MARZO 2008
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A principios de los años noventa,
la peruana María Elena Moyano se centra en incrementar la
calidad de vida de los pobres de un barrio de Lima. Más tarde
sería asesinada por Sendero Luminoso. Su labor inspiró el
nacimiento de la ONG Madre Coraje, que hoy funciona
principalmente en Andalucía y que obtiene sus recursos a través
del reciclaje. Recogen aceite doméstico usado que se convertirá
en biodiesel y en pastillas de jabón, venden ropa de segunda
mano, reciclan radiografías. Todo es válido para ayudar, según
Rocío Monje, del Área de Proyectos de Desarrollo.
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Texto: M.
I. / Foto cedida por Madre Coraje |
Madre Coraje
-¿Cómo
se han visto beneficiadas las comunidades andinas de Huancavelica y
Apurima de este proyecto?
-La asociación tiene varias áreas, pero la de proyectos de
desarrollo se centra precisamente en estas dos zonas que has comentado.
En el año 2000 comenzamos con el proyecto de seguridad alimentaria y a
partir de 2006 estamos incidiendo más en el tema educativo, en
gobernabilidad y ciudadanía. Una de las cosas más importantes que hemos
visto es que su economía de autoconsumo se ha ampliado y ahora las
familias están comenzando a comercializar sus productos en los mercados
locales e incluso tradicionales. Otra cosa es que allí no aprovechaban
sus recursos naturales, y ahora gracias al riego hemos transformado el
paisaje, cambiando zonas secas por verdes. Estamos haciendo gran
cantidad de embalses y presas para el aprovechamiento del agua.
-¿Madre
Coraje es la demostración de que somos una sociedad que desprecia
cientos de cosas útiles que podría reciclar?
-Desde aquí podemos hacer muchas cosas a nivel de ayudas económicas,
pero también de protección al medio ambiente. Por eso nosotros
trabajamos con reciclajes. Mandamos muchas cosas recicladas a Perú, pero
no sólo eso, los fondos que obtenemos de ese reciclaje se invierten en
los proyectos que se llevan a cabo allí. Todos podemos ser útiles desde
el momento en el que traemos aceite usado o ropa a la sede de Madre
Coraje. Otra forma de ayudar es convertirte en voluntario para
clasificar las medicinas que se envían a Perú o reciclar las caducadas.
Hay mucha gente que nos apoya aportando su tiempo.
-Veintitrés
centros educativos andaluces participan en el proyecto. ¿Los valores se
aprenden por contagio, más que por teoría?
-Realmente como más se contagia es mediante el contacto. Escuchando
los testimonios de los que trabajan aquí o de los que han estado en
Perú. Lo que ellos transmiten no es lo mismo que lo que podemos decir
cualquiera de nosotros, que tiene un carácter más teórico.
-¿Cuál diría
que es la base de su éxito: la imaginación, la constancia, el esfuerzo
personal?
-Yo creo que la particularidad de los principios de Madre Coraje, de
cómo nació. Aparte del tema del reciclaje, que está teniendo mucho
éxito. Tenemos una determinada forma de ver el mundo y también creemos
mucho en la concentración, por eso nuestros proyectos de desarrollo se
centran en una zona concreta con una población determinada. Ello está
logrando que el impacto local de lo que hacemos también sea mayor. Es
increíble lo que se puede conseguir, porque ésta es una asociación
joven. §