-¿Qué sigue
generando tanta pobreza en la India?
-Pienso que es el resultado de unas pautas sociales basadas en una
tradición milenaria, como es el sistema de diferenciación de personas
según la casta. La sociedad india tiene que evolucionar a su ritmo y en
este momento el papel de las ONG es estar junto a ese país que está
aprendiendo a andar. También hace falta saber si realmente va en la
dirección adecuada porque, aunque el sistema de castas está vigente
desde hace muchísimos años, si observas sociedades oficialmente muy
avanzadas como la norteamericana o europea en ellas impera otra
diferenciación de castas bastante aberrante, como es la basada en el
dinero.
-¿Cómo un
país especializado en programadores informáticos convive con un sistema
de castas?
-La ciencia se refleja en una minoría de la sociedad, que sigue
teniendo las riendas. Bombay, por ejemplo, es una ciudad de 20 millones
de habitantes de los que el 60% vive en condiciones de extrema pobreza,
en zonas muy extensas de chabolas. Esas personas no palpan el
crecimiento informático, que se queda en las empresas privadas, gente
poderosa y con una anexión muy directa con empresas multinacionales.
-Tú mismo
aseguras que no puedes ayudar a tantos niños. ¿Qué es lo que realmente
cambiaría la situación, este futuro?
-En términos generales, yo cambiaría tal vez la división económica
del mundo. Pero esta división económica no la hace la India, sino todos
los países del planeta.
-Una vez
que pones en marcha un proyecto de tal envergadura es imposible
detenerlo, quedas unido a él. ¿En nuestro mundo industrializado tememos
la palabra responsabilidad?
-Para mí la palabra que cada vez falla más es compromiso: con una
causa, con una persona, con un grupo, con un nombre, con una empresa,
con una ciudad... compromiso con un mundo. No estamos comprometidos con
el mundo en el que vivimos, en absoluto.
-Sin
necesidad de viajar a un país lejano, ¿cómo abrir los ojos a lo que nos
rodea?
-Dándonos cuenta de que el Tercer Mundo no pertenece al televisor,
sino al mismo mundo en el que estamos viviendo. Porque si eres socio de
una ONG para que un niño de Senegal tenga un futuro, pero al cabo de
unos años estás rechazando a ese mismo senegalés que tienes durmiendo en
el portal de tu casa, no estás ayudando con coherencia. No hace falta ir
a un país lejano, todos sabemos que podríamos ayudar mucho más en
nuestro entorno.
-¿Qué
diferencia la caridad de la ayuda, que es lo que pides para tu ONG?
-La palabra caridad para mí es una palabra asesina, porque implica
una dependencia. En cambio la ayuda es de igual a igual, y busca que el
otro sea autosuficiente. A veces nos llegan bolsas de ropa hecha un
desastre, que se manda para los niños pobres. Esa misma ropa es devuelta
en muchos casos a los remitentes porque si ellos no le pondrían eso a
sus hijos es inaceptable que la den a otros. Entrega sólo lo que
querrías para ti. §