"La
verdad es que ponerse a escribir es una tarea harto complicada. Mucha gente piensa que
todo se arregla con las musas y la inspiración, pero escribir es algo más complejo que
todo eso".
"Si no eres autoexigente es mejor que no
hagas nada".
"Yo creo que con los años perdemos
esperanza y ganamos memoria. La memoria es una herramienta literaria mucho más
interesante que la esperanza". |
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La literatura es su pasión, su
necesidad biológica, la puerta a través de la cual plasma su universo creador. La magia
de las palabras, la geometría del verbo creador emerge de su interior y le invita a
viajar en el espacio sin tiempo de sus pensamientos.
-¿Naciste siendo
escritor o te has forjado con el tiempo?
-El escritor nace y va haciéndose, es un proceso lento y mágico. En mi caso, y creo que
en el de la mayoría, se inicia en la infancia. En la que nos tocó vivir en este país en
los primeros años de los 60, había que echar mano de la imaginación como recurso para
consumir ese tiempo lento de la infancia. Por lo tanto, el escritor en un porcentaje
mínimo nace y en un porcentaje máximo se hace.
-¿Qué género literario te ha conquistado?
-La narrativa, sea relato corto o novela, y muy de vez en cuando, poesía. La poesía es
casi como un ejercicio. Sólo de vez en cuando, y con mucho respeto, hago algún intento
poético.
-¿Eres muy exigente contigo mismo?
-Yo creo que sí. Es una cuestión de autodisciplina y de dignidad. Si no eres
autoexigente es mejor que no hagas nada.
-¿Se necesita vivir para escribir o basta con la
imaginación?
-No, no basta con la imaginación, porque si no crearíamos productos enloquecedores,
ilegibles. Por supuesto, hay un componente de técnica que vas ganando con el tiempo y la
lectura; hay un componente muy importante de erudición, porque tienes que saber lo que
estás haciendo, conocer los recursos, conocer lo que ya hay hecho; hay un sinfín de
componentes. La verdad es que ponerse a escribir es una tarea harto complicada. Mucha
gente piensa que todo se arregla con las musas y la inspiración, pero es algo más
complejo que todo eso. De imaginación sólo, no se vive.
-Recientemente has publicado la novela "Palabras de
cocaína" ¿qué has querido conseguir con ella?
-No es que yo me marque a priori unas pretensiones, digamos académicas. Una novela es un
trayecto y un trabajo muy largo. Ella me va conduciendo a mí y no sólo yo a ella. Los
personajes, el ambiente, las circunstancias, todo me va llevando al final de la novela. Yo
respeto mucho el lenguaje, porque quiero conseguir una argamasa, construir algo que
lingüísticamente tenga una dignidad y tenga un sello. No cabe duda de que soy un gran
defensor de los estilos en general, y dentro de los generales, los propios. Traté de
conseguir eso. También traté de tener muy en cuenta a un hipotético lector, que siempre
está ahí, invisible pero presente cuando escribo.
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