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SUPLEMENTO ASTURIAS 

MUJER ASTUR

Ana Rodríguez Navarro

Ana Rodríguez Navarro
   Directora General de Cultura 

Como bibliotecaria de carrera pasó muchos años entre libros y archivos. Ahora, su actual cargo, le exige una visión general de Asturias y sus necesidades. A esta ovetense le gustaría que muchas de las soluciones a los problemas no fueran tan lentas. Y desde su pequeño espacio de poder emprender su particular lucha con el tiempo.

En el punto de mira

Texto: Isabel Muñiz / Foto: I. G.

Ana se crió en La Manjoya, una zona semi rural muy próxima a la ciudad de Oviedo. Ya de pequeña su padre, apasionado del arte, la llevaba a viajar por Asturias. Con el tiempo se licenció en Historia en la Universidad de Oviedo y gestionó bibliotecas como la de Jovellanos.
Actualmente tampoco cesa de viajar para conocer de primera mano las necesidades de los municipios asturianos. Escuchar y dialogar son las bases de su trabajo. Después llegan las decisiones. "Visito bastante los concejos, viajo y creo que lo procuro hacer desde mi responsabilidad. Me equivocaré, lógicamente, porque soy humana, pero el buscar esa equidad y el intentar ser razonable es lo que me hace buscar elevarme por encima de los intereses particulares."

-¿Qué le llevó a aceptar un puesto así?
-
Cuando me ofrecieron el puesto de directora general, me sorprendió, aunque lo acepté como una responsabilidad y como un reto personal y profesional. Como una responsabilidad en el sentido de que siempre nos estamos quejando de lo mal que se hacen las cosas en el mundo de la política. Y que alguien te ofrezca un puesto y decir 'no, que lo lleven otros', me parecía una falta de generosidad, y también una falta de responsabilidad. Yo no estoy aquí por afán de poder, ni porque me guste excesivamente la política, estoy con ganas de hacer las cosas bien, de aportar mi granito de arena en lo que es la gestión cultural y en intentar mejorar las cosas.

-Ante un proyecto o una idea que surge ¿hace falta un talante negociador para poder llevarlo adelante?
-
Sí, yo creo que fundamentalmente sí. Yo estoy con la actitud en mi puesto de trabajo de intentar escuchar a todo el mundo primero, antes de dar una respuesta afirmativa o negativa a un proyecto que te presenten. Yo creo que es fundamental escuchar y no sentirse nunca en posesión de la verdad y con unos criterios prefijados, sino comprender los planteamientos que tienes enfrente.

-En las cuestiones espinosas ¿le gusta ir directa al grano o prefiere rodearlas un poco?
-
Depende de qué tipo de cuestiones sean. Yo creo que hay que ser también un poco sensible con las personas, en el sentido de que puedes ver claro, pero puedes también ponerte en el lugar del otro y ver cómo se lo digo a esta otra persona para que no se sienta herida o menospreciada.

"A veces siento que la administración es una pared que intentas empujar, pero ella va a su ritmo, más lenta de lo que tú quisieras"

-¿Está satisfecha con su gestión?
-
Creo que haría un balance, desde luego, positivo. Es un poco frustrante en el sentido de que la administración es un gran aparato al que te enfrentas, y a veces no puedes con él. Los papeles te comen. Soy una persona de temperamento ágil y un poco impetuosa y en ocasiones me gustaría que las cosas fueran un poco más deprisa de lo que la maquinaria administrativa permite. A veces siento que la administración es una pared que intentas empujar, pero ella va a su ritmo, más lenta de lo que tú quisieras. El puesto que tengo actualmente también tiene sus peculiaridades. Soy consciente por una parte de una faceta muy pública, muy política, tengo que estar presente en muchos actos públicos que quitan mucho tiempo, y tengo también otra parte muy importante de gestión. Entonces es difícil compaginar esas dos facetas. Yo necesitaría más tiempo de despacho que no tengo, debido a esa otra faceta más social.

-¿Cuáles son las prioridades dentro del proyecto político que desarrolla?
-
Dentro de mi Dirección General hay varias patas, por así decirlo. Una es la de Patrimonio Histórico. Dentro del balance, ha sido de las cosas más positivas en estos dos años, el haber conseguido sacar adelante una ley de Patrimonio Cultural de Asturias, que se aprobó este año con el consenso de todos los grupos políticos. Ahora hay que sacar un reglamento y un plan integral de patrimonio para que las actuaciones sobre éste estén un poco orientadas y no vayamos a salto de mata de lo que se nos cae en el patrimonio.
En bibliotecas, archivos y museos, la prioridad que está empezando a moverse ahora es la informatización de la red de bibliotecas públicas por un lado, y también tengo el compromiso de sacar adelante una ley de bibliotecas, que integre, además de las públicas, las bibliotecas escolares y toda la red de bibliotecas del Principado. También estamos trabajando en la recuperación de archivos de ayuntamientos, porque es una parte muy importante del patrimonio documental que estaba muy abandonada. Queremos crear la figura de archiveros mancomunados, de forma que si se unen varios ayuntamientos puedan tener una persona dedicada exclusivamente a los archivos.
En museos, hemos logrado una cosa muy importante, que es la red de museos etnográficos de Asturias. Con la puesta en marcha de esta red se va a lograr que se aúnen esfuerzos, que la investigación sobre patrimonio etnográfico se coordine y se cohesione más.

