na se crió en La
Manjoya, una zona semi rural muy próxima a la ciudad de Oviedo. Ya de
pequeña su padre, apasionado del arte, la llevaba a viajar por Asturias.
Con el tiempo se licenció en Historia en la Universidad de Oviedo y
gestionó bibliotecas como la de Jovellanos.
Actualmente tampoco cesa de viajar para conocer de primera mano las
necesidades de los municipios asturianos. Escuchar y dialogar son las
bases de su trabajo. Después llegan las decisiones. "Visito bastante los
concejos, viajo y creo que lo procuro hacer desde mi responsabilidad. Me
equivocaré, lógicamente, porque soy humana, pero el buscar esa equidad y
el intentar ser razonable es lo que me hace buscar elevarme por encima
de los intereses particulares."
-¿Qué le llevó a aceptar un puesto así?
-Cuando me ofrecieron el puesto de directora general, me
sorprendió, aunque lo acepté como una responsabilidad y como un reto
personal y profesional. Como una responsabilidad en el sentido de que
siempre nos estamos quejando de lo mal que se hacen las cosas en el
mundo de la política. Y que alguien te ofrezca un puesto y decir 'no,
que lo lleven otros', me parecía una falta de generosidad, y también una
falta de responsabilidad. Yo no estoy aquí por afán de poder, ni porque
me guste excesivamente la política, estoy con ganas de hacer las cosas
bien, de aportar mi granito de arena en lo que es la gestión cultural y
en intentar mejorar las cosas.
-Ante un proyecto o una idea que surge ¿hace falta un
talante negociador para poder llevarlo adelante?
-Sí, yo creo que fundamentalmente sí. Yo estoy con la actitud en
mi puesto de trabajo de intentar escuchar a todo el mundo primero, antes
de dar una respuesta afirmativa o negativa a un proyecto que te
presenten. Yo creo que es fundamental escuchar y no sentirse nunca en
posesión de la verdad y con unos criterios prefijados, sino comprender
los planteamientos que tienes enfrente.
-En las cuestiones espinosas ¿le gusta ir directa al
grano o prefiere rodearlas un poco?
-Depende de qué tipo de cuestiones sean. Yo creo que hay que ser
también un poco sensible con las personas, en el sentido de que puedes
ver claro, pero puedes también ponerte en el lugar del otro y ver cómo
se lo digo a esta otra persona para que no se sienta herida o
menospreciada.
"A veces
siento que la administración es una pared que intentas empujar,
pero ella va a su ritmo, más lenta de lo que tú quisieras" |
-¿Está satisfecha con su gestión?
-Creo que haría un balance, desde luego, positivo. Es un poco
frustrante en el sentido de que la administración es un gran aparato al
que te enfrentas, y a veces no puedes con él. Los papeles te comen. Soy
una persona de temperamento ágil y un poco impetuosa y en ocasiones me
gustaría que las cosas fueran un poco más deprisa de lo que la
maquinaria administrativa permite. A veces siento que la administración
es una pared que intentas empujar, pero ella va a su ritmo, más lenta de
lo que tú quisieras. El puesto que tengo actualmente también tiene sus
peculiaridades. Soy consciente por una parte de una faceta muy pública,
muy política, tengo que estar presente en muchos actos públicos que
quitan mucho tiempo, y tengo también otra parte muy importante de
gestión. Entonces es difícil compaginar esas dos facetas. Yo necesitaría
más tiempo de despacho que no tengo, debido a esa otra faceta más
social.
-¿Cuáles son las prioridades dentro del proyecto
político que desarrolla?
-Dentro de mi Dirección General hay varias patas, por así
decirlo. Una es la de Patrimonio Histórico. Dentro del balance, ha sido
de las cosas más positivas en estos dos años, el haber conseguido sacar
adelante una ley de Patrimonio Cultural de Asturias, que se aprobó este
año con el consenso de todos los grupos políticos. Ahora hay que sacar
un reglamento y un plan integral de patrimonio para que las actuaciones
sobre éste estén un poco orientadas y no vayamos a salto de mata de lo
que se nos cae en el patrimonio.
En bibliotecas, archivos y museos, la prioridad que está empezando a
moverse ahora es la informatización de la red de bibliotecas públicas
por un lado, y también tengo el compromiso de sacar adelante una ley de
bibliotecas, que integre, además de las públicas, las bibliotecas
escolares y toda la red de bibliotecas del Principado. También estamos
trabajando en la recuperación de archivos de ayuntamientos, porque es
una parte muy importante del patrimonio documental que estaba muy
abandonada. Queremos crear la figura de archiveros mancomunados, de
forma que si se unen varios ayuntamientos puedan tener una persona
dedicada exclusivamente a los archivos.
