Muy
cerca de la costa, el concejo de Boal permite disfrutar de atractivas montañas,
sierras y valles que conforman su peculiar orografía. El concejo posee todos
los atractivos del occidente asturiano, dispuestos para el disfrute del
visitante.
En la cuenca del río Navia se sitúa esta zona a lo largo de 119 km2. En su
paisaje destaca el contraste que producen las sierras de Penouta, El Coto,
Santín o San Isidro y los valles formados por el río Navia y sus afluentes,
junto con los embalses de Doiras y Arbón.
Las huellas del pasado aún se conservan en el concejo, como muestran los
castros, túmulos, dólmenes, monumentos primitivos y los restos de
explotaciones mineras. También se conservan de la época feudal palacios y
caserones, como el de Los Miranda en Prelo y el de Berdín en Doiras. Las
construcciones, que de alguna manera se identifican con el entorno, son de
carácter popular. Los techos de pizarra y las paredes de granito en la mayoría
de las construcciones le proporcionan una estética particularidad.
Una de las mayores fuentes de ingresos del concejo es la ganadería y la
apicultura.
Foto: Juanjo Arrojo
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La miel ha llegado a convertirse en el producto más
representativo del municipio. Es un arte que requiere muchos cuidados por parte
de los apicultores, el buen manejo de las colmenas hace que los apicultores
sepan cómo sacarle mayor rendimiento a la producción. La temperatura, las
estaciones del año, el aire al centrifugar los panales, el cuidado de las
colonias, el sistema de transporte... todo influye para obtener un buen
resultado de este preciado oro líquido.
Desde 1987 se celebra la Feria de la Miel, un reto para los apicultores del
occidente asturiano y del resto de nuestra provincia, que año a año se van
superando, como muestra esta prestigiosa feria. La Asociación de Apicultores de
Boal, promotora de la feria junto con el ayuntamiento de Boal, lleva funcionando
15 años y durante este tiempo la apicultura ha experimentado un fuerte impulso
en la zona. Decidieron unir sus esfuerzos un grupo de apicultores, se asociaron
para investigar y pedir ayudas y lograron sustituir los métodos de producción
artesanal por otros más modernos que impulsan la producción y el rendimiento
de las colmenas. Con este nuevo movimiento en Boal se dio a conocer la
apicultura fuera de las fronteras del concejo.
A la feria acuden cientos de personas buscando sobre todo la miel de Boal y en
concreto la de brezo, a pesar de que a la feria acuden apicultores de concejos
vecinos ofertando sus productos. A lo largo de dos días, Boal se convierte en
la capital apícola. Se presentan productos y se organizan actos relacionados
con la apicultura: venta y exposición de miel y material apícola, concurso de
platos elaborados con miel, charlas, coloquios... Con motivo del evento se
promocionan también otras actividades representativas de Boal, como los
deportes rurales que se estaban abandonando, las exposiciones de artesanía,
jornadas gastronómicas...
La oferta turística de Boal se centra sobre todo en el mundo
rural y en los deportes de aventura. Así, el turismo activo de la zona
occidental asturiana tiene su mayor desarrollo en este concejo, cubriendo las
demandas de todas las edades y gustos de los amantes de la aventura.
La emoción y el riesgo pueden encontrar su campo de acción en las actividades
que ofrecen los establecimientos dedicados a estas actividades: descenso de
cañones, rutas en piragua, viajes en canoa, senderismo, rutas a caballo,
bicicleta de montaña... Al compartir Boal dos embalses, el de Doiras y Arbón,
tiene la posibilidad de practicar todo tipo de deportes náuticos y pesca sin
necesidad de moverse del concejo. Además el fácil acceso a ambos embalses y la
posibilidad de amarre de embarcaciones atrae a numerosos deportistas.
Una de las actividades que más está evolucionando en Asturias es el descenso
de barrancos. En concreto en Boal se encuentra el cañón de Riofrío, que
proporciona un entorno con cuatro cascadas superiores a los ocho metros.
Foto:
Albergue de Serandinas
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El conocimiento del territorio pasa por el conocimiento de su
paisaje, arquitectura y cultura. De los numerosos caminos vecinales cruzan el
concejo de lado a lado, unos son atractivos para recorrer a pie y otros en
bicicleta o a caballo. La Ruta Cova do Demo es aconsejable para recorrer a pie.
Es una estación de arte rupestre de la Edad del Bronce en la vertiente del
Monte Llanteiro, desde donde se domina una amplia panorámica de la zona. La
Ruta Penedo Aballón se puede hacer a pie o en bici. Está situada cerca de la
cumbre de la sierra de Penouta, desde la que se contempla gran parte de la costa
cantábrica, el concejo de Boal y alrededores. Es una enorme piedra oscilante de
granito que recuerda la religión adoradora del sol, la tierra y la luna.
Saliendo de Boal y llegando al Alto de Penouta se toma a la derecha un camino
forestal y se llega a Penedo Aballón. Si por el contrario enfilamos nuestros
pasos hacia la izquierda, en dirección a Peña Queimada, nos encontraremos con
varios túmulos funerarios.