-¿De qué manera están enfocando la promoción cultural?
-
Sí, esa es la otra pata de mi gestión, la promoción y la cooperación cultural. En ese sentido hemos puesto en marcha y estamos trabajando en la creación de un circuito asturiano de teatro. Este año por primera vez, hemos convocado ayudas a la formación tanto de gestores culturales, como para la formación de artistas. Y también este año convocamos, subvenciones a giras, intercambios y exposiciones a realizar fuera de Asturias porque creemos que es fundamental salir un poco del endogamismo que vivimos. En ese sentido también convocamos por primera vez subvenciones a galerías asturianas para proyectos de fusión del arte asturiano, tanto dentro de Asturias como fuera. Otra pata, es la política lingüística. Estamos trabajando para poner en marcha lo que la ley de uso y promoción de la lengua asturiana nos demanda.

-¿Qué cuestiones se están abordando en este sentido?
-Hemos trabajado el año pasado en campañas de promoción de la lengua asturiana, en el sentido del acercamiento de la lengua a la sociedad. Vamos a empezar a trabajar este año en todas las cuestiones de toponimia. La verdad es que hay un cierto desbarajuste al respecto. Vamos en ese sentido a remodelar lo que era la antigua comisión de toponimia para hacerla más ágil, y haremos un decreto asumiendo la normativa que ha publicado recientemente la academia de la lengua.

"Es fundamental escuchar a todo el mundo y no sentirse nunca en posesión de la verdad y con unos criterios prefijados, sino comprender los planteamientos que tienes enfrente"

-¿Qué cree que necesita Asturias para convertirse en un referente cultural a nivel nacional?
-Tenemos que ser conscientes de nuestras posibilidades y nuestros recursos. En Asturias somos un millón de habitantes. No podemos comparar los recursos en cultura que pueden emplear en Madrid, en Barcelona, en Valencia con los que podemos emplear aquí. De todas formas hay grandes proyectos sobre la mesa, como el de la ampliación del Museo de Bellas Artes, y como es también el gran proyecto que hay para convertir la Universidad Laboral de Gijón en una gran factoría cultural. Está en marcha el proyecto del Museo del Jurásico en Colunga. Está también en marcha la ampliación del Museo Arqueológico de Oviedo, y la construcción de un nuevo Archivo Histórico en lo que fue la antigua cárcel de Oviedo. Y otros proyectos, como el discutido Centro de la Prehistoria de Teverga. Creo que son proyectos de una gran envergadura y que en uno o en otro sentido pueden ayudar a integrar a Asturias, a pesar de su periferia, en los nuevos circuitos de turismo cultural que ahora buscan aparte de las capitalidades otras cosas. Aquí en Asturias podemos ofrecer junto con la naturaleza esta otra parte de infraestructuras culturales singulares, porque la gente se cansa siempre de las mismas cosas.

-A la hora de tomar decisiones, ¿se siente sola en algún momento?
-
Sí, me he sentido sola. Claro, tú estás sentada, y los alcaldes vienen con su ayuntamiento, los párrocos con su parroquia, y los gaiteros con su gaita, y tú tienes que tener una perspectiva global de todo el territorio y de todos los concejos. Eso hace que muchas veces te sientas sola.
Luego, lo que es la gestión del patrimonio, es una gestión complicada, difícil y dura. Tenemos asesores, historiadores, historiadores del arte, pero claro, desde su perspectiva hay que protegerlo todo y cuidarlo todo. Entonces ¿no hacemos carreteras? ¿No renovamos energía, no hacemos obras? Encajar todo esto es muy complicado, porque tienes que conjugar intereses públicos con intereses privados, para que no siempre se sienta dañado el privado.

-Ahora mismo ¿qué faceta le cuesta más de su trabajo diario?
-
Cuesta la dedicación del día a la noche a este trabajo y que casi tienes que renunciar a tu familia y a tu vida personal. Yo estoy en este despacho desde las nueve de la mañana a diez de la noche y mi vida pública me exige también muchas veces sábados y domingos. Tengo dos hijas pequeñas a las que hay días que me paso sin verlas o las veo cinco minutos por la mañana. Esa renuncia a la vida personal es lo que más cuesta. ∆

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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