Le gustan los retos. Por eso, nada mejor
que estar al frente de una Consejería con un fortísimo componente
político y que abarca campos tan diferenciados.
Texto y foto:
Lupercio González
Otra Asturias es
posible
Francisco
Javier García Valledor ha dejado su cargo parlamentario de portavoz de
Izquierda Unida en la Junta General del Principado para hacerse cargo de
la consejería de Justicia. Se define como cristiano y de izquierdas, y
defiende la idea de que Asturias debe tener un autogobierno mucho más
amplio. "La transferencia de Justicia, sobre la que ya se ha iniciado la
negociación, -señala García Valledor- conlleva aspectos relativos al
desarrollo del autogobierno de Asturias. El área que se llama de
Justicia, es en realidad de Justicia y Desarrollo Autonómico. Se le ha
puesto ese encabezamiento porque es la primera aspiración de ese
Desarrollo Autonómico".
-¿Qué líneas se han establecido en los tres aspectos que
abarca esta consejería?
-En relación con el Estado, hay una negociación abierta en
aspectos relativos a Justicia y a la transferencia del Instituto Social
de la Marina. Por otra parte, hay bloqueos importantes en otros
apartados, que aún siendo competencia del Estatuto de autonomía en
Asturias, el Estado hoy por hoy no quiere entrar en la negociación. Se
trata del tema de las cuencas hidrográficas y los ferrocarriles, para
que circulen íntegramente por territorio asturiano; en definitiva, se
trataría de agotar el estatuto vigente. Está también el desarrollo de lo
que es la institucionalización política de la comunidad, con dos retos
importantes: la creación del Procurador General de Asturias, ese
Defensor del Pueblo en Asturias, y la puesta en marcha de la ley que
regulará y creará el Consejo Consultivo. A partir de ahí Asturias tiene
que hacer una reflexión sobre el nuevo horizonte de autogobierno. Es
fundamental que el Estado se construya desde el reconocimiento de la
igualdad de derechos políticos, lingüísticos, competenciales y
financieros con el resto de las comunidades históricas de España.
También queremos que el Pacto por la Justicia implique una dotación
presupuestaria para lo que va a ser el futuro inmediato de la Justicia
en Asturias.
-En cuanto a Seguridad Pública, ¿qué se contempla?
-Aquí queremos hacer un planteamiento que es cada vez más
necesario en las sociedades democráticas y en las comunidades avanzadas,
frente al desmantelamiento del Estado y de los instrumentos públicos. La
izquierda tiene el reto de reconstruir todo un discurso en torno a cómo,
desde el propio espacio público, se asegura a los ciudadanos un concepto
integral de seguridad. Desde aquí gestionamos todo el sistema de
emergencias en Asturias. Y tenemos un reto, de un contenido político muy
de fondo: una nueva Ley de Coordinación de policías locales, que puede
ser una fórmula hacia una policía autonómica y hacia el desarrollo
también de un modelo policial de carácter federal.
-¿Y en el ámbito de Relaciones Exteriores?
-Este último ámbito comprende: Asuntos Europeos y Relaciones
Exteriores. Tenemos que sacar a Asturias fuera y que participe en todos
los foros; en primer lugar europeos, porque en Europa se toman
decisiones trascendentales sobre nuestro futuro. Hay una reclamación, no
sólo por parte de Asturias, sobre la manera en que se articula la
presencia de las Comunidades Autónomas en Europa a través del Estado.
Este es un debate que se está produciendo en estos momentos en el
conjunto del Estado y que tiene una concreción inmediata muy importante.
Por mero efecto estadístico, Asturias a partir del 2006 va a dejar de
ser "región objetivo uno". En este punto tenemos un reto fundamental y
vamos a seguir trabajando para arbitrar las fórmulas que permitan que
Asturias siga recibiendo fondos europeos a partir del 2006.
Las dieciocho regiones europeas que estamos en esta situación, vamos a
crear un marco de encuentro aquí en Asturias, donde se pueda generar un
ámbito de diálogo y de presión ante la UE. Más allá de Europa, queremos
que Asturias juegue un papel en el mundo. Queremos estar presentes en
todos los ámbitos de carácter interregional.
