el manifiesto se contenían
algunas intervenciones públicas que hoy no son posibles. Planteábamos
que el Estado tenía un compromiso con Asturias derivado de su presencia
tan masiva en la parte productiva, pero ahora las cosas hay que
plantearlas sabiendo que el Estado ya no va a intervenir. Las empresas
son privadas y no hay una perspectiva de cambio en el horizonte.
-¿Que evolución sigue la crisis de Asturias?
-Todas las cifras que se dan desde diferentes institutos de
análisis revelan la profundidad de la crisis regional y hay muy pocos
aspectos en los que las cosas hayan cambiado radicalmente. Probablemente
el avance más importante sea el de las infraestructuras. En el
manifiesto señalábamos como imprescindibles algunas cosas que hoy
empiezan a estar abordadas en Asturias. El tema de las carreteras
necesita todavía intervenciones importantes, pero está en una situación
muy diferente a la de 1997 y 1998. Y parece que se va a retomar el tema
del ferrocarril. En definitiva, la retirada del Estado y el cambio en el
tema de las infraestructuras, son los dos cambios que considero más
importantes.
-Ahora con un gobierno estable en Asturias ¿cree que las
directrices que se están siguiendo definen los objetivos y la
organización de nuestro territorio regional?
-En aquellos momentos la ruptura interna del partido del
gobierno y su agonía fue realmente muy negativa para Asturias. Luego, la
legislatura anterior, con mayoría absoluta del Partido Socialista,
evidentemente ha aportado estabilidad, aunque se pueda estar más o menos
de acuerdo con su política. En este momento existe una coalición de
gobierno que parece suficientemente estable. La configuración de unos
objetivos para replantear el conjunto de la actividad productiva y de
las comunicaciones en Asturias sigue siendo una exigencia muy
importante.
El área central abarca al 75% de la población regional y como
consecuencia es la clave de lo que pase, sobre todo porque es el área
que tiene más posibilidades de reconfiguración, aunque también se
necesitan políticas de ordenación del territorio y de adecuación y de
dedicación de las alas.
"En Asturias la Universidad debería estar integrada en un
sistema de ciencia y tecnología"
-¿Y qué necesitan las alas?
-Hay una primera respuesta en el orden de la actividad
turística, que creo que no está del todo organizada, pero que al menos
en la zona oriental es ya un recurso muy importante. También convendría
tener en cuenta una ordenación del territorio que permitiera evitar la
progresiva selvatización de esas zonas a causa del abandono de la
actividad primaria y la despoblación, cosa que sería bastante grave. La
Consejería de Medio Rural es la que tiene que tomar decisiones y
plantear objetivos en ese sentido.
-La zona central ¿puede ser el motor de la economía
regional?
-No hay un motor específico, pero creo que sería una condición
para que luego el desarrollo se pusiera en marcha. La fórmula no la
tengo definitivamente clara, porque es un tema muy interdisciplinar, de
economistas, de sociólogos, de juristas, de urbanistas... Hay que dar
una solución a la zona central que permita establecer qué actividades y
dónde realizarlas; que permita configurar un sistema de comunicaciones y
un sistema de integración de esa área. Es muy importante, para que la
dinámica de la recuperación económica se plasme definitivamente.
-¿Cree que debería replantearse la división actual de
municipios?
-Ahí hay un problema de autonomía que genera mucha
susceptibilidad. En la zona central hay municipios muy significativos
que tienen una tradición importante y conviene que las sensibilidades no
resulten deterioradas porque se dificultaría todo el proceso. Salvado
eso, seguramente una mayor integración daría muchas más posibilidades.
-Todo apunta a que a partir del 2006 dejemos de recibir
ayudas de los Fondos Europeos. ¿Hacia dónde deben apuntar nuestras
miras?
-No hay duda de que los Fondos Europeos constituyen un soporte
muy importante en los últimos años. La necesidad de recurrir a Fondos
Europeos deriva de una situación de subdesarrollo regional respecto a lo
que son los desarrollos medios europeos. Evidentemente, dejar de
percibir estos fondos porque se sale de esa situación, sería una buena
noticia. Otra cosa es, que el problema se plantee por una derivación de
la integración de los países de Europa del Este, lo que significaría que
todavía no hemos salido de esa situación de menoscabo respecto a la
media europea. Frente a eso hay dos posiciones: por un lado, hay que
pelear por mantener los fondos estructurales y discutir en qué se gastan
y cómo se gastan. Por otra parte, hay que trabajar como si no se fuesen
a recibir. Creo que esa es la actitud inteligente y significaría un
cambio de mentalidad, tanto de los estamentos políticos y empresariales
como de la propia región.
-¿Deberíamos potenciar nuestra faceta de exportadores de
energía eléctrica?
