-¿Existe algún tipo de dificultad a la hora de llevar la ayuda a países como Nicaragua?
-No ninguna. Desde Asturias tenemos bastante focalizada nuestra ayuda. Tenemos gente que ha estado trabajando en Nicaragua durante bastantes años y conocemos de primera mano a representantes políticos, sindicales, gente de la Iglesia, de la empresa con los cuales tenemos una interlocución directa muy buena. No hay dificultades para hacer llegar la ayuda, porque precisamente la hacemos llegar a donde no nos da problemas. La cooperación siempre fue dirigida a través de alcaldías, de cuyas corporaciones teníamos buenas informaciones. Y cuando cooperamos con alguna organización en la construcción de viviendas, hospitales, etc., las tenemos monotorizadas y vigiladas, sabemos que cada céntimo de euro que se dirige a Nicaragua llega donde tiene que llegar.

-¿Cómo es la colonia asturiana en este país?
-En el caso de Nicaragua la colonia asturiana no es muy grande numéricamente, pero sí cualitativamente muy importante. Estamos hablando de gente que tiene mucha relación con la Universidad, dentro del frente sandinista, y de determinados Ministerios que nos sirven como informadores clave para poder desarrollar una cooperación potente. Hay que señalar que una de las primeras líneas de cooperación de Asturias con Nicaragua fue en el INTECNA (Instituto Tecnológico Nacional), que desarrolla una labor de formación profesional en temas de metal muy importante. El impacto de lo que hacemos sobre aquello es muy potente.

-¿Qué criterio utilizáis a la hora de seleccionar un proyecto de cooperación entre varias propuestas?
-Es un criterio fundamentalmente técnico. La idea base es que Asturias no puede cooperar con todo en todo el mundo, hay que focalizar nuestra ayuda de alguna manera y dirigirla para que sea más eficiente.
Hispanoamérica es un destino elegido por la vinculación que tenemos, sobre todo con la parte Central. Las grandes pobrezas y la situación tan complicada causada por desastres naturales, por los gobiernos, hacen que aquello sea un destino priorizado. También lo son el Sáhara y Africa subsahariana. La ayuda se centra en sectores que tienen que ver con la promoción de la educación y la salud, creación de infraestructuras, y lo que tenga que ver con la reactivación económica, la creación de trabajo y la defensa de los derechos humanos. Destaca también lo que fomenta la igualdad de las mujeres en el ámbito laboral.

"La solución a todos los problemas es un orden social diferente, un orden mundial menos injusto que mire más por el ser humano que por el crecimiento económico"

-En gran parte de los casos los proyectos los desarrollan organizaciones a las que apoya económicamente la Consejería.
-Sí, las organizaciones que quieren colaborar presentan proyectos en base a esas líneas maestras, y nosotros priorizamos aquellos que se adecuen a esas líneas y los que tengan criterios técnicos muy solventes, que luego revisan personal nuestro especializado. También es importante que las organizaciones tengan presencia en Asturias porque nos interesa que este movimiento solidario de cooperación tenga una base importante aquí en nuestra ciudad.
Buscamos que el impacto de lo que hacemos o de lo que se pretende hacer, sea importante y que dediquemos dinero de los contribuyentes y ciudadanos de Asturias a hacer algo que mejore la vida de la gente que está allí, ésa es la cuestión fundamental.

-A pesar del gran esfuerzo que realiza Asturias en temas de cooperación no deja de ser un pequeño alivio ante tanta necesidad.
-Lo que no cabe duda es que lo que hace la ayuda y la cooperación es solucionar determinados temas, pero la solución auténtica de todos estos problemas es un orden social diferente, un orden mundial menos injusto, que mire más por el ser humano que por el crecimiento económico per se.
En un país como Nicaragua, si el campesino no tuviera barreras arancelarias para su café, si las compañías cafeteras no le compraran el café a precio de saldo y lo vendieran caro en Europa y en el resto del mundo, viviría bien sin falta de ayuda. Lo que hay es una organización del comercio mundial muy injusta, que prima sobre todo al primer mundo, a los que más tenemos. Yo creo que eso no puede seguir así mucho tiempo, tiene que cambiar. Una cuestión importante sería pues suprimir las barreras arancelarias que tienen los productos manufacturados de los países del tercer mundo para que fueran en beneficio de la gente.