-Gran parte de tu vida transcurre en
Radio Asturias.
-Radio Asturias es una empresa asturiana familiar. Venir a la radio
fue casi una continuación de mi casa. Mi padre fue director y yo poco a
poco me fui metiendo. Aunque en un principio no pensaba dedicar mi vida
profesional a esto, llegó un momento que me enganchó de verdad, sobre
todo por el aspecto musical, y ahí me fui enrollando poco a poco,
adquiriendo más responsabilidades y profesionalizándome.
-¿Qué labor desempeñas dentro de Radio Asturias?
-En una emisora pequeña tienes que hacer un poco de todo. Digamos
que mi puesto oficial es de coordinador de los musicales, mi
responsabilidad son los 40 Principales y Dial. Pero también hago algún
reportaje, alguna entrevista para onda media, llevo un poco el tema de
promoción, algo de publicidad... Un poco de todo, como hacemos la
mayoría de la gente que trabajamos en la radio.
-Tienes vena de músico ¿activo o frustrado?
-Frustrado, claramente frustrado. Yo no sé por qué, a alguna
gente le parece mal cuando hablas de los críticos como músicos
frustrados. En mi caso es cierto totalmente. En esta vida me hubiera
gustado ser un gran músico. A los catorce años, cuando empecé a tocar
la guitarra, quería ser como Jimi Hendrix, pero me di cuenta que no
pasaba de sacar cuatro punteos y abandoné. Me dije: bueno hay otra cosa
que no es lo mismo pero puedo sustituirlo y es darle al play y que suene
lo mejor, y además lo pude hacer a través de una emisora y así abrir la
posibilidad a que un montón de gente también lo pudiera disfrutar. Lo
que más me gusta es cuando se combina la música y la radio.
-¿Cómo combinas tu profesión con tu vida privada?
-Lo más complicado es compaginar la nocturnidad con el madrugar.
Aquí no puedes cerrar el kiosco a las siete e irte para casa, normalmente
los conciertos son a partir de las ocho de la tarde, luego está el
postconcierto, las copas con los músicos, las charlas... Aquí es muy
difícil hacer planes, los amigos tienen que quedar en un segundo plano,
por el verano a lo mejor programas un fin de semana para ir a la playa y
te surge hacer un programa al aire libre o ir a un concierto.
-Ahora mismo en Asturias hay un panorama musical que parece muy
fecundo, ¿cómo lo ves tú?
-Desde hace bastantes años en Asturias hay un nivel de calidad y
cantidad muy bueno. Aquí, desde hace bastantes años tenemos una
efervescencia musical importante. Yo creo que somos de las zonas de
España más punteras. Quizá falta pegar el salto a nivel nacional a una
serie de grupos que quedaron a medio camino. Nosotros desde hace quince
años llevamos haciendo un concurso de maquetas, que empezó con la idea
de grabar un single y que ahora mismo es importante a nivel nacional,
sobre todo por la cuantía de los premios. Y nos damos cuenta de que
aunque la participación es más escasa, porque tienen que ser gente que
no haya grabado discos, ves que todo se va renovando y que hay una serie
de grupos que se van consolidando. Se puede decir que en Asturias hay un
gran nivel musical.
-Algunos artistas asturianos están despuntando, como Hevia, Llan de
Cubel, Tejedor... ¿Es la hora de Asturias?
-Yo llevo esperándola. Como bien dices, tenemos el caso de Hevia que
es una música, en principio, minoritaria. El boom de la música celta
empezó a despuntar aquí hace seis años, y ya había grupos muy buenos,
como Llan de Cubel, con proyección internacional. Hevia, con la edad que
tiene, dirige o dirigía cuatro escuelas de gaita, con una mentalidad
nueva dirigida a abrir campos. Y pasó lo que todos sabemos, que de
repente consigue vender cerca de un millón de discos en España un señor
que toca la gaita, cosa que no se lo creía nadie, ni Hevia, ni la
compañía, ni yo.
Luego está el Sonido Gijón o Xixón Sound, que se llegó a vender muy
bien. Ahí destacó mucho Australian Blonde, que no llegó a romper la
barrera de la música independiente, pero tuvo nombre fuera de Asturias.
Lo que nos hace falta ahora es que salgan tres o cuatro grupos, que es lo
que hace dirigir la mirada del resto del país a una zona.
