Dedica su labor médica a la promoción del uso racional de los
medicamentos, tema en el que ha sido consultado por la Organización
Mundial de la Salud y el Banco Mundial. De su experiencia ha deducido
que los placeres de la vida cotidiana generan hormonas en nuestro cuerpo
que refuerzan nuestra salud. Así que nos propone encontrar esos pequeños
detalles que nos recargan a cada uno para lograr calidad de vida.
Texto: Marta Iglesias.
La gran vida pequeña
A lbert Figueras ha condensado esta
idea en su nuevo libro Pequeñas grandes cosas. Tus placebos personales
(Plataforma Editorial). Entre estudios científicos y sugerentes
propuestas, nos indica el camino para encontrar qué nos cura a cada uno.
Para uno es una buena conversación y para otro relajarse ante una puesta
de sol, ya que todos somos diferentes. Estas pequeñas pastillas mentales
funcionan como los placebos que se emplean en la medicina: falsos
medicamentos que curan. Es hora de llenar nuestro propio "pastillero".
Posible
autocuración
"Entre el estímulo y la respuesta hay un
espacio. En ese espacio radica nuestra libertad y el poder de escoger la
respuesta. En la respuesta está nuestro crecimiento y nuestra felicidad"
(Anónimo).
-¿Podría definir sintéticamente qué es un
placebo en medicina?
-En medicina, para demostrar que un medicamento nuevo es eficaz,
tenemos que compararlo con algo que lo imite totalmente. Para ello damos
al paciente una pastilla exactamente igual, pero que no contiene
medicamento. A esto lo llamamos placebo y en muchas ocasiones cura
dolencias. La explicación es que sabemos que la curación no se debe sólo
a la molécula de esa medicina, sino que influyen muchas más cosas. Por
ejemplo, que el médico que te lo prescribe te asegure que es nuevo y
buenísimo, genera curación. Tú te autoconvences de que realmente estás
haciendo algo para mejorar tu salud y esto te ayuda a mejorarla.
-¿Qué
explicación médica le dan a estas curaciones mediante placebos?
-Como ser vivo, el ser humano tiene una capacidad más o menos
espontánea para la curación del organismo. Esto por sí mismo muchas
veces no es lo suficientemente eficaz para curar y entonces se necesitan
los medicamentos para ayudarnos. Esta capacidad de autocuración es lo
que explica que, en algunos casos, la persona pueda salir adelante sin
ningún tipo de medicamento. Por eso si confías en el médico, se produce
una sugestión que hace que, de alguna manera, tu cuerpo se predisponga a
ser curado. Lógicamente, sabemos que hay una serie de enfermedades e
infecciones importantes y no vamos a dejar que la inmunidad del
organismo luche sola contra ellas, para eso está el avance de la ciencia
y de la medicina. Pero hay otras muchas enfermedades con un componente
psicosomático importante en las que sí que juegan un papel muy
importante estos elementos de curación que no son el medicamento.
"El ser humano tiene una
capacidad más o menos espontánea para la curación del organismo"
-¿Hasta qué
punto nosotros mismos nos generamos enfermedades?
-Las enfermedades psicosomáticas son aquellas a las que yo llamo
"enfermedades fruto de la sociedad". Son las que aparecen por gestionar
mal nuestra relación con el entorno, con los que nos rodean, con el
trabajo, con el día a día. Por ejemplo, hay una relación entre el estrés
y la acidez de estómago, las malas digestiones, gases, estreñimiento o
diarrea.
-¿Por qué
le gusta explicar la parte física y química de lo que sucede en nuestro
cuerpo? ¿Entenderlo nos ayuda a hacer las cosas más conscientemente?
-Sí. Considero que como médico tengo acceso a conocimientos de los
que no disponen otros, así que me gusta que de ello se beneficie el
máximo de personas. Es importante no distanciarme de quienes no tienen
este título, de mis pacientes, sino todo lo contrario. Así que me gusta
compartir con los demás mis conocimientos para que puedan aplicarlos a
su vida. Si sabes el mecanismo fisiológico y psicológico ante una
reacción de miedo antes de subir al avión, puedes hacerte una
composición de lugar y llegar a dominar la situación. A lo mejor te
infunde respeto, pero ya no te bloquea de tal manera que te impide
moverte.
Guía
de placebos personales
"Cuando
tus remeros hayan conseguido dejar atrás a las Sirenas, no te indicaré
con precisión cuál de los dos caminos tomarás: aconséjate con tu
corazón; eso sí, yo te diré cómo son uno y otro". (Homero. La Odisea XII,
55)
-¿Qué
producen nuestros placebos personales en nuestra vida?
-El resultado de entrada es que tú te sientes bien, más relajado,
mejor contigo mismo, y por tanto, te sientes mejor con el mundo. Pero
aparte del estado mental, hay otra cosa importante. Se ha visto que las
personas que mantienen unas concentraciones altas de oxitocina y otros
neurotransmisores positivos, tienen mejor salud cardiovascular. No
tienen tantos problemas de circulación, no tienen tanta hipertensión, no
tienen incluso problemas vasculares cerebrales.
-El placebo
pone en funcionamiento la oxitocina, que nos hace sentir bien. Esta
pequeña molécula no se toma como medicamento sino que la genera el
cerebro. ¿Somos nosotros, al fin y al cabo, los dueños de nuestros
estados físicos, anímicos y mentales?
