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SUPLEMENTO ASTURIAS  -  ABRIL 2003

Algunos residuos se procesan a pocos kilómetros de nuestras casas. Otros, tienen que viajar al extranjero para recibir el tratamiento adecuado. Si no se toman las medidas correctas, según cada tipo de residuo, las consecuencias en el ecosistema podrían ser catastróficas.

Cuidado con las basuras

Texto: Carolina Fernández / Fotos: Fer

Detrás de un gesto tan sencillo como levantar la tapa del cubo de la basura y tirar cualquier cosa que ya no nos sirva, se esconde un complejo sistema de recogida, eliminación, destrucción, depósito, almacenaje, tratamiento químico, reutilización, reciclaje. Si no se actúa correctamente, el medio ambiente puede sufrir las consecuencias.

Una ciudad genera al día muchas toneladas de residuos urbanos. Si a eso sumamos los residuos industriales y otros considerados como peligrosos, nos encontramos con unas cantidades desorbitadas de basuras de todo tipo, que si no son correctamente gestionadas pueden pasar factura al medio ambiente. La magnitud de este problema es tal, que según datos de Ecologistas en Acción la actuación y gestión sobre los residuos es una de las mayores partidas de gastos de cualquier gobierno autonómico o local.
Aunque se han dado importantes pasos en este terreno, los ecologistas denuncian que "las actuaciones que se han emprendido no han puesto nunca en duda el modelo de desarrollo y consecuentemente han consistido en aportaciones tecnológicas que tratan de paliar el problema una vez producido, muchas veces originando otros de consecuencias impredecibles, y siempre sin cuestionar sus causas e intentar actuar directamente sobre ellas".
Algunos residuos se procesan a pocos kilómetros de nuestras casas. Otros, tienen que viajar al extranjero para recibir el tratamiento adecuado. Si no se toman las medidas correctas, según cada tipo de residuo, las consecuencias en el ecosistema podrían ser catastróficas.
En Asturias se crea a principios de los 80 el Consorcio para la Gestión de los Residuos Sólidos Urbanos en la Zona Central de Asturias (COGERSA). Actualmente, los 78 Ayuntamientos asturianos están integrados en el Consorcio, y toda la basura producida en Asturias, por tanto, acaba depositándose en el vertedero central. Progresivamente los asturianos hemos tenido que ir cambiando hábitos. En un principio, incorporamos a nuestra vida cotidiana la idea de recogida selectiva. Empezaron a proliferar por las ciudades y las villas llamativos contenedores para el vidrio, a los que siguieron los de pilas usadas, los de papel y cartón y los de envases. Aparecieron los "puntos limpios", instalaciones especialmente preparadas donde depositar distintos tipos de residuos, previamente separados por los ciudadanos.
Viendo la capacidad de gestión, se ampliaron las responsabilidades de COGERSA, y de tratar sólo residuos urbanos pasó a recibir también otros tipos, como los industriales y peligrosos.

 ASTURIAS
Asturias se considera una Comunidad Autónoma privilegiada en cuanto a la gestión de residuos, porque, según palabras de Rodrigo Rodríguez, responsable de la Sección de Residuos de la Consejería de Medio Ambiente, "tiene probablemente la instalación integral más completa de España, que es COGERSA. Faltan algunas cosas, pero yo creo que con las instalaciones que ya tenemos y con el vertedero de escombros, que se va a inaugurar previsiblemente en abril, se cubre casi el 100% del tratamiento de los residuos".
De modo que la mayoría de los residuos que se producen en Asturias se tratan en COGERSA, salvo algunas excepciones. Los aceites con PCB (policlorobifenilos) se llevan a incinerar al extranjero por medio de una empresa que los recoge y los gestiona. Más cerca, a Madrid, se llevan los disolventes; y algunas aguas ácidas se tratan en Santander. Pero la mayoría se tratan en nuestra región.
"Algunos de esos productos peligrosos líquidos reciben un tratamiento químico que los convierte en unas "tortas" y los deja listos para ser almacenados en un vertedero de seguridad. Otros más manejables reciben un tratamiento de estabilización y se almacenan también en un depósito de seguridad. No pierden su condición de peligrosos, simplemente se almacenan en un vertedero especialmente acondicionado, de manera que no puedan suponer peligro alguno para la salud o para el medio ambiente", explica Rodrigo Rodríguez.
En Asturias, el mayor volumen de residuos peligrosos lo representan los aceites industriales procedentes de medios de locomoción. En este caso, después de que se analizan para comprobar que no tiene PCBs, los aceites se queman en instalaciones preparadas para ello, como pueden ser centrales térmicas o cementeras.
Rodrigo Rodríguez explica que, en contra de lo que pudiera parecer, la minería no produce residuos peligrosos, a excepción de los lavaderos. La incidencia de la minería tiene más que ver con el impacto visual que producen las explotaciones a cielo abierto. "Algo que puede suceder es que se destruya un acuífero y se deje sin agua a un pueblo, pero eso no tiene que ver con que el pueblo se intoxique con residuos peligrosos".

Si determinadas sustancias se vierten al medio ambiente, pueden contaminar acuíferos, tierras destinadas a la agricultura e introducirse en la cadena alimenticia, con graves consecuencias para la salud.

