Actualmente la asociación Fondo Asturiano para la Protección de las Especies Salvajes (FAPAS) centra sus esfuerzos en la conservación del oso pardo en la Cordillera Cantábrica, lo que implica a su vez la conservación de su ecosistema. También ha empezado a trabajar en colaboración con el Fondo Patrimonio Natural Europeo para conservar al lince. El proyecto se desarrolla en sierras extremeñas. "Estamos empezando una labor de desbroce de monte en tipo mosaico para favorecer la comida del conejo, que es a su vez presa del lince -comenta Ignacio Congost, abogado medioambiental y uno de los responsables de la nueva sede de FAPAS en Gijón-. Es un proyecto ambicioso que puede tener buen resultado a corto plazo".

Como complemento de la sede del Fapas en Llanes, el nuevo local inaugurado en Gijón pretende ser un centro de información desde el que se puede dar a conocer el trabajo de la asociación. "Hasta ahora el Fapas siempre ha trabajado en el monte, muchas veces de forma anónima, sin que trascendiera su labor contra el furtivismo y la paralización de infraestructuras negativas para el ecosistema atlántico". Congost además reconoce que la respuesta de la gente ha sido muy positiva. La nueva sede, que se encuentra situada frente al puerto deportivo, apenas lleva dos meses funcionando y ha recibido numerosas visitas de personas interesadas y dispuestas a colaborar.
Con la finalidad de dinamizar el mundo ecologista urbano y reivindicativo y promover el espíritu de conservación de la naturaleza, tienen previsto continuar organizando periódicamente una serie de conferencias, mesas redondas, etc. Es una iniciativa que ya han puesto en marcha con una serie de conferencias en la que participaron destacados naturalistas y el fiscal medioambiental Joaquín de la Riva.

Entre los nuevos proyectos se encuentra el Fapas Joven. Gracias a él los jóvenes mayores de 16 años que lo deseen podrán conocer y aprender a seguir las huellas de los animales, distinguir las especies de flora y fauna en peligro de extinción y conocer la problemática de los diferentes ecosistemas. Las clases de educación ambiental se completarán con salidas al campo en las cuales se pondrán en práctica los conocimientos adquiridos. No sólo se realizarán viajes a rincones asturianos sino también a otros lugares de España para conocer in situ sus ecosistemas. "El Fapas mantiene muy buenas relaciones con otros grupos ecologistas del Estado y serían estos grupos los que enseñarían a nuestros jóvenes las características de sus respectivos lugares". Para abrir fuego ya está previsto un viaje a la dehesa extremeña.

Con la incorporación de Congost, el Fapas en Asturias pretende también que la conservación de la naturaleza tome un cariz más jurídico, y no sólo se encauce a través del conservacionismo tradicional. "El plano de la defensa ambiental cobra cada día una mayor importancia y es cada vez más efectivo. Tenemos muchísimas leyes de conservación que no se aplican porque se desconocen".
Entre las necesidades que Ignacio plantea para el ecologismo en Asturias se encuentra la mejora de las relaciones entre los diferentes colectivos. El clima de tensión existente entre estos constituye en ocasiones un obstáculo para la defensa de la naturaleza. "El Fapas tiene que tender la mano a todo el mundo que quiera colaborar y dejarse de entrar en polémicas. Todo aquel que quiera conservar la naturaleza nos tiene a su disposición".