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SUPLEMENTO ASTURIAS 

 "Hay que evitar que se imponga el pensamiento único y que haya una única sociedad poderosa mientras el resto vive en situaciones totalmente inhumanas"

JESUS URRUTIA

 Consejero de Industria, Comercio y Turismo

MILITANTE DEL CAMBIO

El gran teatro de la vida le ha puesto en el escenario de la política, y ha decidido representar su papel con la dignidad que siempre le ha caracterizado. Su inquietud por las ideas de progreso, por amplitud de miras y mejoras las ha querido poner al servicio de esta región a la que ama.

Texto y fotos: Lupercio González

Jesús Urrutia llega a la política "de rebote". Inició sus pasos en el mundo cultural. En el tiempo de la dictadura fue director de teatro de uno de los primeros grupos asturianos que salían hacia Madrid. Después formó parte del mundo sindical, como secretario general de lo que actualmente se ha configurado como SOMA-FIA-UGT. Vivió en Madrid unos diez años hasta que el presidente Areces le pide que forme parte de su equipo."El presidente, al que conocía desde hace muchos años -señala Jesús Urrutia- me logra convencer para entrar en la Dirección de Energía e Industria. Luego trabajo con un amigo de muchos años, Javier Fernández, que está de Consejero. Cuando Javier pasa a la Secretaría General del PSOE, me hago cargo de la Consejería". Enfoca su labor como un servicio: "Servicio a una idea, servicio a un programa del Partido Socialista y servicio a la región. Hay que hacer los esfuerzos necesarios para llevar a cabo todos esos procesos, y en esos procesos yo soy un hombre de consensos. Llegar a acuerdos me parece algo fundamental".
-¿Qué momento está viviendo actualmente nuestra región?
-Asturias está en una etapa de tránsito. Hasta ahora fundamentalmente lo principal era la actividad minera y la actividad siderúrgica, que ha tenido una reconversión muy importante que coincidió también con la reconversión de otros sectores, como el naval, textil y agroalimentario. Una región de estas características, con un peso tan fuerte de la empresa pública, ha tenido unas dificultades mayores que otras regiones. Ahora estamos en un proceso de cambio, de diversificación, de búsqueda de nuevos empresarios que hagan que tengamos un nuevo tejido industrial. No estamos en una situación totalmente huérfana, ya que aquí están empresas líderes en sectores importantes, como Arcelor, Dupont, Thyssen... que han hecho grandes inversiones en Asturias. Al mismo tiempo está creándose un nuevo tejido industrial con la llegada de empresas multinacionales importantes. El tránsito no es un proceso a corto plazo.

"Tiene que desaparecer la lucha tan radical que existe entre partidos políticos"

-¿Qué es lo que necesita fundamentalmente Asturias?
-Pues seguridad en sí misma. Primero crear las condiciones para que las empresas puedan venir. Al mismo tiempo han surgido nuevos sectores que tienen mucha importancia ahora y que van a tener más en el futuro, como es el turismo, que ya representa actualmente un 8%.En este proceso digamos, lo primero que hay que hacer es huir del victimismo y del pesimismo que arrastra esta región al pensar que todas las soluciones tienen que venir desde afuera. Hay que creer más en las posibilidades que esta región tiene, que son bastantes.

-¿Ha llegado el momento de qué Asturias sepa movilizar todos sus recursos?
-Sí, y sobre todo tiene que tener confianza. Tiene que desaparecer la lucha tan radical que existe entre partidos políticos, que hace que ésta sea una región que continuamente esté saltando a los medios de comunicación por lo negativo, no por lo positivo. Hay que dejar de luchar unos contra otros. Aquí es necesario un gran pacto por la salida conjunta, y eso requiere que se ponga en primer lugar a Asturias y nos dejemos del regate corto que no conduce nada más que a retrasar los procesos. Lo que hace falta son acuerdos.

-Hay un aspecto que preocupa a los ciudadanos asturianos. En la economía existen unos fondos europeos que ayudan a que esto siga en marcha. En el horizonte está el 2006, la ampliación europea. Ante eso hay que optimizar esos recursos. Desde esa perspectiva ¿cómo se está afrontando?
-Nosotros estamos jugando siempre contra el tiempo. Teníamos que haber hecho este tránsito, este cambio de modelo industrial mucho antes, pero debido a las dificultades inherentes al peso específico y a la cuestión social que ha tenido la minería, ha ido paulatinamente, porque si no hubiera sido un rechazo frontal a esa situación. En este momento tenemos la alternación del tratado CECA y por lo tanto es ver qué va a pasar con la minería. Nosotros hemos dicho que la minería es un sector estratégico, fundamental desde el punto de vista energético, y necesario. Por otra parte tenemos el 2006, con la entrada de nuevos países, que van a hacer posible que dejemos de ser objetivo uno.
Nosotros eso lo hemos planteado en Bruselas. Hemos estado el Presidente y yo con el Comisario Solbes y hemos hablado de que no sería un cambio radical, sino un tiempo de acople durante el cual disminuyen las ayudas pero no desaparecen. Nosotros tenemos que intentar que para el 2006 haya una mejor base de desarrollo y de posibilidades, un crecimiento mucho mayor de la economía y con un empleo que deje de ser un factor tan eminentemente negativo. El pacto que hicimos en Industria y Comercio fue que fundamentalmente el sector turístico y el sector del comercio tengan el apoyo y puedan ir recuperando empleo, sobre todo en estos dos sectores fundamentales. Eso, unido a la diversificación y al aumento que va a haber también en algunas empresas, puede ir paliando la situación. Pero tenemos que luchar precisamente contra el tiempo.