 RESIDUOS PELIGROSOS

Para determinar que un residuo es peligroso debe pasar una serie de pruebas que analicen sus efectos para la salud y para el medio ambiente. Se analiza sobre animales la toxicidad y los posibles efectos cancerígenos, y en función de unos parámetros previamente establecidos se le da o no la categoría de peligroso. La Ley de Residuos establece lo que son residuos peligrosos: "Aquellos que figuren en la lista de residuos peligrosos aprobada por Real Decreto 952/97 así como los recipientes y envases que los hayan contenido". Estas listas, que pueden ser completadas por cada comunidad autónoma, no están cerradas, y crecen en la medida en que se van haciendo nuevos descubrimientos.
Es un error pensar que los residuos peligrosos son sustancias ajenas a nuestra vida cotidiana. Es cierto en algunos casos. Evidentemente, muy pocos ciudadanos tenemos contacto con los aceites de las embarcaciones, o con los residuos radiactivos que se pueden generar en un hospital. Pero ¿qué pasa con nuestro viejo teléfono móvil, por ejemplo? No es precisamente inofensivo. Un móvil es un aparato electrónico con materiales que podrían ser reciclados, como plásticos, circuitos impresos y pantallas. Su mayor peligro radica no obstante en las baterías y sus componentes. De ser liberadas en el medio ambiente podrían alcanzar las capas freáticas y contaminar los acuíferos con metales como níquel, plomo, cromo o cadmio, todos ellos altamente perjudiciales para la salud y algunos cancerígenos. Lo mismo se puede decir de todas las pilas que tenemos en casa.
Igualmente, todos los electrodomésticos pueden contener elementos peligrosos, especialmente las neveras, ya que contienen fluidos frigorígenos que nunca deben alcanzar la tierra.
Quien esté acostumbrado a cambiar él mismo el aceite del coche, tendrá que tener en cuenta que el aceite usado está considerado como un importante contaminante. No debe ser vertido en la tierra. Los hidrocarburos que contiene no son biodegradables. Destruyen el humus vegetal y acaban con la fertilidad del suelo. Contiene plomo, cadmio y compuestos de cloro. Si alcanzan las aguas subterráneas, producen una película impermeable que impide la adecuada oxigenación y puede asfixiar a los seres vivos. Un litro de aceite contamina un millón de litros de agua. Asimismo, el aceite usado, por su bajo índice de biodegradabilidad, afecta gravemente a los tratamientos biológicos de las depuradoras de agua, llegando incluso a inhabilitarlos. Si se quema sin control, emite a la atmósfera gases muy tóxicos. Cinco litros de aceite quemados en una estufa contaminan, con plomo y otras sustancias nocivas, 1000.000 m3 de aire, la misma cantidad respirada por una persona durante tres años.

El aceite usado está considerado como un importante contaminante.
No debe ser vertido en la tierra. Un litro de aceite contamina un millón de litros de agua.

¿Y las medicinas que tenemos en el cajón? Pueden contener antibióticos, ácidos, bases, hormonas... componentes todos que podrían afectar negativamente a nuestra salud si se introducen en la cadena trófica.
Otros residuos peligrosos están fuera del alcance doméstico, como algunos residuos de construcción y demolición que pueden tener una proporción de amianto, fibras minerales, disolventes, algunos aditivos del hormigón, pinturas, resinas, plásticos, etc. También los residuos de mataderos y subproductos cárnicos necesitan un tratamiento diferente, especialmente los materiales especificados de riesgo (MER), como por ejemplo las llamadas "vacas locas". Otro apartado son los residuos generados en la actividad de los centros sanitarios que pueden contener agentes patógenos o sustancias químicas en concentraciones con riesgo de contaminación para la salud humana y el medio ambiente.
Según el Plan Básico de Gestión de Residuos en Asturias (BOPA Nº 157), "el dato más significativo sobre residuos, emisiones y vertidos procedentes de centros sanitarios es la carencia de datos. La información sobre generación y destino de residuos tóxicos y peligrosos y radiactivos se desconoce. Tampoco existe control sobre las emisiones atmosféricas ni sobre los vertidos líquidos".
Si cualquiera de las sustancias antes nombradas se vierte al medio ambiente, pueden contaminar acuíferos, tierras destinadas a la agricultura e introducirse en la cadena alimenticia, con graves consecuencias para la salud. De ahí la importancia de concienciar tanto a la población como a las autoridades, de crear nuevos medios y perfeccionar los sistemas actuales de tratamiento de residuos, de manera que causen el menor impacto posible en el medio natural. ∆

INCINERACION
La incineración es uno de los puntos que genera más discrepancias, puesto que no se considera una solución en sí misma, sino una forma de trasladar de sitio un problema. Es cierto que es un método eficaz que puede conseguir la destrucción del 99,99 % en algunos residuos, pero también es cierto que crea nuevos problemas que no existían antes. Las organizaciones ecologistas se oponen por una parte por los riesgos ambientales que conlleva, y por otra, porque se aplica cuando el residuo ya está producido, pero no incide en absoluto sobre la minimización de la producción de los residuos ni sobre la prevención. ∆

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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