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SUPLEMENTO ASTURIAS 

 NOEMI MARTIN 
Secretaria General del Partido Comunista de Asturias
Texto y foto:  Lupercio González

 EL RELEVO DE LA IZQUIERDA

 NOEMI MARTIN 

Es la primera vez que una mujer asume la dirección de los comunistas asturianos. Desde el primer Congreso del Partido Comunista de Asturias los secretarios generales fueron Gerardo Iglesias, Francisco Javier Suárez y Gaspar Llamazares. Ahora le llega el turno a Noemí Martín.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

"Quiero contribuir a consolidar un partido que se vaya adaptando a la realidad que vivimos, a los nuevos tiempos".

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

"La democracia no significa sólo que la gente vote cada cuatro años".

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

"Los jóvenes no deben asumir el pensamiento único".


Hace dieciséis años que empezó su militancia, primero en las Juventudes Co-munistas, allá por el año 85, y luego en otras responsabilidades dentro del propio partido, muchas de ellas relacionadas con los jóvenes. En la actualidad es también parlamentaria en la Junta General del Principado por Izquierda Unida, cargo que ostenta desde hace varias legislaturas.

-Tienes vocación de luchadora. ¿Viene de familia?
-Es cierto que yo provengo de una familia con una actividad política y sindical intensa, y lógicamente eso siempre influye, aunque no determina la dirección que tomes después.

-En el último congreso tus compañeros te eligen para que representes al partido. ¿Qué te implica todo esto?
-Pues supone asumir una responsabilidad mayor. Supone ilusión por hacer cosas, porque hay gente que ha confiado en mí para dirigir los próximos tiempos el partido. Y a la vez, cuando vas asumiendo más responsabilidades o un mayor peso político siempre te produce al principio y a lo largo del tiempo, cierto vértigo, porque estás representando a un colectivo y lógicamente como humanos que somos siempre cometemos errores a la vez que aciertos. En cualquier caso yo en esta etapa quiero contribuir a consolidar un partido que se vaya adaptando a la realidad que vivimos, a los nuevos tiempos.

-El partido comunista parece que necesita un cambio de planteamientos para afrontar el futuro.
-Es cierto que se asocia el comunismo con el pasado, con lo poco moderno. Habría que plantearse qué es ser comunista hoy, en el siglo XXI. Yo creo que significa no resignarse a asumir que el mundo que vivimos es el único posible, y apostar por una sociedad diferente. Teniendo eso claro, tanto la estructura de la organización como los planteamientos tienen que ir adaptándose a la realidad que vivimos. No serviría de nada que nos planteáramos una estructura de partido comunista como el que teníamos hace quince años. En nombre del comunismo se hicieron muchas cosas positivas y se cometieron muchos errores. Está bien tener esa perspectiva histórica para corregirse de cara al futuro, y a la vez para recoger esa tradición por la libertad y por una sociedad diferente que los comunistas españoles siempre fuimos planteando.

-¿Cuáles son tus principales objetivos?
-Tenemos que conseguir una estructura en nuestro partido ágil y operativa. La realidad es que la gente ya no se implica en las organizaciones como se implicaba antes, por eso tenemos que conseguir una estructura que favorezca esa participación de forma flexible y ágil. Por otra parte, el Partido Comunista de Asturias tiene una función fundamental que es ser útil a la izquierda en general y a IU, nuestro proyecto estratégico. Izquierda Unida en los últimos tiempos ha pasado por malos momentos, pero yo creo que ahora, después de la VI Asamblea Federal con la elección de Gaspar Llamazares como coordinador, se vislumbra una situación más favorable. Tenemos que recuperar el espacio social y político que fuimos perdiendo a lo largo de estos últimos años, eso es fundamental. Hace falta una izquierda transformadora que no sólo denuncie la situación que estamos viviendo, sino también que tenga capacidad de plantear propuestas alternativas que conecten con los problemas que tiene la gente.

-¿Qué supone el hecho de que sea una mujer quien tome las riendas del partido?
-Al margen de que me haya tocado a mí, en este caso, yo creo que es muy importante que las mujeres participen social y políticamente. Es cierto que a lo largo de los últimos años la participación de las mujeres ha ido aumentando, pero también es verdad que todavía es muy limitada. Ellas representan más del 50% de la población y sin embargo eso no se ve reflejado en la participación social y política, y menos en ámbitos de responsabilidad y de decisión. Las que se incorporan al mercado de trabajo es normal que tengan doble jornada: familiar y laboral. Las que participan en política tienen hoy triple jornada: familiar, laboral y política. Todo eso son handicaps que están impidiendo una mayor participación de las mujeres. Por eso, las mujeres que vamos teniendo oportunidad de ejercer responsabilidades de más peso político, jugamos un papel importante.