En museos, hemos logrado una cosa muy importante, que es la red de
museos etnográficos de Asturias. Con la puesta en marcha de esta red se
va a lograr que se aúnen esfuerzos, que la investigación sobre
patrimonio etnográfico se coordine y se cohesione más.
-¿De qué manera están enfocando la promoción cultural?
-Sí, esa es la otra pata de mi gestión, la promoción y la
cooperación cultural. En ese sentido hemos puesto en marcha y estamos
trabajando en la creación de un circuito asturiano de teatro. Este año
por primera vez, hemos convocado ayudas a la formación tanto de gestores
culturales, como para la formación de artistas. Y también este año
convocamos, subvenciones a giras, intercambios y exposiciones a realizar
fuera de Asturias porque creemos que es fundamental salir un poco del
endogamismo que vivimos. En ese sentido también convocamos por primera
vez subvenciones a galerías asturianas para proyectos de fusión del arte
asturiano, tanto dentro de Asturias como fuera. Otra pata, es la
política lingüística. Estamos trabajando para poner en marcha lo que la
ley de uso y promoción de la lengua asturiana nos demanda.
-¿Qué cuestiones se están abordando en este sentido?
-Hemos trabajado el año pasado en campañas de promoción de la
lengua asturiana, en el sentido del acercamiento de la lengua a la
sociedad. Vamos a empezar a trabajar este año en todas las cuestiones de
toponimia. La verdad es que hay un cierto desbarajuste al respecto.
Vamos en ese sentido a remodelar lo que era la antigua comisión de
toponimia para hacerla más ágil, y haremos un decreto asumiendo la
normativa que ha publicado recientemente la academia de la lengua.
"Es
fundamental escuchar a todo el mundo y no sentirse nunca en
posesión de la verdad y con unos criterios prefijados, sino
comprender los planteamientos que tienes enfrente" |
-¿Qué cree que necesita Asturias para convertirse en un
referente cultural a nivel nacional?
-Tenemos que ser conscientes de nuestras posibilidades y
nuestros recursos. En Asturias somos un millón de habitantes. No podemos
comparar los recursos en cultura que pueden emplear en Madrid, en
Barcelona, en Valencia con los que podemos emplear aquí. De todas formas
hay grandes proyectos sobre la mesa, como el de la ampliación del Museo
de Bellas Artes, y como es también el gran proyecto que hay para
convertir la Universidad Laboral de Gijón en una gran factoría cultural.
Está en marcha el proyecto del Museo del Jurásico en Colunga. Está
también en marcha la ampliación del Museo Arqueológico de Oviedo, y la
construcción de un nuevo Archivo Histórico en lo que fue la antigua
cárcel de Oviedo. Y otros proyectos, como el discutido Centro de la
Prehistoria de Teverga. Creo que son proyectos de una gran envergadura y
que en uno o en otro sentido pueden ayudar a integrar a Asturias, a
pesar de su periferia, en los nuevos circuitos de turismo cultural que
ahora buscan aparte de las capitalidades otras cosas. Aquí en Asturias
podemos ofrecer junto con la naturaleza esta otra parte de
infraestructuras culturales singulares, porque la gente se cansa siempre
de las mismas cosas.
-A la hora de tomar decisiones, ¿se siente sola en algún
momento?
-Sí, me he sentido sola. Claro, tú estás sentada, y los alcaldes
vienen con su ayuntamiento, los párrocos con su parroquia, y los
gaiteros con su gaita, y tú tienes que tener una perspectiva global de
todo el territorio y de todos los concejos. Eso hace que muchas veces te
sientas sola.
Luego, lo que es la gestión del patrimonio, es una gestión complicada,
difícil y dura. Tenemos asesores, historiadores, historiadores del arte,
pero claro, desde su perspectiva hay que protegerlo todo y cuidarlo
todo. Entonces ¿no hacemos carreteras? ¿No renovamos energía, no hacemos
obras? Encajar todo esto es muy complicado, porque tienes que conjugar
intereses públicos con intereses privados, para que no siempre se sienta
dañado el privado.
-Ahora mismo ¿qué faceta le cuesta más de su trabajo
diario?
-Cuesta la dedicación del día a la noche a este trabajo y que
casi tienes que renunciar a tu familia y a tu vida personal. Yo estoy en
este despacho desde las nueve de la mañana a diez de la noche y mi vida
pública me exige también muchas veces sábados y domingos. Tengo dos
hijas pequeñas a las que hay días que me paso sin verlas o las veo cinco
minutos por la mañana. Esa renuncia a la vida personal es lo que más
cuesta. ∆