"Tienes
que ser Clint Eastwood en todos los momentos de la vida, porque si
muestras debilidad se te tiran al cuello".
"Las
mujeres saben resistir mejor. El hombre se derrumba con mucha más
facilidad. Tiende más a pegar un puñetazo en la mesa y a mandar a sus
tropas a la batalla".
"Los
malos tratos se acabarían muy sencillamente: después de la primera
bofetada se acabó, primera y última, no hay ninguna más, te vas de
casa".
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HABLANDO
DE MUJERES
Sabe
que es una aventura arriesgada, pero la asume con gusto y con el placer de
sumergirse en aguas desconocidas. No se conforma con escribir sobre mujeres,
sino que bucea en la psicología femenina y se atreve a ver el mundo desde
los ojos de ellas.
No es un esfuerzo inútil, muchas veces acierta. Lo sabe.
Se lo han dicho ellas.
-Parece arriesgado que un hombre se atreva, ya no a hablar
de mujeres, sino a profundizar dentro del universo femenino.
-Me gusta el riesgo, me gusta la curiosidad, me gusta conocer lo que no conozco,
porque escribir sólo sobre lo que ya conozco me parece muy aburrido. El
desafío está en intentar acercarse al interior lógico o emocional de las
mujeres intentando ser lo más veraz posible, acercarse a la complejidad del
laberinto femenino con rigor y con criterio, y que las mujeres al leerlo se
sientan identificadas.
-Las prioridades de las mujeres han cambiado mucho en los
últimos tiempos, ¿porqué?
-Básicamente porque la mujer actualmente tiene posibilidades de ejercer el
poder. Las generaciones anteriores tocaban el poder de una forma típica,
mandando sobre sus maridos si podían y si no obedeciendo como esclavas durante
todas sus vidas. Yo creo que para las nuevas generaciones eso está se ha
terminado.
Otra cosa es la evolución que va a tener ese nuevo papel. Si lo que la mujer
quiere es ocupar el lugar del hombre para ejercer el poder como él lo ha hecho,
con resultados desastrosos, sería una revolución baldía. Si el poder va a
cambiar de manos para que gobierne alguien como Margaret Thatcher, para eso nos
da igual que sea un hombre o que sea una mujer. Pero si intentan ejercer el
poder con planteamientos completamente distintos, con otro sentido de la
política, de la solidaridad y de la creatividad social, pues ojalá haya muchas
más jefas que jefes.
Desgraciadamente a los hombres les cuesta mucho dejar las riendas.
-¿Dirías que la tradición machista tiene los días
contados?
-Es que el machismo está construido a partir del hombre, pero fomentado
sobre todo por la mujer, por las madres, las abuelas, las maestras. Todos somos
cómplices, no hay distinción de sexo a la hora de construir a un hombre
machista. Para darle la vuelta al calcetín tendremos que de esperar a que estas
nuevas generaciones, que ya están siendo educadas por madres que no son
machistas, crezcan y lleguen a ejercer el poder en igualdad de condiciones.
-¿Por qué las mujeres guardan tanto silencio?
-Porque han sido educadas para callar y obedecer, quizás también por
inseguridad, porque lo que tengan que decir no le vaya a gustar a su pareja. Uno
de los problemas de las mujeres es que las educan desde el principio para buscar
la estabilidad a costa de cualquier cosa. Por eso hay tantas mujeres que
aguantan lo inaguantable muchas veces obligadas por sus propias familias.
Los malos tratos se acabarían muy sencillamente: después de la primera
bofetada se acabó, primera y última, no hay ninguna más, te vas de casa y se
acaban los malos tratos. ¿Pero por qué continúan? Pues porque no se van de
casa y porque pesa mucho la complicidad de la familia.
-Un tópico que más valdría echar por tierra es...
-...asociar a la mujer con la debilidad y con no saber enfrentarse a problemas
duros cuando llegan. Mi experiencia es que en los momentos más difíciles las
mujeres saben resistir mejor que los hombres la presión y las adversidades. El
hombre se derrumba con mucha más facilidad. Tiende más a pegar un puñetazo en
la mesa y a mandar a sus tropas a la batalla. La mujer no. Pasado un primer
momento en el que pueda mostrarse desconcertada, desorientada o muy dañada,
suele empezar a buscar soluciones más imaginativas y más basadas en el
diálogo. He conocido a muchas mujeres que han aguantado el temporal, y una vez
que las cosas están más tranquilas toman las decisiones más oportunas. Por el
contrario, el desahogo masculino de muchos jefes que he tenido lo único que han
conseguido es estropear más la situación.
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