Texto:
Isabel G. Muñiz / Fotos cedidas por Maria Teresa Alvarez.
CON LUZ
PROPIA
En
1989 cambió su actividad como presentadora de Panorama Regional para
sumergirse de lleno en historias de mujeres. El cambio la sedujo y de
ahí nacieron documentales televisivos como Viaje en el tiempo, Sefarad
o Mujeres en la Historia. Gracias a su labor conocimos a personajes
llenos de fuerza y sensibilidad ocultos tras la historia de la época.
Recientemente, se ha lanzado a conquistar un nuevo medio, la literatura,
y lo ha conseguido con La Pasión última de Carlos V. Con suerte para
el otoño tendremos en nuestras manos una nueva novela que nos acercará
el personaje de Isabel II.
-Centras tu trabajo en escribir y grabar sobre
mujeres. ¿Qué significa para ti ser mujer?
-Para mí ser mujer es todo, quiero decir que si volviera a
nacer, si pudiese elegir el sexo, elegiría ser mujer. Creo que he
conseguido entenderme a mí misma como persona, me quiero bastante y me
respeto. Probablemente no sabría ser otra cosa más que mujer, seguro
que no.
-De cada historia que analizas en profundidad ¿qué
guardas para ti?
-Muchas cosas. Tengo que reconocer que nunca milité en ningún
movimiento feminista sin embargo hoy reconozco que cada día soy más
feminista. Es una postura un poco de agradecimiento a todas estas
mujeres que me hicieron tomar conciencia de la realidad de la mujer a
través de la historia. La historia las oculta, y creo que es una
injusticia tan grande que quiero reivindicar su memoria porque fueron
importantes. Otra parte es de agradecimiento como mujer, porque las
mujeres de hoy estamos donde estamos gracias al trabajo de las que nos
antecedieron.
El otro día Carmen Sarmiento dijo una frase en la entrega de los
premios Goya que me parece maravillosa: dio gracias a su madre, a las
mujeres, a las madres de todas las que nos dieron vida para que
cambiásemos la vida. De todas esas mujeres me quedo con muchísimas
cosas.
"Creo
que he conseguido entenderme a mí misma"
-¿Qué secretos crees que esconde lo femenino?
-Yo creo que ninguno. Lo del secreto femenino es un invento de
los hombres, que no nos conocen. Para mí es mucho más secreto lo que
esconden los hombres, me resulta más difícil comprender la
personalidad de muchos hombres. Pienso que los hombres y las mujeres
somos totalmente distintos, afortunadamente, y tenemos unos mecanismos y
unas reacciones totalmente distintas, pero no se puede generalizar. Hay
mujeres muy parecidas a hombres, y hombres muy parecidos a mujeres. A la
hora de escribir libros, me apetece mucho escribir en primera persona
sobre mujeres porque me resulta muy fácil, porque conozco muy bien el
alma femenina.
-¿Es posible pensar con el corazón?
-No, puede haber un momento en que los sentimientos te nublen la
razón, pero siempre hay un momento en que te das cuenta. Lo que pasa es
que dices: benditas locuras.
-¿Qué ha supuesto para ti el éxito de tu primera
novela, La Pasión última de Carlos V?
-Fue muy importante. No había aceptado en otras ocasiones la oferta
de escribir porque era algo que no había hecho nunca. La última vez
acepté porque mi situación era distinta, estaba con más ánimo. Se
vendió muy bien, y tengo las opiniones de mucha gente que la leyó y
les gustó, y me hace sentirme muy bien. Ahora escribo con mucho más
gusto. La experiencia reforzó mucho mi personalidad y me hace escribir
con más libertad y con una satisfacción mucho mayor.
"El
feminismo está en un momento de reflexión"
-¿Qué es lo que más te gusta transmitir al
público?
-Soy una apasionada de la historia de las mujeres. Por una parte
pretendo contar una historia y que a la gente le guste, que lo pase bien
leyéndola; y por otra, aportar unas cuantas claves y que a los lectores
que estén interesados en el tema despertarles el interés por
determinadas cuestiones. Que conozcan personajes, que vean que la
historia no está solamente hecha por hombres, sino que las mujeres
también existimos en ella. Pretendo transmitir que las personas nunca
somos ni buenas ni malas totalmente, y que hay que meterse en la piel de
los demás para comprenderlo.