"Hay
que decirle al ciudadano que es responsable de la dirección
política y del rumbo de las cosas" |
-Al parecer en esa línea se han creado algunas agencias.
-Sí, por primera vez se ponen en marcha en Asturias dos
agencias; una, la Agencia de Cooperación al Desarrollo y otra, la
Agencia Asturiana de Emigración. Todas las políticas de cooperación al
desarrollo y relativas a nuestros emigrantes, van a ser también
coordinadas y desarrolladas a través de estas agencias. Tenemos el
acuerdo de gobierno de llegar al 0'7 de los recursos propios para
dedicarlos a cooperación al desarrollo. Creemos que hay otro mundo
posible por construir, otro mundo necesario por desarrollar, y ese
desarrollo y esa construcción son la alternativa frente a la visión
neoliberal del mundo. Significa la solidaridad, la cooperación y la
apuesta porque los más favorecidos -aunque también tengamos problemas-,
pongamos a disposición de ese mundo empobrecido instrumentos para
generar desarrollo. Y luego, tenemos el reto de nuestros emigrantes, la
emigración histórica y la nueva emigración. Se trata de ayudar a que no
se pierdan los lazos con esta comunidad, y también a que las políticas
hacia la emigración se sitúen en el nuevo contexto.
-Se alude a "Seguridad de Estado" para justificar
determinadas acciones del Gobierno Central. ¿Piensa que la política del
PP en cuanto a los derechos fundamentales de las personas es regresiva?
-Creo que ha habido una clarísima regresión e involución en las
políticas fundamentalmente de cohesión social y de construcción de un
Estado autonómico, vertebrado y solidario. Su proyecto político ha
consistido en transferir a las Comunidades Autónomas los elementos
nucleares de las políticas sociales, educación, sanidad y política
social en sí misma; los grandes elementos del gasto social, sin
correlativamente establecer los mecanismos de financiación para que ese
gasto fuese asumido de forma razonable por las Comunidades Autónomas.
Esa propaganda, en torno a la rebaja de la presión fiscal, no ha sido
otra cosa que encubrir una fiscalidad cada vez más desigual, y no ha
supuesto rebaja para las rentas bajas y medias, pero sí para los grandes
ingresos. Esto ha conllevado a un debilitamiento de las propias
estructuras del Estado. Se ha visto en lo del Prestige; un Estado
anoréxico incapaz de dar respuesta ni siquiera a emergencias, no por un
problema de incapacidad, sino porque los instrumentos fundamentales del
Estado han ido debilitándose.
-Por ejemplo, ¿cuáles?
-Salvamento Marítimo, tiene hoy unas condiciones en el Estado
español con una debilidad mucho mayor. Los problemas de inseguridad
ciudadana que se han dado están vinculados al progresivo
desmantelamiento que se ha hecho de la Seguridad Pública. Parte del
discurso conservador sobre esa inseguridad ciudadana se vincula hoy a
fenómenos como la inmigración. De esta manera se trata de ocultar el
proceso de disminución real que ha habido en el mantenimiento de una
estructura estatal fuerte de Seguridad Pública. La izquierda tiene el
reto de reconstruir un discurso alternativo, y ser capaz de llegar al
conjunto de la ciudadanía.
-La impresión que se tiene es que se quiere legislar
desde Madrid pero sin contar con las autonomías.
-Una parte fundamental de la involución política y de la
regresión política está en torno al Estado Autonómico. El Estado, a
través de la legislación básica, está invadiendo competencias de las
Comunidades Autónomas, pero con el agravante además, de situarnos en el
"yo, Estado, legislo y tú, Comunidad Autónoma, pagas". Hay elementos
escandalosos, como por ejemplo, toda la involución que se hace en torno
a la educación, con la nueva ley orgánica irónicamente llamada de
"Calidad" de la Enseñanza, que no tienen la correspondencia en la
financiación a las Comunidades Autónomas. Otro ejemplo: la Ley del
Menor, que obliga y responsabiliza a las Comunidades Autónomas a
determinadas actuaciones, no ha tenido la correspondencia en la
financiación. Se está produciendo una involución y un vaciamiento de las
competencias, ahogando a las Comunidades Autónomas en la medida en que
éstas no tienen capacidad para dar respuesta a lo que la legislación
básica del Estado está generando.
