Foto: Isabel Muñiz
"Muchas
veces digo que el cuerpo piensa y que el pensamiento siente. Trabajo mucho
con las contradicciones. Soy muy mental y soy muy pasional."
"Verdaderamente
seguimos viviendo en una sociedad machista".
Foto:Daniel Miracle
"A
los asturianos nos gusta hablar, nos gusta cantar, somos festejeros y
ruidosos". |
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"Estoy
orgullosa de ser mujer"
La
trajo a nuestras tierras la representación del montaje "1999
L-imitaciones mon amour", una arriesgada obra de danza contemporánea.
Una buena ocasión para regresar a su ciudad natal, Avilés, y respirar
otra vez sus recuerdos más entrañables.
Con tan solo 16 años decidió
marcharse de Avilés para entregarse por completo al mundo de la danza.
Atrás quedó entonces una pequeña aldea cerca de la Carrenina. De Madrid
a Francia, de Francia a Alemania, de Alemania a Nueva York, hasta regresar
en el año 92 a Madrid. Actualmente Olga Mesa, bailarina y coreográfa,
destaca en el panorama nacional de danza contemporánea con luz
propia.
-Hace poco recibiste la distinción
"Asturiana del mes" por parte de La Nueva España. ¿Qué
reconoces en ti del carácter asturiano?
-A los asturianos nos gusta hablar, nos gusta cantar, somos festejeros y
ruidosos. La familia de mi madre es asturiana, y físicamente he salido
muy asturiana, mientras que por parte de mi padre toda la familia es
canaria. El vivir muchos años fuera me ha desconectado mucho y siempre he
sentido muy desarraigada, pero últimamente he experimentado esa necesidad
de volver a conectar con Asturias. Sin apenas darme cuenta hemos venido a
actuar aquí. Además de eso también obtuve la mención de La Nueva España
como asturiana del mes y también empiezo a encontrarme con artistas
asturianos.
-Con dieciséis años te marchas de
casa dispuesta a empezar una vida independiente. ¿Hace falta tener un carácter
fuerte para tomar una decisión así?
-Fuerte y frágil, todo. Entonces era muy joven y me veía tomando
decisiones yo sola, decidiendo cosas por mí misma. Quizás con los años
te das cuenta de lo que haces porque cuando uno tiene dieciséis años la
verdad es que no eres tan consciente. De todas formas yo creo que el carácter
no viene de ahí, sino que se forja antes, en el periodo de tiempo en que
el feto está dentro de la madre hasta los dos años.
El hecho de tomar una decisión así siendo tan joven te da empuje a la
hora de luchar por lo que quieres, por lo que estás buscando, pero eso no
quiere decir que seas fuerte.
-Al estar encima de las tablas ¿quién
lleva la batuta, la mente o el corazón?
-Creo que hay una gran parte mental, porque continuamente al cuerpo le
estoy preguntando cosas; sin embargo hay ocasiones en las que de repente
tengo necesidad de romper todo ese cuestionamiento y vivirlo como una
emoción. Creo que puede haber una manera de sentir muy mental y una
manera de pensar totalmente temperamental. Muchas veces digo que el cuerpo
piensa y que el pensamiento siente. Trabajo mucho con las contradicciones.
Soy muy mental y soy muy pasional, creo que las dos cosas están muy
presentes en el trabajo.
-El hecho de tener tu propia compañía
de danza, siendo una mujer joven, ¿te ha supuesto alguna dificultad?
-Ninguna. Yo creo que cada mujer puede ser un tótem fuerte. Yo estoy muy
orgullosa de ser mujer, a partir de ese punto intento reivindicarlo cada
vez más. Como compañía tenemos la dificultad que tienen todos, la que
tiene cualquier artista para que se reconozca tu trabajo y para que le den
oportunidades. Yo he tenido suerte, he tenido personas que me han cuidado
y creo que he sido afortunada por las oportunidades que se me han
presentado, que me han abierto puertas y posibilidades.
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