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SUPLEMENTO ASTURIAS  
MUJER ASTUR
AIDA CORTE IGLESIAS

Artesana del metal
Texto: I.G.M.

Aida Corte Iglesias. Artesana del metal.

Decisión y espíritu de lucha pueden ser las claves del éxito. A Aida Corte no le faltan ninguna de las dos. Desde hace 5 años y junto con otras mujeres se ha lanzado a una iniciativa novedosa en la cuenca del Nalón: una cooperativa de orfebrería.

 

 

 

 

 

 

"Ahora queremos el puesto que merecemos. La mujer de la cuenca reclama ya el puesto que siempre debió tener"

 

 

 

 

 

 

 

"La fuerza de esta cuenca somos las personas que estamos dentro. Aunque vengan indicaciones de fuera, las respuestas tenemos que darlas las personas que vivimos aquí"

 

 

 

 

Piezas de orfebrería realizadas en el taller de Artenova.

LA FUERZA DE LAS CUENCAS

El taller de Artenova se encuentra situado en Sotrondio. Las mesas están llenas de pequeñas piezas y útiles dispuestos en un aparente desorden. Allí Aida recibe al visitante sonriente y le muestra su rincón preferido, el de la pulidora de metales. Tiene las manos propias de una artesana: fuertes, marcadas por muchas horas de trabajo.

-Crear una cooperativa dedicada a la orfebrería partiendo desde cero y en plena cuenca minera es una iniciativa novedosa y arriesgada. En todo el proceso tú fuiste una de las promotoras. ¿Cómo nació esta idea?
-Eramos un grupo de mujeres que ya no queríamos quedarnos en casa y decidimos formar una asociación de mujeres con un sentido lúdico. Al cabo de una semana nos dimos cuenta de que en realidad lo que demandábamos era trabajo. Pensé que lo mejor sería hacer algún curso y me decidí por uno de engaste en joyería.

-Después de un tiempo formándoos en la profesión, finalmente os ponéis en marcha como cooperativa ¿encontrasteis dificultades por el hecho de ser mujeres?
-Evidentemente cuesta emprender una actividad nueva llevada por mujeres en una zona como esta. Pero no somos las únicas, están saliendo más cooperativas, y alguna de mujeres que toda la vida estuvieron luchando, como el Tallerín.
Al principio pienso que ni los de nuestras casas creían en nosotras, después hubo expectación general, hasta que luego se normalizaron las cosas.

-La clave fundamental de una cooperativa se basa sobre todo en la unidad de sus componentes ¿Es difícil mantenerla?
-Cuando trabajas con un grupo y cuando trabajas en economía social, somos todos trabajadores. La escala de valores es que cada cual cumpla con su deber, que nadie intente pasar por encima de nadie. El resto de las dificultades son las propias de sacar adelante una microempresa, pero es mucho más gratificante que estar en casa esperando a que te llegue algo.

-¿Qué aporta el trabajar con mujeres?
-Yo firmaría toda mi vida para trabajar así. Tenemos problemas, pero no más que los hombres, evidentemente; tenemos carácter también, si no no estaríamos aquí, porque esto no es fácil. Yo sigo diciendo que es muy gratificante. Creemos en lo que estamos haciendo, creemos que vamos a llegar más arriba, sacar un sueldo decente, luchar con fuerza, tener más gente trabajando para nosotros...

-¿Crees importante que la mujer tenga su propio trabajo?
-Siento un gran respeto por las decisiones que se tomen libremente, pero considero que es absolutamente necesaria la autoestima, y el tener esa parcela de dinero tuya, esa parcela de poder adquisitivo, que aunque sea poco, es necesario. Yo creo en la igualdad. No es que me crea igual que el hombre, pero sí que tenemos iguales derechos y deberes, creo en lo paritario.

-Ahora que la mina ya no ofrece puestos de trabajo para los hombres ¿se puede hablar de un resurgir de la mujer en la cuenca?
-Hasta ahora el protagonismo lógicamente lo tenía el hombre porque era quien trabajaba en la mina, las mujeres siempre estuvieron ahí, normalmente en la retaguardia y muchas veces pasándolo mal.
Ahora queremos el puesto que merecemos. No quiere decir que de la noche a la mañana nos lo vayan a dar, pero lo que está claro es que la mujer de la cuenca reclama ya el puesto que siempre debió tener.

-¿Qué proyectos hay en el horizonte?
-Tenemos un proyecto de ampliación y montar un taller importante en microfusión. Soñar no cuesta nada pero el llevar estas cosas a la práctica cuesta un montón de dinero. Así que vamos saliendo poco a poco, vamos poniendo unas metas pequeñitas y luego grandes metas, pero éstas van muy poco a poco.

-Con todo lo comentando deduzco que eres mujer emprendedora.
-Creo que tenía 18 años cuando me di cuenta de que si quería hacer algo en la vida tenía que luchar por ello. Vivo en una zona en la que no se consigue nada si no se lucha por ello y yo siempre me consideré luchadora. La fuerza de esta cuenca somos las personas que estamos dentro. Aunque vengan indicaciones de fuera, las respuestas tenemos que darlas las personas que vivimos aquí.

-Genio y decisión no te faltan ¿De dónde procede tu arranque?
-Mi abuela quedó viuda con cuatro hijos a los 35 años, mi madre que era la mayor de los cuatro hermanos murió cuando yo tenía dieciocho meses y mi padre tuvo que marcharse por temor a represalias, así que para mí no es ninguna novedad que las mujeres salgan adelante, se defiendan y luchen. Siempre vi a mujeres tomando decisiones y arreglando las cuestiones de la vida, así que nunca tuve ningún complejo. En mi casa siempre hubo mucha autoestima en cuanto a la condición de ser mujer. Tengo hermanos y nunca tuvieron reparos en ponerse un mandil y trabajar.  

 

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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