-En parte sí somos dueños, entre comillas, de nuestros estados de
ánimo y de la manera en la que respondemos. Y consecuentemente podemos
modularnos. Pero también los que están alrededor juegan un papel
importante. La oxitocina, por ejemplo, se segrega cuando hacemos
actividades individuales placenteras como escuchar música, pero se
segrega sobre todo en relación con las otras personas. Por ejemplo, si
alguien te habla y te acaricia la cara. Uno de los papeles fundamentales
de esta hormona es precisamente el facilitar el establecimiento de las
relaciones con otras personas. Entonces el juego está en intentar que
las relaciones que tenemos con las personas que nos rodean sean de la
mejor calidad posible, porque entonces es cuando se consigue al máximo
el efecto de la oxitocina.
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"Hay
muchas cosas que nos hacen sentir bien, sin necesidad de
medicamentos. Así que mejoremos las relaciones con los demás
y disfrutemos más de la vida" |
-¿Qué
serían los placebos personales que propone en su libro?
-No siempre se necesitan medicamentos para sentirnos bien. El "prozac"
va bien cuando alguien realmente tiene una depresión. Pero si no, hay
otras muchas cosas que nos pueden hacer sentir bien en la vida sin
necesidad de medicamentos. Vamos a mejorar las relaciones con los otros,
a disfrutar un poco más de la vida, a aprovechar el momento. Sal a
caminar si te gusta, o demórate unos segundos más para oler el café por
la mañana si eso te recarga.
-Hay a
quien le produce placer salir de compras o estar con una única persona.
¿No nos limitan estos placebos que nos hacen depender del exterior?
-En este sentido, el truco general de la vida es intentar no
depender de nada. La libertad reside en el hecho de depender del menos
número de cosas posibles. Por otro lado, yo no considero el hecho de
comprar un placebo, porque te puede generar bienestar, pero también
mucha ansiedad si no puedes cumplirlo. Sin embargo, por ejemplo la
lectura te puede gustar, pero si no lees en unos días no te cambia el
carácter ni te produce ansiedad. Los placebos que yo propongo no
producen adicción.
-Nuestra
actitud ante la vida, la buena utilización de los placebos, ¿nos
inmuniza ante las enfermedades mentales y físicas?
-No sé si nos inmuniza, pero nos protege. Una vacuna te inmuniza
contra el sarampión, por lo tanto tú no lo tendrás. En cambio algo que
te protege quiere decir que te pone una serie de corazas o te hace menos
susceptible a sufrir algo. En ese sentido, si tú eres una persona que
sabes gestionar las sensaciones negativas y el estrés, si además sabes
aprovechar lo que tiene de bueno la vida, los estudios científicos
demuestran que tendrás mejor salud.
"La creatividad en el día a día
consiste en lograr que las cosas no sean iguales, en no repetirnos a
nosotros mismos, en explorar cosas distintas"
-Al placebo
le suma la creatividad... ¿Cómo visualiza esa combinación?
-Me refiero a la creatividad que se puede desarrollar en el día a
día. Hay un aspecto de la creatividad que tenemos absolutamente todos,
sin necesidad de ser pintor, ni músico, ni nada similar. La creatividad
en el día a día consiste en lograr que las cosas no sean iguales, en
intentar no repetirnos a nosotros mismos, en no tener miedo a explorar
cosas distintas. Cuántas veces vamos a un lugar donde ya estuvimos y
disfrutamos, y al regresar resulta que lo pasas fatal. Porque es la
segunda vez que haces una cosa y ha pasado el tiempo, tú has cambiado,
las cosas han cambiado y por tanto no te salen nunca igual. Se trata de
aplicar la creatividad en este sentido y de ser flexibles en el cambio.
-Aparte de
lo que ya conocemos que nos sienta bien, ¿cree que estamos receptivos a
descubrir lo que la vida nos trae por sorpresa, a la aventura de la
vida?
-Creo que quien está abierto a esto, quien no tiene tanto miedo a la
incertidumbre, es quien más disfruta de los placebos porque descubre
otras cosas nuevas. Pero hay muchas personas que tienen mucho miedo a
esta incertidumbre, a lo nuevo, al qué pasará. Realmente se bloquean y
lo pasan mal hasta que se dan cuenta de que no sucede nada o incluso se
lo pueden pasar bien. Esto depende de cómo eres tú como persona.
-¿Qué
placebos personales se receta a sí mismo?
-Muchos. Primero intentar estar enamorado. Enamorado de la vida, de
mi pareja, de las personas que me gustan. Me imagino que tengo una
botellita imaginaria en mi mesita de noche, y que la voy llenando de
oxitocina para mí mismo y sobre todo para regalar a los demás. Las
pequeñas cosas suman gotitas: una buena lectura, escuchar música,
quedarme dos segundos más en la ducha y dejar caer el agua tibia sobre
la espalda... Lo importante es que cada uno encuentre sus propios
placebos, porque lo que sirve para uno, no le vale a otro.
-Al final,
¿el mejor placebo es la mente de cada uno?
-Sin duda. Bueno, yo pondría dos. Uno es la mente de cada uno y dos,
la mente del otro, de quienes nos rodean de una manera más próxima.
Cuando se juntan las dos mentes el resultado es fantástico: ambas se
transforman hablando, cantando, mirándose, tocándose... § |