-¿Qué se siente al ser Hijo Adoptivo de Navia?
-Soy Hijo Adoptivo ya de distintos lugares. Ante eso hay dos posturas: una de ellas es que debo tener pinta de desamparo, porque llevo un tiempo que en cualquier lugar me hacen hijo adoptivo. La otra es el hecho de la identificación, de sentirse con gente amistosa a la que uno quiere; de sentirse en un plano de igualdad en cuanto a la referencia del lugar. En Navia he tenido y sigo teniendo amigos; digo que he tenido porque la vida pasa, y no pasa en vano, se lleva por delante a mucha gente que uno quiere. Pero me siento muy vinculado a Navia.

-Como buen conocedor del Occidente asturiano qué piensa sobre el potencial desarrollo del Valle del Navia?
-Yo no soy ni economista, ni político, ni industrial... simplemente soy un hombre con una apreciación visual más o menos extrema y con una destreza para pintar más o menos estimable. Mi relación con esa zona, lo que en principio me fija a mí a ella, es la belleza de su paisaje. Yo he viajado por distintos lugares del mundo y puedo asegurar que éste es uno de los paisajes más hermosos que conozco. Por otra parte, al estar ahí con frecuencia, me ha hecho entrar en relación con la gente del lugar, y veo su calidad.
En cuanto al potencial industrial y demás, no llego a poder enjuiciarlo objetivamente. Las cosas que yo puedo más o menos estimar, y al mismo tiempo criticar, es que es una zona que se ha desarrollado con verdadero vigor, pero se ha desatendido la singularidad de su belleza, y a veces, y con mucho, se la ha deteriorado. Yo no soy enemigo de que se establezcan industrias, pero que no deterioren el entorno. Ambas cosas son compatibles. Esto requeriría quizá una legislación oportuna por parte del Principado o la presencia de gente que vigilara esto en los distintos ayuntamientos. También he observado que mucha de la gente que vive en lugares hermosos, desconoce la belleza de su lugar, quizá porque la tienen diariamente debajo de la nariz y no llegan a verla.

Arropado por el macizo de Peña Mayor se encuentra el concejo de Nava. Está además rodeado de numerosos ríos y arroyos, y bañado por el Piloña, afluente del Sella. Su actual fama mundial se la debe a la abundante producción de sidra y al Festival que a ella se dedica desde 1969.

-¿Qué necesita una televisión de este tipo de cara al futuro?
-Lo que más nos preocupa a todas las televisiones, no sólo asturianas sino de España entera, es que haya un reglamento de una vez. La ley que hay es la del 95, y no se ha desarrollado ampliamente. Es necesario que se termine la incertidumbre que viven muchas emisoras, al no saber muy bien a qué ley atenerse. Por otro se requiere también que se abaraten los costes, tanto de los programas que se adquieran como de los de producción propia, haciendo más asequibles los costes de los equipos.

-¿Cómo ha sido la acogida de este medio en la zona desde que nación en 1994?
-Nosotros cuando comenzamos estábamos capacitados para ofrecer imagen y sonido a unos diez municipios como mucho. Luego se han ido ideando fórmulas, o convenios, si podemos llamarlos así, con ayuntamientos, pequeñas poblaciones, asociaciones, etc, para que más gente pudiese captar esta televisión, ya que al saber que existe una señal en el pico de su domicilio, quieren que la información llegue a esos municipios. Esto nos ha dado a entender que esta zona del Occidente de Asturias tenía un déficit de información. Que muchos municipios hayan aportado una colaboración significa que quieren conocer sus propios problemas, no que vengan de otros sitios a grabarlos.

-¿Cómo ves la evolución que ha tenido el Descenso?
-Para mí hay tres puntos muy importantes: primero, el enorme prestigio que fue cogiendo la prueba con el pasar de los años, y que dio realce en particular a la villa de Navia. No en vano se la conoce en toda España y parte del extranjero, porque aquí han venido equipos de todo el mundo. Segundo, ha sido muy importante la consolidación de una junta directiva que durante 43 años ha sabido ir renovándose en todo momento para que esto no muriera. Y el tercer punto, es gente joven la que va relevando a los mayores, y esto es una de las partes más importantes. Además, todo el pueblo está muy involucrado, tanto en la prueba como organización, y ahora sí es puntuable para el campeonato de España de larga distancia y también para el de Asturias.

-Esta prueba de natación tiene un gran peso tanto a nivel nacional como internacional. ¿Cómo la definirías?
-Creo que lo más importante es que aquí viene gente muy joven a nadar, gente que está empezando, y que al cabo tres o cuatro años consiguen unos tiempos muy importantes, porque ganan muchas pruebas. Son los que después participan en una olimpiada o en unos campeonatos europeos. Muchas veces la gente dice que aquí viene gente muy joven, pero es que los nadadores empiezan a nadar muy jóvenes y se retiran muy jóvenes. David Meca es un nadador muy veterano, y sólo tiene veintitrés años, pero ha ganado nueve veces el Descenso. Quiero decir que, por aquí han pasado nadadores que cuando venían no tenían un nombre a nivel nacional, y al cabo de dos o tres años ya son figuras.

 DAVID MECA 
A por todas

Está claro: el agua es su elemento. Cada competición es un reto consigo mismo por alcanzar una nueva marca. Simplemente quiere saber su capacidad, cuáles son sus límites y hasta dónde puede llegar. De momento no lo ha averiguado.

-¿Entonces se te ha devuelto en parte tu dignidad dañada?
-A la gente que me conoce no hacía falta que se le demostrara nada. Con todas las pruebas que hemos hecho, pruebas capilares, de ADN, de sangre... ya nos ha dado la razón, pero siempre hay alguno que dice "bueno, a ver ahora qué pasa cuando vuelva". Por eso era importante volver a la competición e ir al Campeonato de Europa, ganar dos medallas como nunca había hecho y bajar mis marcas. Yo creo que eso ha sorprendido. Y ha sorprendido sobre todo porque ha sido un año y medio de no poder entrenar al cien por cien, porque tenía que estar por médicos, por análisis, por viajes, ruedas de prensa, abogados, con lo cual es más difícil aún el estar en el nivel que estaba antes. Creo que eso lo he superado en parte y sí que ha hecho cambiar a algunos.