Son las tierras
que vieron nacer a Armando Palacio Valdés, uno de los asturianos más ilustres.
El mismo describió el paisaje de esta zona: "Es el valle de Laviana, donde he
nacido, grandioso sin ferocidad, grave y apacible al mismo tiempo. (...) Se
respira aquí un profunda ternura, se siente la presencia del espíritu de
infinita paz que nos da la plenitud de vida, la salud del alma y el vigor del
cuerpo".
La capital, Pola de Laviana, está situada en el centro del valle que se forma
al paso del río Nalón. En esta villa se concentran todos los servicios y la
mayor actividad comercial de la zona. Rodean a la Pola un circo de montañas,
entre las cuales sobresale la más representativa del concejo: Peña Mea. Esta
cumbre separa los concejos de Laviana y Aller. Otra posibilidad es ascender a
Peña Mayor, desde donde se aprecia una impresionante vista de la zona central
de Asturias, que en días claros alcanza casi hasta Gijón.
Caminando por la villa siempre es interesante visitar la Iglesia de la
Asunción, de estilo neogótico, comenzada a construir en 1.895. Desde su
puerta, se enfila un agradable paseo rodeado de árboles que lleva hasta la
plaza de Armando Palacio Valdés. Allí se encuentra el edificio del
ayuntamiento, una construcción modernista que centraliza la actividad
administrativa del concejo.
El visitante se dará cuenta enseguida de que se encuentra en una villa
dinámica, ágil, joven, con ambiente durante todo el año. Las sidrerías, bares,
pubs y demás locales de ocio están siempre dispuestos a poner de su parte lo
mejor para hacer pasar un buen rato a quienes se dejen caer por allí. De
hecho, Laviana tiene ya ganada la fama de lugar que acoge bien al visitante y
le ofrece lo mejor de sí. Para empezar, buen ambiente. El Descenso Folklórico
del Nalón se lleva la palma sin duda, pero otras fechas merecen también
mención. El Carnaval, en febrero, es un momento idóneo para conocer el
espíritu festivo de los habitantes de este concejo.
Laviana minera
Actualmente sólo el Pozo Carrio da trabajo
a los habitantes del concejo, permaneciendo abierto a pesar del rápido proceso
de desmantelamiento que padece este sector. El puente atirantado de hierro,
obra de la Duro Felguera a principios del s.XX y una conservada pintura de El
Che te indican la posición de este pozo, tan cercano a la villa. A poca
distancia, se halla el núcleo de Barredos, de marcado carácter minero y el
segundo en número de habitantes después de Pola de Laviana.
Orgullosa de sus raíces Laviana no quiere olvidar su pasado industrial, de ahí
que busca la fórmula de transformarlo aprovechando su potencial turístico.
Si salimos de la capital lavianesa y cruzamos el puente de La Chalana, punto
de partida del Descenso Folklórico del Nalón, nos toparemos en Entralgo con la
remodelada casa de Armando Palacio Valdés. La morada del escritor forma parte
de un ambicioso proyecto, y próximamente comenzará la habilitación de su
interior para su transformación en centro de información. El autor, que expuso
la lucha a principios de siglo entre el minero y el agricultor, puede ver
ahora cómo la transformación es a la inversa. La historia del concejo y su
evolución, junto con la vida y obra de Palacio Valdés, son los puntos claves
que recogerá este centro.
Las explotaciones mineras de Coto Musel, abandonadas en 1972, y las antiguas
vías de ferrocarril minero también están contempladas en el proyecto de
recuperación, con la intención de que acojan en sus territorios un eco-museo
literario. Estará dedicado a Palacio Valdés y su obra "La Aldea Perdida",
constituirá los cimientos en los que se sustentará este proyecto. Los orígenes
de las cuencas mineras se desvelarán en este parque minero, los turistas
podrán trasladarse desde los instalaciones mineras del Sutu, en la Pola, hasta
El Meruxal, en lo alto de la montaña. Las bocaminas y las distintas
instalaciones mineras estarán unidas por un ferrocarril que evocará recuerdos
no tan lejanos.
Actualmente existe una ruta, que conduce desde Pola de Laviana a Entralgo y
Canzana, de ahí y tomando en este lugar un sendero se puede llegar a Meruxalín.
En este punto y cogiendo una pequeña subida encontraremos el camino que nos
conducirá a las antiguas instalaciones de Coto Musel. Desde este lugar nos
dirigiremos a Mardana, para luego regresar a la villa por Las Linariegas y El
Peruyal.