-La democracia no sólo es el gobierno de la mayoría,
sino el gobierno en el que se respeta la minoría. ¿Un equilibrio difícil
de conseguir?
-Creo que es posible. Lo que ocurre es que después de
veinticinco años todavía hay un déficit de conciencia democrática. Eso
lo demuestra también la tensión que se da tanto en el debate estatal
como en el debate en Asturias. Este Gobierno que tenemos es el primero
de coalición en Asturias. Tenemos que ser capaces de escuchar la crítica
como un elemento constructivo. Siempre que se haga desde esa premisa, la
oposición, la minoría en este caso, no realiza una labor puramente
destructiva. A través de la crítica, imprescindible en una sociedad
democrática, se corrigen los defectos y se avanza hacia nuevas
soluciones.
"El
gran reto que tenemos por delante es el aprendizaje democrático" |
-En la calle el ciudadano no confía mucho en la
justicia. ¿A qué cree que se debe?
-Desgraciadamente en estos años del gobierno del PP, se ha
producido una deslegitimación de lo que es precisamente la clave de la
bóveda de la justicia: la independencia del poder judicial. En un
sistema democrático, desde su origen, desde su teorización primigenia,
la independencia de los tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial,
era la piedra básica. Estos dos siglos de experiencia democrática, o de
regímenes democráticos, han ido poniendo en entredicho en muchas
ocasiones, precisamente, esa independencia de los tres poderes. Estamos
viendo que los parlamentos son en muchos aspectos apéndices de las
mayorías de los gobiernos mismos. Vemos cómo el poder judicial tiene
influencias muy pesadas y pone en cuestión en muchas ocasiones esa
independencia real del poder judicial. Creo que en ese sentido es el
gran interrogante que se le pone a la justicia hoy. El reto fundamental
está en construir una justicia suficientemente independiente y capaz de
tener una dotación adecuada para resolver los problemas de los
ciudadanos. A pesar de todas las dificultades que padecemos, en Asturias
tenemos una estructura judicial de las menos conflictivas del conjunto
del Estado. Eso nos puede dar idea de cual es la situación de deterioro
en otras comunidades del propio sistema judicial.
-Si Aznar, como presidente electo, miente al Parlamento
y al pueblo español y la justicia no hace nada, ¿qué esperanza le queda
al ciudadano?
-El ciudadano tiene que tener su esperanza fundamentada en sí
mismo también. Lo que se está produciendo es una falta de
corresponsabilización de la responsabilidad de los ciudadanos en el
quehacer público. La crítica ciudadana es necesaria, pero los ciudadanos
tienen que estructurar la crítica en una actuación coherente en la
movilización social y en su voto en las urnas. Hemos observado cómo a
pesar de esa crítica y a pesar de esa tremenda movilización ciudadana
con el tema del Prestige, el Partido Popular ha aguantado mucho más de
lo que se preveía con el apoyo ciudadano. Por tanto, también hay que
decirle al ciudadano que es responsable de la dirección política y del
rumbo de las cosas. Ese proceso de involución que se ha producido en los
últimos años por parte del PP, se ha hecho con la complicidad de una
parte muy importante de la ciudadanía española.
-¿Cual sería su Asturias ideal?
-Pues sería un país con capacidad real de autogobernarse,
orgulloso de su identidad y que quiera compartirla con el resto de los
pueblos de España, de Europa y del mundo. Un país en el que, digamos,
los elementos básicos que están anunciados en la Constitución española
como derechos fundamentales de los ciudadanos, fuesen algo más que una
declaración, es decir, fuesen una realidad. En definitiva, un país
orgulloso de sí mismo, de su identidad y de su historia, una historia de
lucha por la igualdad, por la libertad y, sobre todo, con la solidaridad
del movimiento obrero que se fue construyendo a lo largo de muchos años.
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