| | SUPLEMENTO ASTURIAS
MUSEO DEL
FERROCARRIL EN ASTURIAS
Javier
Fernández López
a
todo tren
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Foto: Museo del Ferrocarril
de Asturias
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El
día 23 de julio de 1874 entró en servicio oficialmente el edificio de la
Estación Norte de Gijón. Ciento veinticuatro años después, el 22 de octubre
de 1998, el mismo lugar acoge la sede del Museo del Ferrocarril de Asturias, un
gran esfuerzo por recuperar la historia del patrimonio ferroviario asturiano.
Texto
y fotos:
Lupercio González
La
red ferroviaria de Asturias, al ser una de las más densas del país, jugó en
su día un papel fundamental en el desarrollo económico, industrial y social de
nuestra región. De las trescientas locomotoras de vapor que existían en su época,
65 de ellas estaban en Asturias, por eso hoy contamos con una de las colecciones
más importantes de España en cuanto a material ferroviario. "Nosotros
partimos de cero -rememora Javier Fernández López, director del Museo- lo único
que había era el edificio antiguo de esta Estación del Norte de Gijón y el
terreno donde estamos ahora. Hoy en día la colección está compuesta por más
de mil piezas distintas, de las cuales más de cien son vehículos. Además, hay
una biblioteca con más de siete mil volúmenes y cinco mil imágenes".
Javier Fernández está al frente del museo desde sus primeros pasos, en junio
del 92. Su amor por el ferrocarril y su interés por la conservación del
patrimonio arqueológico-industrial le han llevado a concebir el museo como una
entidad con fines expositivos pero también investigadores, divulgadores y
restauradores.
“El
museo ha tenido que superar varios problemas logísticos importantes. No es lo
mismo colocar cuadros que colocar piezas que pesan hasta 120 toneladas”
-¿Cómo surgió
esta idea?
-Es una idea muy antigua. Ya desde los años 60 y 70 se
hablaba de hacer un museo en Asturias. Nuestra red ferroviaria era una de las más
amplias de España, sobre todo en la zona central. Teníamos la quinta parte, o
más, de todas las locomotoras de España. Era uno de los conjuntos más
destacados por su variedad y por su valor histórico. Además, la existencia de
la siderúrgica propició la conservación de máquinas que en otros sitios habían
desaparecido. En realidad el Museo surge cuando se conjugan tres circunstancias:
la existencia de este patrimonio; la existencia de un lugar físico para
colocarlo -oportunidad que surge cuando se hace el nuevo plan de red arterial de
Gijón, con lo cual queda liberada la antigua Estación del Norte de Gijón para
usos culturales- y por último, cuando se consigue una financiación europea
para hacer la primera inversión.
-¿Cuál es la
finalidad de este Museo?
-Conservar un patrimonio para su disfrute público a través
de la investigación, de la difusión y de la exposición de ese patrimonio. En
nuestro caso, estamos hablando del patrimonio ferroviario industrial asturiano,
y por tanto su finalidad básica es la conservación de ese patrimonio,
propiciando su difusión al máximo nivel. Este es un Museo abierto a todo tipo
de público, no pretende ser elitista y eso lo ha confirmado en que este primer
año tuvimos unos 84.000 visitantes. Pretendemos que sea un Museo abierto a toda
la sociedad, que es quien lo está pagando.
-¿Ha supuesto un
gran esfuerzo hacer un museo de este tipo?
-El museo
ha tenido varios problemas logísticos importantes. No es lo mismo colgar
cuadros o colocar esculturas, salvo que sean esculturas gigantescas, que colocar
piezas que pesan hasta 120 toneladas, y nosotros tenemos un buen número que
superan las cinco y las diez toneladas. Así pues, sólo mover las ciento y pico
piezas grandes que tenemos, y las mil y pico medianas y pequeñas, ha supuesto
un esfuerzo logístico importante. Hay que pensar que muchas de esas piezas
estaban repartidas por toda Asturias y no se podían mover por vía ferrea
porque ya llevaban muchos años abandonadas. Las piezas que recuperábamos
normalmente estaban en un estado terrible. No habían sido desguazadas porque la
gente era consciente de su valor histórico, pero tampoco las mantenían. Hubo
que hacer un trabajo de restauración enorme, especialmente dificultoso por
problemas de documentación, de presupuesto y de encontrar gente que supiera
hacerlo.
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