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SUPLEMENTO ASTURIAS 

MUSEO DEL FERROCARRIL EN ASTURIAS

Javier Fernández López

a todo tren

Locomotora Ht nº120, construida por Hulleras de Turón en 1931, de diseño y construcción enteramente asturianos.
Foto: Museo del Ferrocarril de Asturias

 

 

 

 

 

 

 

 

El día 23 de julio de 1874 entró en servicio oficialmente el edificio de la Estación Norte de Gijón. Ciento veinticuatro años después, el 22 de octubre de 1998, el mismo lugar acoge la sede del Museo del Ferrocarril de Asturias, un gran esfuerzo por recuperar la historia del patrimonio ferroviario asturiano.

Texto y fotos: Lupercio González

Javier Fernández, director del Museo del Ferrocarril de Asturias.La red ferroviaria de Asturias, al ser una de las más densas del país, jugó en su día un papel fundamental en el desarrollo económico, industrial y social de nuestra región. De las trescientas locomotoras de vapor que existían en su época, 65 de ellas estaban en Asturias, por eso hoy contamos con una de las colecciones más importantes de España en cuanto a material ferroviario. "Nosotros partimos de cero -rememora Javier Fernández López, director del Museo- lo único que había era el edificio antiguo de esta Estación del Norte de Gijón y el terreno donde estamos ahora. Hoy en día la colección está compuesta por más de mil piezas distintas, de las cuales más de cien son vehículos. Además, hay una biblioteca con más de siete mil volúmenes y cinco mil imágenes".
Javier Fernández está al frente del museo desde sus primeros pasos, en junio del 92. Su amor por el ferrocarril y su interés por la conservación del patrimonio arqueológico-industrial le han llevado a concebir el museo como una entidad con fines expositivos pero también investigadores, divulgadores y restauradores.

“El museo ha tenido que superar varios problemas logísticos importantes. No es lo mismo colocar cuadros que colocar piezas que pesan hasta 120 toneladas”

-¿Cómo surgió esta idea?
-Es una idea muy antigua. Ya desde los años 60 y 70 se hablaba de hacer un museo en Asturias. Nuestra red ferroviaria era una de las más amplias de España, sobre todo en la zona central. Teníamos la quinta parte, o más, de todas las locomotoras de España. Era uno de los conjuntos más destacados por su variedad y por su valor histórico. Además, la existencia de la siderúrgica propició la conservación de máquinas que en otros sitios habían desaparecido. En realidad el Museo surge cuando se conjugan tres circunstancias: la existencia de este patrimonio; la existencia de un lugar físico para colocarlo -oportunidad que surge cuando se hace el nuevo plan de red arterial de Gijón, con lo cual queda liberada la antigua Estación del Norte de Gijón para usos culturales- y por último, cuando se consigue una financiación europea para hacer la primera inversión."La red ferroviaria asturiana era una de las más amplias de España. Teníamos más de la quinta parte de todas las locomotoras del país"

-¿Cuál es la finalidad de este Museo?
-Conservar un patrimonio para su disfrute público a través de la investigación, de la difusión y de la exposición de ese patrimonio. En nuestro caso, estamos hablando del patrimonio ferroviario industrial asturiano, y por tanto su finalidad básica es la conservación de ese patrimonio, propiciando su difusión al máximo nivel. Este es un Museo abierto a todo tipo de público, no pretende ser elitista y eso lo ha confirmado en que este primer año tuvimos unos 84.000 visitantes. Pretendemos que sea un Museo abierto a toda la sociedad, que es quien lo está pagando.

-¿Ha supuesto un gran esfuerzo hacer un museo de este tipo?
-El museo ha tenido varios problemas logísticos importantes. No es lo mismo colgar cuadros o colocar esculturas, salvo que sean esculturas gigantescas, que colocar piezas que pesan hasta 120 toneladas, y nosotros tenemos un buen número que superan las cinco y las diez toneladas. Así pues, sólo mover las ciento y pico piezas grandes que tenemos, y las mil y pico medianas y pequeñas, ha supuesto un esfuerzo logístico importante. Hay que pensar que muchas de esas piezas estaban repartidas por toda Asturias y no se podían mover por vía ferrea porque ya llevaban muchos años abandonadas. Las piezas que recuperábamos normalmente estaban en un estado terrible. No habían sido desguazadas porque la gente era consciente de su valor histórico, pero tampoco las mantenían. Hubo que hacer un trabajo de restauración enorme, especialmente dificultoso por problemas de documentación, de presupuesto y de encontrar gente que supiera hacerlo.

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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