Foto: Juanjo Arrojo |
Cabecera del Alto
Nalón
La Pola, como se denomina a la capital
lavianesa, es cabecera del Alto Nalón, y congrega la mayor parte de los
servicios. Caso y Sobrescobio son los otros dos concejos integrados en esta
comarca y comparten con Laviana algunas de sus infraestructuras. Entre las
iniciativas compartidas se halla la creación de un Centro Polivalente de
Innovación y Desarrollo del Alto Nalón, destinado a cumplir varios objetivos:
mejorar la infraestructura y servicios de la zona alta del Valle del Nalón,
facilitar un espacio de uso polivalente para los ciudadanos en el que se
imparta formación, información y asesoramiento, apoyar la asimilación de las
nuevas tecnologías de la información en el ámbito rural, etc.
El nuevo centro estará ubicado en las antiguas escuelas, un edificio de
interés en el centro urbano de Pola de Laviana, cercano a la iglesia de Santa
María, y que con su puesta en marcha se convertirá en un espacio de referencia
para el desarrollo local del Valle del Nalón. El nuevo edificio dará cabida a
diferentes servicios, como es la agencia de desarrollo local del Valle del
Nalón, un semillero de proyectos, con una especial atención al aspecto
formativo, etc. Y en breve comenzará a ejecutarse una primera fase de
remodelación a cargo de la escuela taller./ Y.G. y L.G.
El placer en la mesa
Laviana tiene fama de "bien comida". En el
cabritu con patatinos encontramos un perfecto símbolo gastronómico. Por ello
los habitantes del concejo le dedican año tras año unas Jornadas en su honor.
En esta ocasión podremos disfrutarlas del 8 al 10 de marzo, que a la vez es un
momento idóneo para visitar el concejo. Durante tres días, de viernes a
domingo, los restaurantes y bares de la zona prepararán el plato más
característico del Alto Nalón. La sopa de curruscos y los bartolos a la hora
del postre, completan el menú, que tanto lavianeses como asturianos de toda la
región se acercan a degustar. Los bartolos, los encargados de poner la nota
más dulce, también son originarios de la zona y están preparados con hojaldre
y almendra. La sopa de curruscos con tropiezos es también un plato de
tradición en el concejo. Según cuentan los aficionados a la historia, en 1808,
a raíz de la batalla contra los franceses, los habitantes de Laviana para
celebrar la victoria organizaron un gran banquete que consistió en sopa con
tropiezos y cordero o cabrito con patatinos.
La idea de crear las Jornadas del Cabritu con patatinos nació del sector
hostelero de Laviana que, viendo la buena acogida obtenida, decidió repetirlas
año tras año. Actualmente es la Asociación Empresarial de Hostelería la que
mantiene esta cita anual que complementa con actuaciones musicales y
pasacalles.
En la localidad de Villoria también celebran sus propias jornadas
gastronómicas, aunque en este caso las protagonistas son las castañas. Tienen
lugar durante el mes de otoño, época de la recolección.
Quien es aficionado a degustar platos tan asturianos como el pote, la fabada o
la menestra sabe que en el concejo encontrará los platos más tradicionales y
también otros característicos del entorno, como el jabalí estofado con setas y
castañas o el cordero a la estaca.
Y al igual que el pueblo asturiano, Laviana también es "llambiona", lo que se
deja ver en la calidad de su pastelería. Las casadielles, los fayuelos, las
natillas, las tartas como la de avellana, además de los ya mencionados
bartolos, son acompañantes perfectos para cualquier celebración o comida. Si
no que se lo digan a los lavianeses.
Foto: Juanjo Arrojo |
La cara más
festiva
La sonrisa y la cordialidad por delante.
Estas parecen ser las características de los lavianeses y se refleja en todas
sus fiestas y celebraciones. Romerías, jiras, exposiciones y todo tipo de
celebraciones componen el calendario festivo del concejo.
Cada localidad tiene una fecha reservada para su fiesta particular y la gran
mayoría están comprendidas entre los meses de junio y septiembre.
De entre todas ellas, una destaca con luz propia: la dedicada a la Virgen del
Otero, patrona de La Pola. Durante varios días se entremezclan lo popular y lo
festivo, alcanzando su cénit el día 15 de agosto, el día grande. Acto seguido,
sin apenas tener tiempo para recuperarse llega la fiesta por antonomasia, la
reina de la diversión: el Descenso Folklórico del Nalón. Esta Fiesta de
Interés Turístico ha alcanzado tal renombre que en las calles de la villa se
entremezclan asturianos llegados de todos los puntos de la región con
visitantes de otras comunidades españolas. Todos quieren asistir al más
disparatado y divertido Descenso, que tiene lugar en el tramo de kilómetro y
medio que separa Puente de Arco y el puente de La Chalana. Las aguas del río
Nalón se pueblan de los más increíbles artilugios que intentan navegar sin
naufragios.
Pero como Villa inquieta y activa que es La Pola, tiene también otras fiestas
destacadas, como la de La Pontona, que tiene su día grande el 12 de octubre,
el Concurso, feria y exposición de ganado, el Certamen de los quesos
asturianos o el de la Huerta del Nalón. ∆ |