entro del
organigrama de la academia, Ana Cano ha estado siempre en primera línea de
trabajo, dirigiendo cursos de lengua asturiana para enseñantes y el programa de
formación de la academia. Forma parte de la comisión de normalización, y ha
trabajado en temas tan importantes como la gramática o el diccionario del
asturiano. "Asumir la dirección de la Academia me supone una mayor
responsabilidad -manifiesta Ana Cano- porque se trata de mucho más que trabajar
dentro de unas pautas que marca la propia institución o anteriormente García
Arias. Desde luego con él al frente se trabajaba muy a gusto, porque es una
persona muy competente que sabía muy bien por dónde había que ir. Ahora esos
límites tengo que marcarlos yo".-¿Cuáles serán ahora las prioridades de
la Academia?
-En una Academia como ésta existen dos vertientes fundamentales; una de
ellas es el trabajo estrictamente académico, es decir, continuar con toda la
labor que ya se ha venido realizando durante muchos años. Los Cursos de Verano
ya no los dirijo yo, aunque sí soy profesora de los mismos y participo en la
organización. Por otra parte tenemos las Jornadas de Estudios, que son los
congresos internacionales que organizamos en el otoño. Este año se va a realizar
además un Congreso Internacional sobre literatura asturiana. También hay que
nombrar los "Alcuentrus de llingua minoritaria de enseñanza", que se organiza en
el primer trimestre del año, el día de "Les lletres", y todo lo concerniente a
las publicaciones, porque la academia tiene un volumen de publicaciones
importante y tenemos que continuar con ello.
Dentro de lo que es la normatización, hay una parte del trabajo, que ya está
hecha, que son las normas ortográficas, la gramática y el diccionario, que
aunque esté hecho no quiere decir que haya que cerrar ese capítulo ya, puesto
que hay que seguir profundizando en todas esas cuestiones. A nivel científico
tenemos también el proyecto de hacer el Alda, que es el atlas del dominio
lingüístico del asturiano, y del que carecemos hasta este momento. Vamos a
seguir con el trabajo técnico de la normalización toponímica. En la vertiente
social la Academia tiene encomendada, por los propios estatutos, la labor de
velar por los derechos lingüísticos de los asturianos. En ese sentido no
escatimaré esfuerzos en hablar y reunirme con quien tenga que hacerlo. Yo quiero
llevar a la sociedad y a todos los estamentos el mensaje de que el asturiano es
patrimonio de todos nosotros, y es responsabilidad nuestra conseguir que tenga
un tratamiento de dignidad y de igualdad de condiciones que la lengua
castellana. Entiendo que el asturiano no tiene por qué ser un elemento de
fractura dentro de nuestra sociedad, sino todo lo contrario, un elemento de
unión que heredamos de nuestros mayores.
-¿Qué necesita la llingua asturiana para que tenga un reconocimiento
definitivo?
-Desde el punto de vista técnico, yo creo que el trabajo está hecho. La
Academia dotó en estos años a la lengua asturiana, o a la sociedad, de las
herramientas necesarias para que el asturiano pueda ser una lengua normal dentro
de la sociedad asturiana. ¿Qué falta? Pues la decisión política. Yo no me canso
de repetir que en la última reforma del Estatuto de Autonomía, se perdió una
oportunidad de oro para conseguir esa oficialidad o cooficialidad del asturiano
dentro del Principado. Y lo lamento profundamente, porque hay un sector de la
población que no se siente atechado por el Estatuto de Autonomía. Es una
asignatura pendiente.
Yo rogaría a los políticos y a los que tienen la responsabilidad, que
acometiesen este tema. A mí me gustaría que fuera cuanto antes, porque es el
único marco legal que realmente garantiza los derechos lingüísticos de los
asturianos. Está claro que no basta sólo con la oficialidad porque hay mucho
trabajo por hacer.
-Si todos estos aspectos no se solucionan ¿no se corre el riesgo de que la
lengua asturiana se pierda?