"Nuestro fuerte no es el turismo de sol y playa, sino el cultural, medioambiental y gastronómico"

-Ahora mismo el turismo ¿es una salida económica para Asturias?
-El turismo es un trabajo conjunto que requiere que todos estemos mirando en la misma dirección. El turismo ha significado, sobre todo en algunas zonas, un sector emergente que palia el problema sobre todo del campo. Debido a importantes procesos de reconversión agrícola, muchos pueblos podrían incluso haberse quedado sin habitantes. En ese terreno el turismo rural se ha convertido en una fuente de ingresos importante.
Ahora ya tenemos una base, tenemos un turismo sostenible de calidad. Para ello son importantes las infraestructuras, la materia de la calidad, que ofrezcamos productos diversificados. Nuestro fuerte no es el turismo de sol y playa, sino el aspecto cultural, medioambiental y gastronómico. No debe considerarse que pasemos de la industria al turismo, porque son sectores complementarios. La industria debe seguir siendo un factor fundamental porque somos una región de cultura industrial, siempre lo hemos sido y queremos seguir siéndolo, pero al mismo tiempo creemos que también el sector turístico es un sector estratégico y de futuro.

-¿Qué espera del plan de dinamización turística para los valles mineros?
-Mucho, porque es dar a conocer que los valles mineros no sólo se conciben como carbón o actividad carbonífera, sino que tienen otro potencial sin explotar y desconocido la mayoría de las veces. Esa apuesta debe hacerse conjuntamente con los ayuntamientos afectados y aportando también los recursos. Hay que tener en cuenta que en el plan complementario firmado últimamente con los sindicatos mineros muchas de las actuaciones de esos veinticinco mil millones que va a destinar el gobierno regional para las comarcas mineras, va en líneas estratégicas para nuevos equipamientos, y al mismo tiempo potenciando los espacios abiertos, los turismos, las rutas y todo un compendio que haga otra realidad distinta a la que hoy hay.

-¿Podría decirse que la mentalidad a la que debe cambiar el asturiano debe ser más transitiva?
-Debe traspasar mentalmente la montaña, porque la montaña le hace ser interior. Hoy vivimos en un mundo globalizado, hay que salir, hay que exponer, hay que viajar y hay que aprender. Tenemos que dejar de quejarnos de que estamos muy mal, porque ya sabemos cómo se sale de ese impás. Necesitamos más trabajar en conjunto, más trabajar en equipo y menos situaciones de pesimismo latente. Si se sigue pensando que la solución tiene que venir de fuera va a ser muy difícil que hagamos ese tránsito en tiempo y forma necesario. El tiempo juega en contra nuestra, porque si seguimos en esta atonía perdemos el tren de la historia. Estamos en un momento histórico definitivo para poder salir. Otros países lo han logrado y nosotros creemos que hay condiciones objetivas para poder hacerlo, pero va a depender de nosotros.

"Siempre se debe aprender de todo. Lo más importante que uno debe hacer es saber escuchar a los demás"

-¿La solidaridad sigue siendo un valor en alza?
-La solidaridad es un valor fundamental. En situaciones tan drásticas como la de Argentina por ejemplo, si no es con solidaridad, con ayuda, no se sale adelante. Si no somos solidarios en la humanidad habrá fuertes y habrá débiles. La rebelión de los débiles se producirá, porque son más, y esa situación es la que se debe evitar. La globalización trae ventajas y desventajas. Hay que evitar que se imponga el pensamiento único y que haya una única sociedad poderosa mientras que el resto vive en situaciones totalmente inhumanas.
La solidaridad yo creo que es fundamental como concepto de izquierdas y desde luego como concepto de derechos humanos. Si no se hace algo en esta dirección estaremos en un mundo habitable sólo para unos pocos.

-Dentro de usted ¿de qué se siente militante?
-Hay un escritor que dijo que lo importante no es pasar de la cuna a la tumba, sino pasar de lo material a lo espiritual. Me siento militante de ese cambio. Estamos aquí para intentar cambiar, para mejorar las condiciones desde cualquier labor que hagamos, sea periodista o sea fontanero. Desde nuestra situación como seres humanos debemos intentar por todos los medios mejorar la propia sociedad en la que vivimos, es decir, participar en la transformación con colaboración, con solidaridad, con un trabajo en conjunto, y para eso es fundamentalmente un mejor reparto de la riqueza.

-¿Siempre se está aprendiendo?
-Siempre se debe aprender, de todos, y sobre todo lo más importante que uno debe hacer es saber escuchar a los demás, no creer que uno tiene la verdad, porque nadie tiene la verdad.

-Al final ¿cuál debería ser la labor de todo político?
-Ir descubriendo la vida, ir descubriendo las posibilidades que tiene el entorno, para compartirlas y hacer posible que otros crezcan en su riqueza. El político lo que tiene es poder para transformar, y ese poder debe de ser en beneficio de los que representa, no personal. Aquí se trata de que cuando marches dejes unas bases sobre las que otros puedan transformar, en este caso un pacto hecho en una industria, una base de lanzamiento con todos los agentes implicados. Eso es algo que no había, y ahí hay un camino para mucha gente.

-¿Qué es lo que más detesta?
-Los enfrentamientos inútiles. Me asquea la persecución de la persona, me asquea que se intente derribar a alguien por sus pensamientos, la sensación de derribar al enemigo. Creo que eso no se lo merece una región. ∆

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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