Suplemento Asturias - Revista FUSION - Entrevista Fernando Menéndez

POESIA,
LA PALABRA COMPROMETIDA

FERNANDO MENENDEZ
Texto: Lupercio González

Aunque se licenció en filología hispánica. Fernando Menéndez siempre ha estado más interesado en la creación que en la propia ciencia de la literatura. Este poeta asturiano se ha embarcado en la aventura de hacer realidad el sueño de dedicarse a la creación literaria y poder vivir de ella.

«Yo critico la excesiva trivialidad y frivolidad que hay en la literatura española actual. Entiendo que la frivolidad puede ser a veces necesaria, siempre que sea un medio y no un fin. Echo de menos un poco de más trascendencia y carga ética en lo que se escribe»

«Como escritor estoy dejando de ser narcisista, algo que está muy presente a menudo en todos los escritores. Cada vez me interesan más los demás»

«Las fronteras de los géneros literarios cada vez están más difusas. Los géneros son algo muy útil para los científicos de la literatura y para los críticos, pero siempre fueron algo un poco ficticio»

En la actualidad, Menéndez dirige y coordina varios talleres literarios, además de escribir textos para catálogos y exposiciones. Ha colaborado en varias revistas literarias de ámbito nacional y local. Fue alumno del escritor argentino, ya fallecido, Daniel Mollado, quien inauguró en 1993 en Oviedo este tipo de talleres. Un buen día le llegó la propuesta de hacerse cargo de los talleres literarios en las bibliotecas de Oviedo. Lo que pensaba que iba a durar tan sólo un otoño, ha cumplidoya cinco años. Una labor que en el último año ha abarcado también a Mieres.
"En el terreno literario no existe un conservatorio o una escuela de Bellas Artes, algo a una altura académica para aquellos a los que les interesa la creación y no la ciencia de la literatura. Hay quienes acaban dedicándose a la ciencia de la literatura profesionalmente, pero su verdadera pasión es escribir y dedicarse a la literatura desde el punto de mira creativo, aunque ambas perspectivas sean necesarias. Ahora empieza a haber algunas iniciativas privadas, como la Escuela de Letras o un taller como el que nosotros llevamos, que recogen a los damnificados de los institutos y de las Universidades. Sería interesante que alguna vez se crease una Escuela de Letras, pública, y de ámbito académico. A ver qué ocurría".

-Cuando escribes quieres transmitir un contenido, una musicalidad, una atmósfera... ¿Qué buscas?
-La literatura es todo palabras. Como decía Octavio Paz, la literatura es inventar un nuevo idioma, porque estableces relaciones entre palabras que no existían antes. La literatura es una voluntad de buscar un estilo, de crear un nuevo idioma y en la medida que lo consigues puedes ser transmisor de tu propio mundo, de tus propias ideas, y en mi caso obviamente de una manera no deliberada.

-¿Por qué has elegido la poesía?
-Yo creo que no la escoges tú, te escoge ella a ti. Estoy convencido de que es así. Como lector tienes la ventaja de poder escoger lo que quieras, pero como escritor no. Uno escribe lo mejor que puede, pero es ella la que te va escogiendo a ti. Hace tiempo que estoy interesándome menos en ese yo literario, me interesa más contar lo que hay a mi alrededor, es decir, ser transmisor de otros aspectos, de otras cosas, de otras personas.

-Además combinas tu actividad literaria con la de la ONG Asturias Acoge...
-Acabas de citar una experiencia vital que ha influido e influye mucho en cómo va cambiando mi manera de entender la literatura. Lo que yo critico y censuro de la actual literatura española es que hay excesiva trivialidad, excesiva frivolidad. Están sucediendo cosas a nuestro alrededor que nos están pidiendo a gritos que las escuchemos y que las plasmemos de alguna manera. Es muy lícito que cada uno exprese y cuente lo que le apetezca o lo que pueda, pero también creo que hay circunstancias en la historia que exigen una obligación moral mayor o menor.

-¿Crees que se lee cada vez menos?
-A mí me da la sensación que hay más gente que lee de la que parece, también que hay muchas más lectoras que lectores. En concreto, la poesía sigue cargando con una mala influencia del romanticismo, que la sacralizó en exceso. Muchas personas se sorprenden cuando descubren que la poesía siguió evolucionando y que hay poesía humorística, hay poesía macarra, hay poesía ecologista, etc.

-¿Qué necesita el panorama literario asturiano?
-Echo de menos una preocupación mayor por el mundo que nos rodea, y que no seamos tan narcisistas a la hora de enfrentarnos a nuestra escritura.

-¿Qué le quitarías?
-Creo que lo que sobra es mucha prisa por publicar. Decía hace poco Carmen Martín Gaite, que hoy en día mucha gente quiere ser escritor más que escribir. Lo que hay que hacer es querer escribir, y no ser escritor. Hay demasiada preocupación por la inmortalidad, por posar en la foto, por figurar. La literatura es escribir y leer, y son dos actos muy solitarios y muy clandestinos, satisfactorios y a la vez duros.