Foto: Fer |
Texto: Quino Hernández
Luces
y
sombras
La
tranquilidad y lo natural del entorno, con sus espacios verdes y con sus
diseminadas construcciones lo convierten en un atractivo lugar para
vivir, sobre todo si tenemos en cuenta que tan sólo está a unos tres
kilómetros y medio de Oviedo.
San Claudio contó en el pasado con una antigua iglesia románica que fue
destruida en el año 1936. En un principio un incendio la dejó bastante
deteriorada. Posteriormente quedó totalmente destruida por las luchas
que durante la guerra civil tuvieron lugar en sus alrededores. Hoy en
día en esta localidad perviven algunos restos artísticos de su historia,
como el palacio de Bobela, que aún conserva ese aire de construcción
señorial y que en la actualidad ha sido transformado en vivienda.
La iglesia de Santa María de San Claudio es otro de los reclamos de la
zona.
San Claudio ha experimentado en los últimos años un aumento poblacional
como consecuencia del despliegue urbanístico que se ha venido
desarrollando en esta zona, porque no hay que perder de vista que su
atractivo reside en poder disfrutar de todas las comodidades que ofrece
una ciudad sin perder esa calidad de vida que tiene el medio rural. El
respeto al entorno es una de las premisas básicas de las actuales y
futuras actuaciones urbanísticas.
Pero si bien existen todas estas potencialidades también hay, por el
contrario, sus sombras. Como dice el refrán: no es oro todo lo que
reluce. El desarrollo de una zona se caracteriza no sólo por el número
de viviendas que se construyen, sino en qué condiciones se hacen y cómo
se gestiona el planteamiento de dicha zona. En la actualidad San Claudio
tiene una necesidad urgente para dar a sus vecinos la calidad de vida
que merecen y según comentan miembros de la Asociación de Vecinos "ello
pasa porque el Ayuntamiento ovetense acometa un plan integral en esta
zona sin más dilación. Esto no es una zona de segunda ni de tercera, y
si en otras zonas se están haciendo actuaciones importantes, este núcleo
de población, por su situación estratégica y perspectiva de futuro, se
merece con creces que se le dote de todas las infraestructuras
necesarias acordes a las necesidades de una sociedad moderna del siglo
XXI. Porque no hay que olvidar que si se quiere fijar población ésta ha
de sentirse a gusto donde está, porque ve que se respira calidad de
vida, y no malos olores, o que se puede transitar con comodidad por sus
calles y carreteras, o que sus jardines pueden ser zonas de
esparcimiento y no espacios virtuales planificados con las buenas
intenciones. El futuro es ya. Y San Claudio lo quiere ahora, no mañana".
∆
|