Feminista y decidida, Dulce
Gallego, es la primera vez que ocupa un cargo institucional aunque desde muy joven se ha
visto comprometida con los temas sociales y políticos. Ahora la formación para el empleo
y la Concejalía de la mujer son sus principales ocupaciones en el ayuntamiento gijonés.
"Tener
posiciones más radicales cuando se es joven creo que es hasta saludable. Después con los
años, te vas serenando"
"Para mí el feminismo es un sentimiento
de rebeldía ante una situación de injusticia social"
"Una característica que tenemos que
tener los que nos interesamos por los temas sociales, es vivir con intensidad el presente
y preparar con intensidad el futuro"
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"LA PARIDAD NO ES SÓLO EL 50%"
Llegada de
las filas de Nueva Izquierda y dispuesta a trabajar duro. Dulce forma parte del actual
equipo de gobierno socialista. Desde hace ya dos meses compagina su trabajo profesional en
el Plan Regional sobre Drogas desde la Consejería de Servicios Sociales, con las
obligaciones de su nuevo cargo.
-¿En qué consiste tu trabajo en el ayuntamiento gijonés?
-Me encargo de la Concejalía de la Mujer. En esa concejalía se desarrollan todas
las políticas de igualdad, yse coordina la relación con todo el movimiento asociativo de
mujeres, tanto asociaciones feministas como vocalías de mujeres en los barrios. Una de
las tareas pendientes es la firma de la Carta de la Mujer en la Ciudad, que estaba dentro
del programa electoral y es una parte que yo voy a desarrollar. Otra de las tareas es
formar parte de una comisión de seguimiento del plan PILES que es el plan laboral de
inserción que tiene el ayuntamiento de Gijón.
-¿Cuándo te interesó la política por primera vez?
-Empecé a militar en un partido político antes de la transición, en el año 73.
Era un partido radical de izquierdas al uso de lo que entonces se llevaba, que era la
bandera roja. Empecé a trabajar por construir una asociación feminista en el año 74 lo
que culminó en el 75 con la primera asociación feminista asturiana, la Asociación
Feminista Democrática, de carácter multiárea. En ella estaban las mujeres de todos los
partidos de la izquierda, además de los independientes.
-Ese espíritu de entonces ¿cómo ha ido modificándose?
-Yo creo que una cosa que dan los años es la serenidad. Tener posiciones más
radicales cuando se es joven creo que es hasta saludable. Después, con los años, te vas
serenando a medida que vas conociendo más cosas que da la vida, y vas teniendo más
experiencia.
-¿Cómo es ahora Dulce?
-Intento ser una persona cordial y cercana a toda la gente que me rodea, creo que
esa es mi principal característica. Intento estar siempre cerca de mis amigos,
familiares, compañeros del partido... y establecer unas relaciones que creen
conocimiento, que creen también vínculo afectivo.
-En una trayectoria política y laboral ¿qué valores no se pueden perder?
-Uno de ellos la solidaridad, algo que luego tiene una concrección cotidiana en
el momento de relacionarte con la gente. También la claridad y el hacer las cosas
pensando en los que te rodean.
-Tienes por delante compaginar tu trabajo profesional con tu tarea política...
-Sí, voy a seguir trabajando. De mano me ha supuesto reajustar un poco todo lo
que tengo, porque cuando uno se hace responsable ante los ciudadanos de trabajar en un
ayuntamiento importante como el de Gijón, se adquiere un compromiso de dar lo mejor de ti
en todo lo que hagas.
-¿Tu trayectoria feminista dará una sensibilidad especial a la concejalía de
la mujer?
-Yo creo que sí. Una de las cosas que hacía falta en las instituciones es que
las mujeres que se encarguen de los temas de mujeres tengan una sensibilidad y una manera
especial de entender el tema. Es un reto de calidad que había que ponerle ahora mismo a
las instituciones. NI es un partido que es paritario y hemos propuesto que las listas y
los gobiernos fueran paritarios. Pero la paridad no es sólo un tema numérico de 50%,
sino que es cuestión de imprimir una determinada sensibilidad con respecto a la igualdad
de las mujeres. Porque los temas de la mujer, son los temas de la igualdad entre los
hombres y las mujeres, son los temas de hacer que la democracia sea una democracia más
real.
-¿De esos tiempos pasados añoras algo?
-Yo creo que hay una generación de mujeres muy olvidada, tanto por los
movimientos de mujeres como por la historia en España, y es la generación de mujeres de
los años 20 y 30. Son mujeres que han luchado a favor de las mujeres, que se han
implicado en las luchas en su país, en el movimiento obrero, en la participación
política... son las grandes olvidadas de la historia. Tenemos que recuperar cualidades de
esas mujeres como honestidad política o compromiso personal.
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