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EL ARBOL DEL BUHO

 

  Es el código X, el código de lo femenino, el que mantiene en su interior el poder de los antepasados, el que nos conduce a la inmortalidad, el que nos habla de lo sagrado, de la dignidad, de la lealtad, del poder de la palabra.

 

JULIO 2008

EL ARBOL DEL BUHO
CODIGO X
POR ELENA G. GOMEZ

Quizás no te acuerdes cuando te hiciste mujer. Yo sí. Recuerdo que mi abuela me contó una historia que a su vez le había contado su madre y a su madre la madre de su madre. Una historia que sólo conocen las mujeres de mi tribu.
La historia dice así.
Un día la Diosa Madre reunió a sus cuatro hijas y les encomendó una labor... "Descenderéis -les dijo- al nuevo planeta Tierra, y en él os uniréis a los hijos de los hombres, vuestro cometido será crear una nueva criatura que poseerá en su interior todas vuestras cualidades y el poder de nuestra extirpe, poder que sólo se activará cuando se unan y ayuden entre sí".
"De vuestros vientres -continúo diciéndoles- nacerán criaturas XX y criaturas XY, las primeras serán llamadas mujeres, las segundas serán denominados hombres, pero todas, unas y otros tendrían en su interior el código X, vuestro código, hijas, para que pase lo que pase e independientemente del tiempo que se tarde, en todos despierte".
Luego, la Diosa Madre se quedó en silencio mirando con orgullo a sus hijas, porque sabía que partían a una misión importante, una misión que las convertiría en auténticas diosas.
"¿Y ellas no dijeron nada?" -interrumpí a mi abuela.
"Desde luego que hicieron muchas preguntas, tantas como estás a punto de hacerme tú, pero la Diosa Madre les dijo que no debían preocuparse de nada, sólo debían enseñar a sus hijas lo que ellas sabían y hacerles prometer que se lo enseñarían unas a otras a lo largo de los tiempos para que las mujeres, las llamadas código X, nunca olvidaran su origen.
Y eso, querida nieta, es lo que estoy tratando de explicarte yo, y luego tendrás que transmitir tú a tus hijas y a las hijas de tus hijas.
La mujer lleva en su interior la semilla de las hijas de la Diosa Madre, por ello debes aprender a ver dentro de las otras mujeres y nunca debes considerarlas tus enemigas, no debes mirarlas con envidia, aunque posean algo que tú no tienes, y debes encontrar en ellas a tus auténticas aliadas, tus amigas y compañeras.
También debes comprender que aunque todas las mujeres llevan en su interior el código X, no todas, por desgracia, saben vivir dignamente bajo lo que son, por eso sólo las que viven realmente las cualidades llevan la X escrita en alguna parte de su cuerpo".
"Y, ¿cómo puedo saber si son mujeres X si a lo mejor la tienen oculta y yo no la veo?" -interrumpí a mi abuela.
"Porque la X -me contestó-, no es sólo una marca externa, es sobre todo una forma de vivir y de actuar.
Las mujeres X miran la vida sintiéndose madres de cuanto les rodea, por eso siempre tratan con amor y ternura a las vidas que las rodean. Aman a los animales, cuidan y conocen las plantas, y se sienten parte de todo. Son generosas pero también firmes y justas y nunca desprecian nada porque saben que todo forma parte de una red y que todo se necesita entre sí.
Las mujeres X son alegres porque están abiertas a la vida, son niñas porque confían, son transparentes y sencillas, porque no tienen nada que ocultar, y son fuertes, porque tienen mucha vida interior.
Las mujeres X no son reprimidas ni física ni mentalmente. Miran con valor en su interior para buscar el conocimiento profundo y saber leer en la memoria ancestral la sabiduría que conduce a lo sobrenatural, a la magia, a lo prohibido.
Las mujeres X son luchadoras, por eso no se detienen ante nada ni ante nadie. Su movimiento siempre es de superación, de aventura, de búsqueda. Son constantes, en su esfuerzo, y su fuerza sale del interior aunque en el exterior sea expresada suavemente, porque la fuerza de las mujeres X es siempre para construir, para impulsar, para el beneficio de toda la raza".
"Abuela -interrumpí-, pero según la historia el código X también está en el hombre, ¿no?".
"Sí, hija, el código X es común al hombre y a la mujer, es el código de lo femenino, de la energía de las hijas de la Diosa Madre, es su código genético y está en el interior de todos nosotros.
El código X es lo femenino, lo que nos une, lo que nos hace iguales dentro, aunque por fuera seamos diferentes.
Es el código X, el código de lo femenino, el que mantiene en su interior el poder de los antepasados, el que nos conduce a la inmortalidad, el que nos habla de lo sagrado, de la dignidad, de la lealtad, del poder de la palabra, porque la palabra es energía y como tal debe de ser correctamente utilizada, es el movimiento que atrae más movimiento, cambio, renovación".
Esto fue lo que mi abuela me enseñó y que yo ahora te cuento a ti para que despiertes, porque aunque no te conozca comparto contigo una misma herencia, la herencia de la diosa.
Mira dentro de ti, busca tu código, únete a lo femenino, es el futuro. §

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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