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SUPLEMENTO ASTURIAS 

"Es perfectamente realizable que todos los países desarrollados pongan el 0,7% a funcionar"

 

GABRIEL SANCHEZ
  Delegado para Asturias y Galicia de Médicos
Sin Fronteras

A caballo entre Asturias y Galicia, Gabriel Sánchez desarrolla su labor de coordinación de Médicos Sin Fronteras en esta parte de nuestra geografía peninsular, una tarea que luego tiene su repercusión en la labor humanitaria que esta organización desempeña en el mundo.

Texto y foto: Lupercio González

CONTRA EL OLVIDO

Nació en Buenos Aires y es hijo y nieto de emigrantes gallegos en la Argentina. Cuando tenía ocho años regresó con sus padres de ese país, razón por la cual siempre se ha sentido emigrante de las dos orillas. Hace dos años que asumió la responsabilidad de esta delegación.

-¿Cómo podrías calificar el momento actual de Médicos Sin Fronteras en Asturias?
-Ahora mismo estamos a punto de cumplir 10 años de vida en Asturias lo cual, teniendo en cuenta el panorama de las ONG en España, es un periodo bastante importante. El hecho de que en Asturias ya llevemos tantos años como organización, hace que sea un momento muy interesante que nos va a dar pie a reflexionar sobre cuál es nuestro papel y qué hemos conseguido. Desde el mes de octubre hasta el mes de febrero tenemos previsto poner en marcha una serie de actividades coincidiendo con la celebración del décimo aniversario, a través de las cuales pretendemos intensificar nuestra relación con la sociedad asturiana. También vamos a aprovechar para que algunos miembros importantes de Médicos Sin Fronteras visiten Asturias. A nivel de socios estamos muy bien implantados, con un número que supera los dos mil socios y colaboradores. Tenemos un grupo de voluntariado muy vertebrado, alrededor de una quincena de personas, que dedican una parte importante de su trabajo y de su tiempo a la organización. También tenemos unas buenas relaciones a nivel institucional porque Médicos Sin Fronteras en Asturias, es una ONG conocida y reconocida. Mantenemos una buena interlocución tanto con el Gobierno del Principado como con los principales Ayuntamientos e instituciones como la Universidad. Eso nos permite mantener un grado de actividad mejorable pero interesante, que ha conseguido que Asturias continúe manteniendo un papel preponderante, tanto en la captación de recursos económicos y humanos, como en la puesta en marcha de actividades de sensibilización por parte de Médicos Sin Fronteras.

-Asturias siempre se caracterizó por ser una región solidaria. ¿Es así realmente?
-Asturias es una región que se caracteriza por un modelo de autoorganización y de trabajo en colectividad muy importante. Eso para las ONG es un caldo de cultivo buenísimo. Aquí hay hábito de trabajar colectivamente y organizarse, lo cual ha facilitado que hoy Asturias tenga un completo mapa de organizaciones no gubernamentales que, a nivel ideológico e incluso social, recogen todo un abanico. Eso obviamente se ve a nivel de las contribuciones y a nivel social. Nosotros sí que creemos que estamos en un buen nivel pero, institucionalmente, Asturias tiene que seguir dando pasos. Las instituciones todavía tienen que ponerse a la altura de su sociedad. Por eso estamos reclamando que se ponga por fin en marcha un fondo asturiano de cooperación que recoja todas las inquietudes que a nivel municipal y local estén surgiendo. Estamos pidiendo que se ponga en marcha cuanto antes una ley de cooperación, tal y como se comprometió a hacer el Gobierno. Pedimos que se alcance el 0,7%, como ya está ocurriendo en otras comunidades autónomas. Y estamos pidiendo que las competencias que está recibiendo Asturias, fundamentalmente en la sanidad, también pongan en marcha mecanismos por los cuales Asturias pueda liderar o ponerse en las más altas cotas a la hora de colaborar solidariamente con otros países. Pedimos, por ejemplo, que los sanitarios de Asturias cuenten con un buen catálogo de permisos y fórmulas por las cuales puedan cooperar con ONG y acudir, como cooperantes, a distintos lugares del mundo.

-Tras recibir el Premio Nobel, ¿se puede decir que hay un antes y un después tras este reconocimiento?
-Sí. Digamos que Médicos Sin Fronteras tiene algunos hitos en su historia operacional a nivel de proyectos como por ejemplo el conflicto de los Grandes Lagos en Ruanda, el momento en que decidimos empezar a intervenir en lugares como Chechenia o lugares donde no se nos permite. Eso a nivel operacional es importante, pero a nivel social el boom es el Nobel, a nivel de conocimiento y de aparición de Médicos Sin Fronteras como un actor importante en la acción humanitaria. Ello nos ha permitido obtener recursos económicos y poner en marcha una campaña importante como la de acceso a medicamentos, que ya ha dado muchos frutos y que hoy está muy presente, por ejemplo, en la última conferencia del SIDA de Barcelona. Intentamos hacer una buena gestión de ese premio y, sobre todo, rentabilizarlo a nivel social y a nivel de mensajes.

