Tras cinco kilómetros y aproximadamente una hora de buen caminar por suave pendiente, nos encontramos en La Pornacal. Forman el conjunto de esta braña los barrios del Río, la Prida, El Medio y El Cabo, aproximadamente una treintena de teitos de escoba. Como su nombre indica, la techumbre está hecha con ramas de piornos. De planta rectangular con dos alturas, la inferior aprovechada como cuadra para el ganado y la superior como dormitorio y tenada. Durante los meses de verano se encuentra muy concurrida por vecinos de Villar de Vildas, gente amable y parlanchina presta siempre a comunicarse e informarnos de la ruta.

Pico El Cornón

Abandonamos la braña, prolongando la pista hacia el sur. Esta transcurre por la izquierda del río, que por estos lares riega las fértiles praderas de la Requexada. Un suave ascenso de tres kilómetros contemplando cumbres señeras del Parque; al sur asoma la mole espléndida del Cornón, al oeste, La Muchadina, El Cabril, Fanarrionda, Tchandurrio, al este, la sierra de las Caranganas, la Enfestiella, para llegar a la braña de Los Cuartos, o Braña Viecha, situada en medio de un roquedal desprendido de la peña del Nuncio, a cuyos pies nos encontramos. Aunque el agua no escasea por estos lugares, podemos saciar nuestra sed o aprovisionarnos del líquido elemento en la fuente que aquí mismo encontramos. Los teitos que forman esta braña son más antiguos que los de La Pornacal, de forma circular llamados corros o chozos.

Proseguimos el camino hacia el suroeste, por una senda bien marcada, entre piornos y pastizales contiguos al recién nacido río Pigüeña. En época estival pasta el ganado de los vecinos de Villar de Vildas. Igualmente, encontraremos rebaños de ovejas custodiadas contra los lobos por fieros mastines, que con sus ladridos se acercarán a saludarnos. Por picos y laderas podemos observar, en muchas ocasiones, la ágil silueta de los rebecos que pastan por estos montes.
Poco a poco, la senda ascendente nos eleva hasta el collado de Las Cerezales, ya en el límite de Asturias y León, con amplia vista a los dos valles. Atravesamos la collada por debajo de unos alambres de espino, y a los pocos metros encontramos, escondida entre la hierba, la fuente de Las Cerezales, de agua fría y cristalina.
El retorno podemos efectuarlo por el mismo camino en cómodo descenso o bien, si nuestras piernas responden, reanudar la ruta hacia el este por la falda del Cornín (2.063 m), siempre ganando altura por los numerosos senderos del ganado, hasta ascender a la collada medianera entre el pico citado y el Cornón (2.188 m). La vista se abre maravillosa por el valle de Sosas de Laciana, con el charco de la Lagunona a lo lejos; prosiguiendo por los valles de San Miguel, Orallo y, más distantes, las tierras de Caboalles, todos en tierra lacianega.
Desde dicha collada podemos subir a cualquiera de las dos cumbres. A la del Cornín se asciende con bastante facilidad, si nos encaminamos a la del Cornón debemos de superar un fuerte desnivel, aunque la subida natural y más sencilla se realiza desde Santa María del Puerto, por el valle del río del Bayo o Miro Malo, Rebezu, El Barroso y Los Pollos, continuando por la collada y elevarnos en poco tiempo a la cima.
Retornamos a la collada del Cornín e iniciamos el descenso monte a través hacia braña Viecha, inclinando nuestro caminar a la izquierda para evitar el roquedo que allí se encuentra.