-¿Y no padecemos una falsa modestia, que se traduce en no valorar
las cosas de casa cuando realmente tenemos cosas importantes?
-Sí, yo creo que aquí la gente de Asturias en general nos movemos
entre dos extremos, de creernos los mejores pasamos a pensar que no
servimos para nada.
-¿La música sigue teniendo un papel relevante como elemento
transformador de la sociedad?
-Yo creo que sí. Si existe un arte popular conectado con la calle, es
la música. Hay más gente que escucha música que lee libros o que va al
cine. Está claro que no tiene un protagonismo tan marcado como los
cantautores en la época de la transición, pero sigue siendo el reflejo
de lo que sucede en el país. Si examinamos un país a través de
reportajes de televisión, es evidente que en cada momento de ese país
hay una canción o un movimiento musical que acompaña. Es la cosa más
viva, más popular y más inmediata. Es un reflejo de lo que hay en la
calle, de lo que piensa la gente.
-¿A la música se le puede aplicar lo que decía aquel gran poeta:
"es un arma cargada de futuro"?
-Sí, sí, a la poesía y a la música. La otra cara de la moneda
de la música es verlo como un negocio que mueve muchísimo dinero. En
Inglaterra existe una industria alrededor del pop y del rock desde la
época de los Beatles que genera más divisas que el whisky escocés o los
coches. Cuando digo la música englobo también lo que gira alrededor,
como la moda o el diseño. Yo creo que es una industria que aquí los
políticos no supieron ver. Desde luego esto no va a ser el centro del
universo musical, pero nosotros podemos aportar cosas importantes.
-¿Qué opinas del festival Doctor Music?
-Doctor Music es uno de los grandes festivales de este país. Yo
me alegro mucho por todos los asturianos que nos lo hayan traído a casa.
Lo que sí critico son dos cosas: primero, si esto lo hace una empresa
catalana solvente, con experiencia y con un historial como es el Doctor
Music ¿por qué no lo hacen durante cuatro o cinco años? Y si no hubo
posibilidad de llegar a un acuerdo en ese aspecto ¿por qué Asturias no
crea su propio festival? En vez de ser el festival de la vaca sería el
del urogallo, del oso, de la Asturies patria querida... o lo que sea. El
sitio lo tenemos, gente preparada hay de sobra, y por supuesto también
hay contactos con la gente de Doctor Music o de cualquier otra compañía.
La gente de aquí que participa en esto más directamente es gente que
antes estuvo en el Ayuntamiento de Gijón y sabe mucho del tema. Trajeron
a los Rolling Stones saltándose todas las barreras y todos los
intermediarios de este país para ofrecérnoslos, son lo máximo. Yo me
pregunto que por qué esta gente no se metió en un proyecto a largo plazo
para crear un festival e ir creciendo a lo largo de los años. De
cualquier manera seguro que la gente se lo va a pasar muy bien, me parece
perfecto que venga.
-Si tuvieras que grabar un disco ¿Qué estilo de música
elegirías?
-Hombre, yo lo máximo que hice fue cantar en el coro del colegio.
Desafino bastante bien y desde luego no toco ningún instrumento. Sin
embargo tengo un proyecto que siempre cuento a los amigos medio en broma
medio en serio, que es grabar con músicos asturianos una versión del Hey
Joe que popularizó a Jimi Hendrix. Con un buen número de
instrumentistas asturianos haría una cosa así pero más que nada para
regalar por Navidad a los amigos.
-¿Un valor prioritario en tu vida?
-A mí lo que más me gusta del mundo es la música. Hay un
eslogan de los 40 Principales que yo suscribo "Sería terrible vivir
sin música". Yo creo que la música es lo que más me marcó en la
vida, siempre está ahí, puedes cambiar de mujer, de amigos, de país, de
ideología y de color de pelo pero la música siempre está ahí, forever
and ever.
-¿Crees que la música es un valor solidario?
-Yo creo que sí. Por ejemplo aquí en Oviedo pasó una cosa con
el grupo La Ruta, que en un accidente perdió los instrumentos, y los
grupos de aquí organizaron inmediatamente un concierto para sacar fondos.
Otra cosa es que los músicos entre ellos son igual que las folclóricas,
hay mucha envidia, pero a la hora de apoyar una causa común lo hacen como
nadie. En lo que a mí toca, me siento muy orgulloso de la gente que
rápidamente reacciona así.