-Esa posición tiene un error básico. Asturias no invierte ni ha
invertido nunca en el sector de generación energética, porque eso es
resultado de una decisión de una empresa privada, es decir,
Hidrocantábrico, que nunca ha estado gobernada desde las instancias
políticas. Desde el punto de vista de la acción pública, Asturias no
tiene nada que hacer.
Hidrocantábrico está en esa dinámica y lo que haga será como
consecuencia de sus cálculos de rentabilidad.
"He
sido siempre un defensor de la construcción de la variante de
Pajares. Creo que el tráfico ferroviario es una necesidad vital en
España" |
-Siempre ha sido un defensor del ferrocarril como
elemento de desarrollo. ¿Es importante salir del aislamiento ferroviario
que padecemos?
-Yo he sido siempre un defensor de la construcción de la
variante de Pajares. Creo que el tráfico ferroviario es una necesidad
vital en España, tanto para mercancías como para viajeros, ya que somos
un país con las comunicaciones centralizadas en Madrid, lo que
representa una distancia radio de 500 kilómetros. En ese sentido el tren
es absolutamente imbatible. Está en el corazón mismo de la ciudad y
puede colocar a cualquier ciudadano entre Gijón y Madrid en dos horas y
veintinueve minutos. Para Asturias es importante porque evitaría el
fondo de saco que actualmente representa la incomunicación que tiene el
puerto de Gijón, un puerto cuya evolución futura debería pasar por la
captación de tráficos de mercancía general. Hay que convertirlo en un
centro intermodal de transporte marítimo, por carretera y ferroviario.
En cuanto a las comunicaciones internas, el metro-tren puede ser la
manera de articular completamente la región. Parece además que podría
llegar hasta el aeropuerto. Como consecuencia la región quedaría
completamente articulada con un puente ferroviario, que por una parte
permitiría a los ciudadanos moverse con más facilidad y por otra
descongestionaría las carreteras, cosa muy importante, porque vamos
hacia un nivel de tráfico muy peligroso desde todos los puntos de vista.
-La Universidad, ¿qué papel debe jugar?
-La Universidad es, o debería de ser, un punto de apoyo muy
importante para el desarrollo del territorio en el que se encuentre
enclavada. En Asturias la Universidad debería estar integrada en un
sistema de ciencia y tecnología, porque estamos en un mundo en el que la
ciencia y la tecnología constituyen el valor añadido fundamental, y
quien posea el conocimiento en esos ámbitos estará en una posición más
favorable para competir en todos los sentidos.
El problema en España es la inadecuada financiación. Tiene que haber un
cambio bastante radical. Hay que establecer proyectos de investigación y
de desarrollo a los que aplicar los fondos. El sistema de formación de
personal investigador está mal articulado en el país, porque sólo en el
mejor de los casos encuentran aquí trabajo. En otros casos reciben una
formación de excelencia y tienen que volver a emigrar para encontrar un
empleo. Asturias está en estos momentos exportando personal de alta
cualificación, cosa que nunca había pasado en la historia.
-"Tras superar nuestra dependencia económica de sectores
tradicionales y maduros hemos conseguido entrar en el siglo XXI con un
tejido empresarial más diversificado y competitivo". Son declaraciones
del ex Consejero de Industria. ¿Cuál es su opinión?
-No sólo no tenemos que desengancharnos de empresas
tradicionales, como Acenor, Asturiana de cinc, Duro Felguera,
Cristalería española, sino que por el contrario deberíamos partir de
ellas y establecer sinergias entre ellas. En cuanto a lo nuevo,
permítaseme preguntar dónde está. Existen pequeños núcleos como la
inversión de Thyssen en el polígono de Baiña, o Duppont en Tamón, pero
son pequeñas cosas y no tienen articulación. Es verdad el desarrollo del
sector servicios, pero no en el sentido que sería deseable, que es
cuando están aplicados a las empresas y a las familias. En estos
momentos los servicios a las empresas no representan más del 12%, y si
se separa de eso la limpieza y la seguridad, entonces no representan más
del 6%. Evidentemente eso significa que no estamos marchando en la
dirección correcta. Cuando la industria y la agricultura se ven
potenciadas por un sector servicios significativo, el desarrollo es
sano. Cuando se desarrolla un sector servicios hipertrofiado, que no
tiene en cuenta ese entramado, a medio plazo puede ser hasta nocivo.
-¿Cuál sería la Asturias de tus sueños?
-No me gustaría vivir en una Asturias muy floreciente que
estuviera rodeada de miseria por todas partes. Dicho eso, porque me
parece importante, pues me gustaría una Asturias que tuviera conciencia
de cuáles son los problemas y los abordase de frente, que no negase la
realidad y la evidencia metiendo la cabeza debajo del ala. Cuando los
ciudadanos ven un proyecto ilusionante, aunque sea costoso, responden. ∆ |