-¿Qué historia es la que más te ha conmovido de
las que has conocido en tu trayectoria?
-La de Juana La Beltrana. Ella es la que me dio pie para hacer
la historia de mujeres. Es una niña, hija del rey Enrique IV y de la
reina, y todos la juran como princesa de Asturias, incluida su tía
Isabel, que luego sería Isabel la Católica. Esta niña vive todo sin
comprender nada. Con trece años la echan de España y la encierran en
un convento. Se pasa toda su vida saliendo y entrando del convento,
según les interese a los monarcas portugueses para utilizarla,
chantajeando a los reyes católicos. Es una historia muy, muy fuerte,
porque ella es una auténtica víctima de todo el mundo. Me impresionó
mucho la gran dignidad que tiene esta mujer que a pesar de todo no
quiere renunciar a nada. Pudo haber accedido a algunas de las cosas que
le pedían los reyes por salir del convento, sin embargo aguantó.
-Hay mucha gente que opina que este siglo que
comienza es el siglo de las mujeres. ¿Compartes esa opinión?
-Pues ya iba siendo hora. No sé, creo que la sociedad sigue
siendo machista, de una forma distinta, más sutil, más inteligente,
pero sigue siendo machista. El feminismo está en un momento de
reflexión, y hay varias tendencias, pero todas tienden a lo mismo, que
es que la mujer tenga la igualdad de oportunidades que los hombres. Yo
siempre mantengo que somos distintas. Yo no quiero la igualdad a cambio
de masculinizarme. Me encanta la femineidad. Ya llegó el momento en que
nos comportemos como mujeres, no tratando de imitar roles masculinos,
que es lo que impera en la sociedad.
Pero lo que no quiero es que por ser mujer me marginen. Hay algunas
mujeres en puestos importantes, pero son muy pocas. Yo por ejemplo nunca
sería militar, pero lucho porque tú lo seas si quieres. Que la mujer
tenga las puertas abiertas.
-¿Crees que el mundo sería distinto gobernado por
mujeres?
-Sin duda. No digo ni mejor ni peor, pero desde luego sería
distinto. Siempre digo que si los hombres tuvieran las características
y peculiaridades de las mujeres, bien genéticas o por educación, la
sociedad sería mejor. Indudablemente el feminismo ha hecho una sociedad
más igualitaria, más solidaria.
-Actualmente ¿qué es lo que más valoras en tu
vida?
-Valoro muchas cosas, pero para mí el afecto, el cariño es lo
más importante. El amor por tu marido, por tu madre, por tu familia,
por tus amigos. La amistad es importantísima. Yo siempre digo que todas
las personas tenemos un talón de Aquiles, o que somos sobornables por
algo. Que a mí se me puede sobornar por el cariño, eso es indudable.
Por otras cosas, depende, sería más difícil.
"Yo
no quiero la igualdad a cambio de masculinizarme. Me encanta la
femineidad"
-De tus inicios como periodista ¿qué recuerdas con
más cariño?
-Los años en Radio Nacional, en televisión, los compañeros de
todos los primeros años. Sin esa parte de mi vida no sería hoy yo
quien soy. Recuerdo que tenía una ilusión tremenda de hacer las cosas
bien, y la ilusión la sigo teniendo hoy de forma distinta. Creo que sin
ilusión no se está vivo.
-Mirando hacia atrás ¿sigues siendo la misma?
-Idéntica, pero con más experiencia. Creo que soy un poco
mejor porque la vida me enseña cosas. Y hay una cosa que descubrí,
porque cuando te vas haciendo mayor disfrutas más con las cosas
pequeñas, y es ver cómo el hacer felices a los que viven contigo es tu
propia felicidad. Me he dado cuenta de que ayudar a los demás te hace
ser más feliz y estar mejor.
"Soy
una apasionada de la historia de las mujeres"
-¿Cada cuánto tiempo necesitas pisar tierra
asturiana?
-Vengo todos los meses, vengo a ver a mi madre y de paso a la
tierra asturiana. No me siento desligada en absoluto de Asturias, aunque
no estoy al tanto de la actualidad, como me gustaría. ∆
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