El futuro del carbón asturiano
La Subdirección
General de Planificación Energética del Ministerio de Economía tiene
previsto que para el período 2002-2011 el carbón, que ha sido el
protagonista de la generación eléctrica durante décadas, ceda ante
el empuje del gas natural y de las energías renovables.
¿Qué futuro le espera al carbón
asturiano y cuáles van a ser las repercusiones para la economía de
Asturias? |
Francisco Baragaño Fernández
Secretario General de USO-Asturias
"Ante la perspectiva de que las Centrales Eléctricas se sigan planteando la
sustitución del carbón de nuestras cuencas por el gas natural, el futuro de
nuestra principal fuente de energía autóctona es escaso.
Intentando ser ecuánime y objetivo, reconozco que o mucho cambia la
situación, o en cinco años nos quedará el Museo de la Minería como máximo
exponente de la gran riqueza minera asturiana. Todos sabemos los
condicionantes que se le ponen al carbón:
• Las emisiones de CO2, después del compromiso de Kioto, necesitan
soluciones urgentes que con la tecnología actual se deberían subsanar.
• La decisión de la UE de considerar el sector como deficitario y las ayudas
recibidas para su casi total erradicación, han propiciado pingües beneficios
para las empresas y la radical disminución del empleo, con las consiguientes
prejubilaciones, es otro condicionante.
• Por otra parte la importación del carbón de otros países a un precio
sensiblemente inferior, puede que haya sido el mazazo definitivo.
Una vez señaladas estas condiciones, me gustaría analizar algunas
consecuencias:
1. Llegar a casi erradicar la producción de la mayor reserva energética de
Asturias y yo diría del mundo, acarrea varios problemas de futuro.
a) Lo primero, que dependemos de energía de países en su mayoría poco o nada
democráticos y con situaciones internas demasiado convulsas, por lo que el
grifo se puede cerrar en un momento determinado.
b) Y lo segundo, la pérdida de un empleo estable, aparte del directo o
inducido que sobrepasa los 30.000 trabajadores en Asturias.
2. Ya hay síntomas recientes, del encarecimiento del precio de la tonelada
de carbón importado y que en un futuro próximo, cuando dependa el
abastecimiento de las tres empresas que copan más del 50% de la producción
mundial, pasará lo mismo que con el petróleo, pues de 12 dólares no hace
mucho, se pasó a la actualidad a los 30 dólares.
3. Y lo más preocupante para nosotros, es que las cuencas mineras, sufren
una despoblación progresiva de manera alarmante. Las empresas no encuentran
atractiva la idea de ubicarse en las mismas a pesar de las cuantísimas
ayudas, llámense Fondos Mineros o Sociedades de Capital Riesgo, pues durante
el año 2002 sólo se crearon en los Valles del Nalón y Caudal 130 empresas,
el 8% de las que se crearon el Asturias.
En conclusión, el carbón debería seguir siendo un potencial económico
determinante, su importancia irá en aumento ante el encarecimiento y la
previsible escasez del petróleo, además de su utilización para producir gran
variedad de productos: disolventes, detergentes, abonos etc., si a eso
añadimos lo que antes decíamos, el volumen de sus reservas, muy superiores
al petróleo, más pronto que tarde, el carbón llegará a recuperar su
importancia, y a nosotros nos cogerá con el c.... al aire".
"O mucho cambia la situación, o en cinco años nos quedará el Museo de la
Minería como máximo exponente de la gran riqueza minera asturiana"
Jorge Marquínez
Director de INDUROT (Instituto de
Recursos Naturales y Ordenación del Territorio)
"No soy un experto en este tema
aunque tengo una opinión como ciudadano. Creo que hay muchos enfoques de ese
problema, aunque la resolución de la ecuación yo la dejo para los expertos.
Un enfoque es el carbón en el contexto del consumo de energía. Necesitamos
energía para nuestro sistema social y tiene que proceder de alguna parte. La
cuestión al ir a buscarla al mercado, es que uno se encuentra con variables,
como es el precio. Pero también hay otras cuestiones estratégicas. ¿Debemos
depender del mercado de la energía, o el país tiene que ser autónomo?
Otro aspecto importantísimo es el ambiental. Hay energías ambientalmente muy
atractivas, como las renovables, pero que producen una cuota pequeña. España
ha renunciado a la energía nuclear, cosa que comparto plenamente por el
momento. Luego están los protocolos internacionales que tienen que ver con
la protección de la atmósfera, como el protocolo de Kioto, y con la
necesidad de ajustar nuestras emisiones a los convenios de ese protocolo.
EE.UU. no lo suscribe y Rusia le pone problemas, con lo cual si el protocolo
falla a ese nivel no sé que va a pasar.
Otra cuestión es el modelo de sociedad que perseguimos. Mientras tengamos un
modelo de sociedad basado en que tenemos que crecer todos los años un 3%, en
que en vez de dos coches necesitamos tres por familia, o en vez de dos
televisores necesitamos seis, y que el único medio de avanzar socialmente
para generar empleo es consumir más, no podemos cifrar nuestro bienestar en
eso. Creo que el modelo social tiene mucho que ver con el modelo energético.
Es obvio que Asturias tiene un parque termoeléctrico muy importante y que
hay que actualizarlo. El no hacerlo pone en cuestión el propio futuro del
parque. Si ambientalmente no da la talla y no se busca una rápida
actualización de ese parque, su viabilidad en el futuro tiene riesgo.
