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SUPLEMENTO ASTURIAS  

Isabel González y Jesús de la Peña



Dos asturianos en PARAGUAY. Un buen tándem.
ISABEL GONZALEZ
y JESUS DE LA PEÑA

Texto: Isabel Muñiz

Llevan varios años trabajando en Hispanoamérica. Actualmente son representantes en Paraguay de la ONG MPDL, Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad. Llevan a cabo diferentes proyectos de Cooperación al Desarrollo destinados a mejorar la calidad de vida de la población paraguaya de un barrio suburbano. Jesús De la Peña es el que expone los grandes proyectos y las altas metas; Isabel González, la pragmática que pone el toque realista para poder llevarlos a la práctica. Juntos forman el equipo perfecto.

Ha pasado ya un año desde que están oficialmente casados, aunque llevan mucho tiempo unidos por su trabajo. Desde que salieron de España en el 94 cargados de ideas, no han regresado más que en contadas ocasiones para recargar las pilas durante unos días.
Actualmente viven y trabajan en Paraguay, en un barrio urbano periférico a la capital Asunción. Son los únicos españoles expatriados en este país.

-¿Con qué os encontrasteis?
-(Isabel) Con un barrio en el que habitan alrededor de 7000 personas, que nació fruto de una invasión. En donde cada uno ocupó lo que pudo, de forma que hay terrenos que no tienen salida y algunos planos no están aprobados. Hay lugares de muchísimo hacinamiento. De las 1027 familias que habitan allí no llegan al 20% las que poseen título de propiedad.
Las calles se inundan cuando lluevey la gente tira la basura para que se la lleve el agua. El barrio está en una cuenca, no hay alcantarillado, se lava en baldes y hay pozos ciegos en las casas.

El MPDL ha impartido varios cursos de cocina.

-¿Qué población habita el barrio?
-(Jesús) El barrio es eminentemente de mujeres que están solas. Cambian muy rápidamente de pareja. Aguantan con ella un tiempo, hasta que les da un hijo, y después los hombres se acaban marchando. Hay muchísimos casos de malos tratos, es algo frecuente.
Las mujeres en su mayoría trabajan en el mercado, en la calle, en una economía informal. También hay una zona de prostitución. El trabajo se bifurca en varios temas.

-Llegáis a un país desconocido y a un barrio con una problemática también desconocida. ¿Por dónde se empieza?
-(Isabel) Nos propusimos hacer un análisis de las necesidades del barrio, empezamos a conocer cuáles eran los grupos organizados de esta sociedad, y empezamos a visitarlos. La gente no tiene oficio, y aprende de forma empírica. No hay fuentes de trabajo, faltan centros de salud, los médicos están mucho tiempo de huelga y no hay como aquí una seguridad social.
La consulta del médico es muy cara y la gente tiene los niños con parteras. Es fácil ver los carteles en las casas de 'Se hacen partos', como si se hicieran fotocopias.

"Cuando uno elige una opción, sabe lo que gana y lo que pierde. Yo no puedo pretender tomar chorizos a la sidra en Asunción. Pero también es verdad que llegas a vivir prácticamente sin necesidades".

-¿Cuál fue vuestro primer paso en firme, el que os abrió camino en el barrio?
-(Jesús) Conectamos con los líderes comunitarios. Ellos tenían problemas para dirigir esos grupos porque carecían de la preparación necesaria. Entonces lo primero que hicimos fue organizar un curso de agentes comunitarios en el que empezamos por analizar el papel de esas personas dentro de la comunidad y terminamos con la elaboración de proyectos.
Entre los objetivos a conseguir estaban la capacitación laboral, la creación de un dispensario y crear un consejo comunitario.
Las reuniones del consejo se hacen a horas intempestivas, por la noche o el fin de semana porque la gente que asiste no vive de ello, y además tienen familia.

-¿Qué pensaron los paraguayos de vosotros cuando llegasteis al barrio?
-(Isabel) Al principio éramos los dos españoles locos que aparecieron por allí, y que nadie conocía. No entendían por qué nos preocupábamos por ellos.

-¿Qué es lo que más llamó la atención de vuestro comportamiento?
-(Isabel) Yo creo que lo que más les ha gustado a la gente es que estamos allí. Además ven que en muchas ocasiones damos sin pedir nada a cambio.

"La política del MPDL, en contraposición de las estrategias que hacen los políticos allá, es hablar muy poquito y demostrar mucho. Y eso le ha dado mucha credibilidad".

Centro de Atención a la Infancia y a la Familia, inaugurado por el MPDL.

-¿Qué tipo de cursos habéis desarrollado?
-(Isabel) De todo. Se ha impartido un curso de cocina básica de 400 horas, uno de alimentos elaborados a base de soja, un producto muy barato y con unos buenos nutrientes, y un curso de relaciones humanas, porque nadie se fía de nadie.
El curso fue de preparación de bocaditos salados y dulces, y gracias a él la mayor parte de las mujeres están ahora generando recursos que contribuyen a la economía familiar.
Otro proyecto que empezó en agosto, es un centro de atención a la infancia y a la familia. El proyecto está financiado por el Principado y ahora también por el Ayuntamiento de Gijón.
El cupo máximo de este centro guardería es de treinta niños, con edades entre 3 y 5 años. En él los niños reciben tres comidas diarias que aportan todos los nutrientes necesarios, algo muy importante, pues prácticamente todos los que acudían estaban desnutridos. El principal problema es que los padres son algo reticentes a llevarlos a la guardería y a veces te encuentras a niños solos en las calles o encerrados en su casa.

-¿Qué es lo que se trata de conseguir?
-(Jesús) Cambiar la mentalidad. Ese es el gran cambio, porque puedes crear estructuras impresionantes pero si nadie las utiliza no sirven de nada. Los grandes logros no son las cifras de gente capacitada, sino ver que la gente la primera vez que la conoces viene hecha una mierda y luego tras mes y medio, viene más arreglada y se relaciona con la gente. Esos son los logros y los cambios que valen.

-¿Qué se gana viviendo como vivís?
-(Isabel) Mucho. Aprendes a convivir con mucha gente, a entender y a valorar muchas cosas, aprendes a ser tú con todo lo que tienes. Cuando venimos aquí, vemos que mucha gente no valora lo que tiene. Nosotros disfrutamos mucho con tonterías, con las pequeñas cosas.
-(Jesús) Una cosa que nos llama la atención cada vez que volvemos a España es la cantidad de problemas que tiene aquí la gente. Parece que hay ganas de complicarse la vida, y en comparación con los de allí los problemas son mínimos. Estamos inmersos en una cultura que te dice que tienes que vivir agobiado, si no no estás bien.

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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