-El hecho de ser mujer ¿va a facilitarte la tarea o por el contrario va a ser una dificultad añadida?
-Nuestro partido no es ajeno a los valores sociales, incluyendo la cultura machista, y eso supone a veces demostrar más de lo que se le exige a los hombres, en este caso por el hecho de ser mujer y además joven. De cualquier manera yo me siento cómoda en esta organización, con todas las dificultades que pueda haber, y espero que el hecho de ser mujer no suponga una dificultad mayor a la hora de desempeñar esta responsabilidad.

-¿No crees que los jóvenes deben luchar por ganarse su propio espacio político?
-Yo creo que los jóvenes lo que no deben hacer es asumir el pensamiento único. Hay que partir siempre de la base de que los jóvenes, como el resto de la sociedad, son un colectivo muy heterogéneo. Mi gran preocupación es que los jóvenes no vayan asumiendo los valores que los poderes económicos y políticos se encargan de inculcar. Que no crean que la sociedad en la que vivimos es la posible. Los jóvenes no pueden resignarse a asumir que esa realidad es así, porque si alguien tiene capacidad para ser motor de cambios es precisamente la gente más joven.

-¿Qué capacidad de movilización tiene hoy la gente joven?
-Actualmente, la gente joven, al margen de que tenga una participación escasa en los proyectos políticos más globales, está favoreciendo que haya cambios en determinados valores, como por ejemplo la tolerancia. Uno de los retos fundamentales de las organizaciones políticas es favorecer que la gente se acerque a nosotros, si no inicialmente con una perspectiva global, al menos sí en temas sectoriales. Algo se mueve en ese sentido cuando vemos por ejemplo las movilizaciones antiglobalización. Estos movimientos están trabajando con un sector muy importante de gente joven, que además afortunadamente y mayoritariamente es pacifista, al contrario de la imagen que interesadamente se quiere vender de grupos minoritarios violentos. Lo más importante es que esos movimientos antiglobalización que no asumen el pensamiento único están compuestos en una parte muy importante por jóvenes.

-Entre la clase política y la calle se ha creado un cierto distanciamiento. ¿Qué está pasando?
-Hay una imagen en general negativa de la política porque desgraciadamente se asocia a lo negativo. La responsabilidad de eso es en parte de las gentes que estamos en política, pero también es cierto que hay un interés porque la política cada vez tenga menos peso, sobre todo por parte de los poderes económicos, porque si la política tiene cada vez menos peso también significa que los ciudadanos tienen menos capacidad de decisión.

-¿Hay quizás cierta saturación de temas políticos en los medios de comunicación?
-Es cierto. Por ejemplo, en Asturias tuvimos la desgracia de vivir una pasada legislatura con una crisis de gobierno muy importante, la información política se convirtió fundamentalmente en transmitir follones. Desgraciadamente, estamos de nuevo en una legislatura en la que lo que trasciende de la actividad política a la información pública es de nuevo el follón, la corrupción, etc. Son cuestiones graves que yo creo que están empeorando, si cabe, esa imagen. La gente desgraciadamente acaba pensando que un caso aislado de corrupción es generalizado en política. Los medios de comunicación tampoco favorecen mucho. Tenemos la labor fundamental de romper ese discurso, que además es interesado y que favorece a la derecha. La derecha no tiene problema en que la política cada vez tenga peor imagen y menos peso entre la ciudadanía, porque al final los intereses económicos pesan sobre todo lo demás. La izquierda y los que pensamos que la política es un instrumento para cambiar las cosas, tenemos que esforzarnos para que los ciudadanos entiendan que la política es lo que nos afecta en el día a día, que las decisiones que se toman en los ámbitos políticos les afectan. Deberíamos intentar hacerlos partícipes de esas decisiones, porque la democracia, esa palabra que a veces tanto nos llena la boca, no significa sólo que la gente vote cada cuatro años.

-¿Qué te gustaría ver realizado a lo largo del periodo que vayas a asumir esta responsabilidad?
-Mi gran reto es demostrarle a la izquierda y a las gentes de la izquierda que somos necesarios. Ir adaptando nuestras estructuras a la realidad social que vivimos y a la vez también demostrar que somos útiles a partir de nuestra práctica política diaria. Ese es el reto fundamental. ∆

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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