"Estamos pidiendo que se ponga en marcha cuanto antes una ley de cooperación"

-¿Con tantos conflictos y desastres no llegará un momento en que las ONG se sientan colapsadas?
-Eso va a depender de la propia visión que tengamos de las ONG. Si pretendemos que las ONG sean la solución a los problemas del mundo es cierto que el colapso es seguro. No vamos a ser capaces de dar respuesta a la cantidad de problemas humanitarios que hoy se están dando en el planeta que, como tú bien dices, van en aumento. Lo que va a hacer falta es reubicar el fenómeno ONG tanto desde nosotros mismos como desde el papel que la sociedad nos otorga. Cada vez más, somos un factor fundamentalmente de movilización social, de conciencias, de propuestas, de soluciones, de presión política y también de denuncia si hace falta. De todas formas hay que tener claro que las soluciones a los problemas del mundo no están en los movimientos de las ONG, sino que están en aquellos que ostentan el poder político y el poder económico. Esos son, hoy por hoy, los que tienen la responsabilidad de poner en marcha, las soluciones globales a estos problemas. ¿Qué ocurre? Primero, que a veces la demanda por parte de la sociedad es muy grande. A veces se nos pide que estemos en todas partes y que además estemos con los recursos necesarios. Segundo, hay que acompañar todo lo que haces sobre el terreno con una buena política de sensibilización y de concienciación, sino no tiene sentido. Lo que hay que hacer es mantener tu papel y servir de conciencia de un sistema que hoy por hoy es inconsciente. No somos el Ministerio de Sanidad del mundo, no tenemos esa intención ni esa capacidad. Lo que tenemos que conseguir es que el mundo se dote de los mecanismos precisos para que una ONG como la nuestra deje de hacer falta.

-¿Dónde crees que se necesita más ayuda en este momento?
-Digamos que hay un problema que se repite con respecto a muchas regiones del planeta, que es el fenómeno del olvido. No me refiero sólo a la desatención mediática sobre regiones completas del planeta, sino la desatención política y multilateral por parte de las organizaciones internacionales más importantes, que afecta a un número muy importante de conflictos. Hoy por hoy, hay cerca de medio centenar de conflictos en el mundo de los cuales del 80% no tenemos noticia. Hay un grupo importante de ocho o diez enfermedades absolutamente olvidadas y que están provocando unos diecisiete millones de muertos al año sin que eso haya llamado la atención de las farmacéuticas, ni de los gobiernos, ni de las organizaciones de la salud. Hay una parte importante de refugiados, quizás cincuenta o sesenta millones en el mundo, absolutamente olvidados también. Por lo tanto hoy por hoy contra lo que hay que luchar es, sobre todo, contra el olvido. Médicos Sin Fronteras siempre ha tenido vocación de estar allí donde no está nadie, con los que están peor entre los que están mal. Por lo tanto consideramos que toda esa bolsa de olvidados son los que hoy por hoy, necesitan más ayuda.

"Las instituciones todavía tienen que ponerse a la altura de su sociedad"

-Ahora mismo, ¿qué proyectos tenéis en funcionamiento?
-Desde Asturias estamos trabajando en la financiación y sensibilización en torno a dos proyectos que recogen, además, dos partes importantes de todas las bolsas de poblaciones olvidadas. Hace dos años trabajamos en un proyecto en Bolivia en el cual han colaborado el Principado y Médicos Sin Fronteras en Asturias, con la participación de algunos asturianos como Reyes Otero y Jacinto Braña, que han estado allí. Hemos puesto en marcha una línea bastante estable de ayuda económica. Es un proyecto que atiende a una de las poblaciones más vulnerables que hay en los países del tercer mundo, que es la mujer, sobre todo en periodo maternal o en compañía de sus hijos. El otro proyecto viene a continuar uno anterior en Zimbabue. Estamos muy preocupados por las inmensas bolsas de enfermos de SIDA que hay en Africa. Ello nos ha llevado a que desde el Principado y Médicos Sin Fronteras en Asturias se hayan puesto en marcha dos proyectos. Primero en Zimbabue y ahora en Kenya. Por último estamos negociando nuestra intervención en una de las emergencias por conflicto bélico más importante de los últimos meses, como es Afganistán.

-¿Qué se necesita para que la gente tome conciencia de todo esto?
-Lo primero que hay que reclamar es atención y conciencia solidaria. Una de las cuestiones contra las que hay que luchar con más ahínco es contra el olvido, y una de las formas de lucha es la formación, la información y dedicar atención. A la gente lo que se le pide siempre es un esfuerzo de atención e información, y luego el compromiso. Pero, no sólo un compromiso económico o a nivel de recursos humanos tomando la determinación de irse a un proyecto, sino el de utilizar la capacidad de influencia que todos tenemos en nuestro entorno más cercano, para ponernos del lado de los olvidados.

-¿Qué dimensión cobra la palabra compromiso cuando hablamos de estos temas?
-La capacidad de compromiso es una de las cuestiones más importantes en una persona. Creo que los compromisos tienen que estar en la mente de todo el mundo y que cada uno, si quiere, pueda elegir el grado de compromiso que desee. Yo he decidido durante un periodo de mi vida, que no sé cuánto va a durar, comprometerme a fondo con esta organización porque me creo lo que plantea. En consecuencia intento responder y llevar la voz pública de un número importante de personas que están también comprometidas.

-¿Qué te gustaría que cambiase de manera radical?
-La pobreza. Y además, sería fácil empezar por ahí. Por ejemplo, creo que es perfectamente realizable que todos los países desarrollados pongan el 0,7% a funcionar. Eso tendría un impacto inmediato en la salud, la educación, y en los derechos básicos de un número importantísimo de personas sin necesidad de mucho más. No creo que fuese tan difícil y probablemente ni siquiera sería una pérdida de poder adquisitivo por parte de los países ricos. ∆

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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