-Yo creo que sí. De todas las maneras, está claro que las lenguas mueren
en un momento determinado. Dentro del mundo románico hay lenguas que se hablaron
en su momento y que ya no se hablan, y eso es una pérdida muy grande. A las
lenguas hay que facilitarles que puedan vivir en unas condiciones medianamente
dignas. En un momento en el que vamos hacia una globalización, hay que potenciar
al máximo las lenguas que están en unas condiciones más precarias, más débiles,
y en este caso concreto la lengua asturiana. Las encuestas dicen que se ve con
muy buenos ojos que el asturiano tenga ese carácter de lengua cooficial. Lo que
no entiendo es por qué los políticos no son capaces de verlo. En otras
comunidades lo que hacen es potenciar la lengua; aquí se hace justamente lo
contrario. Yo creo que esto es un exponente más de la gran crisis que vive la
comunidad asturiana, que no sólo es de tipo lingüístico. De todas maneras el
asturiano, como las otras lenguas, se va adaptando a la vida en las ciudades y
en otros ámbitos, y no creo que en este momento esté en peligro de extinción.
-¿Se está publicando bastante en asturiano?
-Yo echo en falta que se publique mucho más, y no sólo lo que es
literatura, sino también por ejemplo que los periódicos y las revistas, que son
diarias o semanales, publiquen en asturiano. La presencia del asturiano ahí es
muy poca. Aparte de esto, hay algún otro tipo de publicaciones, como trabajos
científicos fundamentalmente trabajos de filología, en muchos casos sobre el
asturiano. Y yo creo que ese círculo hay que romperlo. El asturiano debería
tener una presencia normal dentro del ámbito de las publicaciones de cualquier
tipo.
-¿Se lee tanto como se publica en asturiano?
-La gente lee poco en general, no solamente en asturiano, sino en
castellano y en cualquier otra lengua. Sí hay un mercado, y a veces la gente
compra por el mero hecho de estar en asturiano.
El número de habitantes que tenemos es muy reducido también y además en todo
esto tiene mucho que ver la escolarización, porque en la medida en que se
potencie la presencia del asturiano en la enseñanza, los lectores aumentarán.
-¿Qué objetivo te gustaría ver cumplido durante tu presidencia?
-Lo tengo clarísimo: que el asturiano alcanzara el estatus de lengua
cooficial en el Principado; y desde luego, me encantaría que eso pudiera ser en
estos cuatro futuros años. Que el asturiano fuera una lengua normal dentro de la
sociedad asturiana, en convivencia evidentemente con el castellano y sin ningún
tipo de problema.
-Aparentemente eres una persona bastante luchadora...
-Creo que eso me lo da justamente el haber nacido en Somiedo. El ser
somedana es tener una cierta pasta, no quiero decir que seamos muy particulares
dentro de Asturias, pero yo tengo las ideas muy claras y sé a dónde voy. Yo creo
que hay que ser claros. Por otra parte, yo respeto profundamente el castellano,
es una lengua que amo. Yo estoy casada con un gallego, en mi casa se habla
gallego todos los días y no tengo ningún problema lingüístico. Lo que no
entiendo es que un país como España no aproveche todos esos recursos que tiene
en lugar de andar enfrentando unas comunidades contra otras, o unas lenguas
contra otras. A mí eso me parece contraproducente y de un provincianismo que
asusta. Pienso que todas las personas que viven en el Estado español, deberían
de conocer todas las lenguas que se hablan dentro del territorio porque eso
facilitaría mucho la convivencia entre unos y otros. Eso, lo trasladas a Europa
o al mundo en general, y no hay problemas. El cerebro humano tiene una capacidad
ilimitada de aprendizaje. Cuando uno conoce gente que habla cuatro o cinco
lenguas, al final le da igual hablar cuatro que ocho.
-¿Qué les pedirías a los asturianos sobre todo esto?
-Pues, que hicieran un examen de conciencia, que se miraran hacia dentro
y que en lugar de preguntar, o de criticar o de analizar lo que dejan de hacer
los otros, que piensen un poco qué es lo que pudiendo hacer, no hacen ellos por
la lengua asturiana y por Asturias. Seguramente las respuestas nos asombrarían
un poco a todos. ∆