Boal es rico en yacimientos arqueológicos. El Castro de Pendia da buena muestra
de ello. Presenta dos partes bien definidas: acrópolis y poblado. También
tenía una cámara, que se cree estaba destinada a horno de incineración. Es un
bonito lugar hasta el que podemos llegar en bicicleta. Pero esta comarca boalesa
posee varios restos arqueológicos que han abierto rutas muy interesantes para
hacer a pie o en bici: la que pasa por los molinos y mazos, la que va al castro
de la Escrita y la que llega hasta la Pena del Mesón. Estas rutas requieren
delicada atención y seguimiento. Juan Carlos Menéndez, presidente de la
Asociación Ría de Navia nos pone en antecedentes: "De estas rutas
arqueológicas todavía queda mucho por explotar en esta zona. Desde los
establecimientos de hostelería y turismo hay que empezar a programar paquetes
turísticos e incentivar un poco a que se realicen este tipo de
actividades".
Pero los atractivos del municipio son muchos más. Así lo explica Juan Carlos:
"El atractivo principal de Boal es el entorno natural. Su eslogan, 'Belleza
Natural', va muy bien con lo que ofrece. Hay unos atractivos muy peculiares
dentro de ese apartado, podemos hablar del río, de la montaña, del bosque, de
la vegetación; también de su historia, de su arquitectura popular, sus
construcciones de indianos... Y por qué no, de sus leyendas, mitad historia
mitad mitología, que cuentan en los pueblos que están basados en hechos que
ocurrieron de verdad".
La naturaleza, la montaña y la historia de Boal están ahí empapando a sus
gentes y a los forasteros que eligen este concejo para pasar unos días. A pesar
de su variada oferta es una zona que está sin masificar, lo cual permite
disfrutar de muchas cosas de una manera relajada, como por ejemplo saborear por
un módico precio un plato de calidad elaborado con productos de la tierra. Es
rico y famoso el municipio por sus carnes de cerdo, cabrito y cordero, así como
por las hortalizas cultivadas en las márgenes del río Navia. Lo más
solicitado por los comensales en las casas de comidas es el caldo de cimois y
berzas, la empanada de carne, la rapa de maíz, el lacón con cimois y cachelos.
Los postres de la zona son los cereixolos, la venera, el requesón, los suspiros
y las cocadas.
El folclore y las fiestas tienen su hueco en el concejo. Además de la Feria de
la Miel, que se celebra en el mes de octubre, las Fiestas de Santiago dan el
campanazo en julio. Bandas de gaitas y festivales folclóricos se combinan con
concursos de pintura, juegos infantiles, carrera de cintas a caballo, romerías
y verbenas. El último día tiene lugar la Jira, comida campestre amenizada con
banda de gaitas. El resultado son días de disfrute tanto para los boalenses
como para los forasteros.
Foto:
Pablo
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Casa de la
apicultura.
El reino de las
abejas
Miel
como la de Boal no hay ninguna. Por ello, para complementar la gran tradición
apícola que caracteriza al concejo se ha creado hace tres años la Casa de la
Apicultura. El centro, que en 1998 logró la catalogación de Colección
Museística, cumple una doble función: por un lado, es el lugar de exposición
de una completa colección de piezas relacionadas con la apicultura tradicional
asturiana; por otro, es un centro de formación e información dirigido al
apicultor de la zona. Está situado en los Mazos, a tres kilómetros de Boal y
cuenta con una sala de exposiciones con cerca de ochenta piezas y un conjunto de
paneles explicativos; una sala de audiovisuales y una completa biblioteca
temática de consulta, con servicio de préstamos, con más de setenta títulos.
La Casa es el origen de la Ruta de la Miel, en la cual, además de visitar la
Colección Museográfica y ver algunos vídeos de apicultura, se puede conocer
la planta de extracción y envasado de miel de una empresa productora de Boal y
acceder a un colmenar para contemplar cómo trabajan las abejas, debidamente
protegidos los visitantes con fundas de apicultor.
Como centro de formación en la Casa de la Apicultura se ofrecen cursos
orientados a la actividad apicultora (gestión, comercialización, manejo de
colmenares, etc.). La mayor parte de estos módulos están homologados por la
Consejería de Medio Rural y Pesca del Principado de Asturias.
Cumple también el centro una función informadora. Comunica puntualmente a los
apicultores de la zona las distintas líneas de ayuda que la Administración
dirige a este colectivo, atiende consultas sobre técnicas de manejo,
enfermedades, tratamientos, etc., y conciencia al apicultor de la necesidad del
Registro de Explotaciones Apícolas, facilitándole impresos y tramitación.
Las visitas pueden conocer la Casa de la Apicultura en su horario de apertura
habitual (diarios, sábados incluidos, de 11h. a 13h. y de 16h. a 19h. y
domingos de 12h. a 13,30h., cerrando los lunes). Las visitas son gratuitas. Es
aconsejable concertar cita previa para los grupos que deseen realizar la ruta de
la Miel llamando al teléfono: 985 62 00 03 del Ayuntamiento de Boal, en horas
de oficina).20 y 21 de mayo.
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