Estamos generando energía, quemando carbón, pero tenemos que hacerlo en las
mejores condiciones posibles y usar la tecnología actualizada para que las
emisiones sean las mínimas posibles. Nuestra sociedad asturiana tiene una
dependencia, tanto del sector minero, como del sector energético que depende
del minero. Por tanto, no debemos olvidar que las decisiones que se tomen en
ese sector también tienen una importancia social". ∆
"El modelo social tiene mucho que ver con el modelo energético"
Manuel Penche
Gerente de la Fundación Asturiana de
la Energía
"La planificación que ha realizado el Ministerio de Economía recogía en
aquel momento las opiniones de las compañías eléctricas y la apuesta
decidida que se hacía por el gas. Esa opinión ha cambiado y creo que hoy en
día todas las compañías eléctricas abogan por el no abandono del carbón.
Estoy convencido de que tanto el papel del carbón como el sistema que puede
mantener la estabilidad de los precios, van a ser incuestionables, y no se
van a producir las reducciones tan importantes que contempla esa
planificación del Ministerio de Economía. Claro está que todo dependerá del
coste del comercio de los mecanismos de flexibilidad.
Cuando se hicieron estos primeros cálculos, se hablaba de costes de comercio
de emisiones del orden de 40 e por tonelada de CO2. Ahora las previsiones
que se manejan por parte de instituciones, como el Banco Mundial, hablan de
entre 3 y 11 dólares la tonelada de CO2. Con esos precios, yo entiendo que
el carbón tiene un papel importante que jugar en la generación de energía
eléctrica. Por tanto, la producción asturiana de energía termoeléctrica aún
tiene futuro. No cabe duda de que el acuerdo de Kioto va a tener una
repercusión sobre la vida de las centrales térmicas asturianas. Aquellos
grupos más antiguos se acogerán, entre 2008-2015, a las veinte mil horas
anuales de funcionamiento; pero habrá otros grupos de esas centrales que se
van a reconvertir. Es decir, van a realizar inversiones en equipos que van
permitir que sigan funcionando por encima de ese horizonte de 2015". ∆
"Hoy en día
las compañías eléctricas todas abogan por el no abandono del carbón"
Salvador Fernández
Responsable de Acción Sindical de la
Federación Minerometalúrgica de CC.OO. de Asturias.
"El futuro del carbón asturiano pasa necesariamente por el proceso de
planificación para definir lo que se vino a denominar la "configuración del
mapa estratégico". Esto significa, ni más ni menos, la cuantía de unidades
de producción sustentadas por unas plantillas que fuesen las encargadas de
sacar esa producción, con la finalidad de producir un número de energía
determinada con el carbón autóctono.
Se nos recuerda continuamente desde el Ministerio, la influencia y la
exigencia de Bruselas respecto a qué condiciones deben reunir aquellas
empresas que estén consideradas como futuribles, en unidades de producción.
Y hay que hablar de rentabilidad, de respeto a las emisiones, aunque valga
la redundancia de lo que significarían los tratados de Kioto y los de
respeto a los tratados de la unión europea de emisiones contaminantes.
Y hay que hablar de un tercer elemento, que es fundamental dentro de la
propuesta sindical, que son los aspectos sociales y territoriales. Dentro de
ese formato lo que nos queda a las organizaciones sindicales es plantear la
vigencia y la continuidad en el futuro de lo que ahora mismo tenemos.
Aceptar una reducción aún mayor de la que ya se hizo, sería quedarse bajo
mínimos.
En todo esto tienen muchísimo que ver las técnicas de adecuación, de
modernización de los parques para la combustión de los carbones y de buscar
aquellas explotaciones más rentables. Pero me imagino que esa selección ya
se fue haciendo, ya que por esa razón recibían las subvenciones en
cumplimiento de los objetivos que se ciñen al marco del Plan del Carbón.
Hay unos aspectos sociales que no se pueden obviar. En comarcas como Cangas
del Narcea, Tineo o Laciana en León, la desaparición por razones exclusivas
de rentabilidad supondría un golpe del que no se recuperarían jamás.
En lo que respecta al gas, hay cosas por ahí escritas sobre lo que significa
la inseguridad de depender de éste, máxime en un momento político de
tantísima convulsión, y con un porcentaje de entrada de gas altísimo
dependiente del Magreb.
Nosotros vamos a reivindicar siempre nuestra única fuente de energía
autóctona por razones estratégicas. No tenemos gas, ni petróleo, y sí
tenemos carbón, detectado perfectamente.
Lo que tenemos que saber mediante la interlocución con el Gobierno es,
cuánto se está dispuesto a pagar por el sostenimiento de esta cuota de
energía, y a la vez que exista un respeto absoluto a los aspectos sociales y
territoriales, mantenimiento de empleo y de rentas". ∆
"Aceptar una
reducción aún mayor de la que ya se hizo,
sería tanto como quedarse bajo mínimos"
José Manuel Agüera Sirgo
Catedrático de Economía Aplicada de la
Universidad de León
"La respuesta es evidente: el futuro del carbón depende de una decisión
política, porque desde el punto de vista económico no tiene ningún porvenir.
Todo dependerá de la correlación de fuerzas políticas que haya, de la
voluntad política, y de la sensibilidad frente a ese problema. Sabemos que
ya hay una tecnología más limpia del uso del carbón, pero el problema mayor
es el precio de coste de extracción. El carbón es muy abundante y se obtiene
a precio de coste, mucho más barato, en otros sitios. Entonces, si te ponen
más barata la tonelada de carbón en el puerto del Musel de Gijón que la que
tú puedes producir aquí, pues ese futuro está negado. Las térmicas pueden
traer el carbón de donde les apetezca, la cuestión es que haya las
subvenciones. O sea, que no hay un sujeto de racionalidad económica, es un
problema probablemente político y social, por tanto, sólo puede preverse
futuro si hay voluntad política de mantener el carbón". ∆
"El futuro
del carbón depende de una decisión política"
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