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ABRIL
2008 |
Foto: © Jesús Mendo
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Albert Jovell
Médico y sociólogo
Es médico, sociólogo y presidente del Foro Español de
Pacientes, entre otras muchas cosas. Es la cara más conocida de
un equipo que investiga, trabaja y lucha por conseguir una
medicina más efectiva y más humana. Acaba de publicar "La
confianza" (Plataforma editorial), un libro sobre un tema
escasamente valorado, origen de muchos de los problemas que
sufre la sociedad actual.
Texto: Marta Iglesias |
Cuestión de confianza |
P osee
una amplia formación académica. Participa en distintos proyectos de
investigación dentro y fuera de nuestro país. Ha trabajado en el sector
privado y en el público. Es asesor de gobiernos y empresas privadas en
temas de medicina preventiva y salud pública. Colabora con distintos
medios de comunicación. Da conferencias alrededor del mundo y además
encuentra tiempo para escribir. En su último libro nos habla de la
enfermedad que afecta a la sociedad actual: la desconfianza. "El miedo y
la ansiedad nos convierten en personas más vulnerables y, en ausencia de
referentes de credibilidad, nos volvemos desconfiados". Albert Jovell
está convencido de que la confianza es una necesidad humana: "sin ella
no somos nadie".
-¿Cómo
conviven bajo una misma piel el sociólogo y el médico?
-Interesante pregunta... Digamos que uno se focaliza en las personas
y el otro en la sociedad. Uno posee una visión orgánica, individual y
otro aporta una visión más global, completa, próxima a la vida real.
Ambos viven influenciados por el contexto social.
-En un
momento determinado de su vida le diagnostican un tumor y empieza una
lucha que marca su vida. Eso le convierte inesperadamente en paciente.
Hoy asegura que en realidad ha hecho dos carreras de medicina. Una
sentado como médico y otra tumbado como paciente. ¿Qué le ha aportado
una y otra?
-La de medicina aporta el lado racional, científico. Dice cómo
abordar las cosas desde la fisiopatología. Ayuda a entender los
procesos, la técnica. La horizontal como paciente me ha aportado una
visión más humana, personal e íntima. Qué supone tener determinados
síntomas, tener que pasar por un quirófano en varias ocasiones, vivir la
experiencia de estar hospitalizado, quimioterapia, radioterapia... Ver
la medicina desde el otro lado.
"Además de un
tratamiento efectivo para su enfermedad,
lo que en el fondo
solicita el paciente es compasión y cariño"
-Preside el
Foro Español de Pacientes, la Universidad de los Pacientes y la
Fundación Biblioteca Josep Laporte. ¿Cómo surgieron todas estas
iniciativas? ¿Con qué fin?
-Aunque con el tiempo se han convertido en complementarias,
surgieron con objetivos distintos. La Fundación nació con la idea de
crear una biblioteca digital para profesionales de la salud. El Foro
surgió cuando la Biblioteca empezaba a realizar actividades de
investigación para pacientes. Manejábamos mucha información y en un
momento determinado las asociaciones nos pidieron que la vertebrásemos y
creásemos una asociación que en cierta forma representase a todo el
conjunto de pacientes, con independencia de la enfermedad que
padecieran. Así nace el Foro, pero si lo que uno busca es información,
investigaciones concretas sobre una determinada enfermedad, hay que
dirigirse a la Universidad de los Pacientes. Ahí tenemos buenas web,
selección de trabajos especializados, información muy bien organizada, a
disposición de los pacientes.
-Dígame,
¿qué demandan los pacientes españoles?
-Nuestra relación es con pacientes que forman parte de asociaciones,
por tanto están muy concienciados. Sus demandas son precisas. Por las
encuestas que hacemos comprobamos que la gente lo que demanda es lo que
realmente valora: menos tiempo de espera, más dedicación por parte de
los médicos, mayor confort y comodidad, más información y sobre todo
mejor comunicación médico-paciente. Estas serían las cinco grandes
demandas. Lo que en el fondo solicita el paciente además de un
tratamiento efectivo para su enfermedad, es compasión y cariño. Quiere
que se le atienda y en este sentido hay estudios que demuestran que
recibir buenos cuidados aumenta la calidad de vida y de supervivencia
del individuo. Por encima de todo esto, los pacientes en nuestro país
manifiestan tener una gran confianza en la profesión médica, a pesar de
las quejas que en un momento determinado puedan realizarse.
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"Vivimos en una sociedad donde se resaltan más los aspectos
negativos que los positivos. Eso al final cala en la gente y
acaba generando desconfianza" |
-¿Qué
crítica haría de nuestro actual sistema de salud?
-Es un sistema muy bueno en cuanto a competencias técnicas y
tecnológicas. Además es de acceso universal y gratuito. La crítica
estaría por el lado de la masificación, la presión asistencial y la
mejora de la comunicación entre médico-paciente, como antes
comentábamos. La medicina debería estar más cercana a las necesidades
reales de los pacientes.
-Cambiamos
de tema. ¿Cuánto hay de investigación y cuánto de experiencia en el
libro que acaba de publicar, "La confianza. En su ausencia no somos
nadie"?
-El tema me parecía muy interesante y nuestro equipo había hecho dos
estudios a nivel nacional, así que teníamos datos al respecto. Pero
cuando busqué más trabajos o investigaciones para ampliar conocimientos
me di cuenta de que existían muy pocas cosas publicadas. Sí había libros
de autoayuda pero no de investigación. Se trata de un tema de naturaleza
intangible, difícil de medir, de cuantificar, pero en cambio es algo muy
importante que determina las relaciones entre las personas y tiene
repercusión en su entorno. Este libro en concreto intenta ser algo
práctico y está planteado desde la teoría sociológica.
-¿Cómo
definiría la confianza y qué puertas abre?
-La confianza es vital en la vida de una persona. Es una necesidad
emocional que se expresa de forma racional y nos permite relacionarnos
con los demás. Nos relacionamos en términos de confianza, lo que ocurre
es que no la manifestamos. Donde hay confianza se progresa más rápido,
las cosas son más fáciles, el grupo funciona mejor. Es algo así como la
gasolina que permite que nos movamos. La confianza dice mucho de
nosotros, habla de nuestros valores, aporta mucha información por eso
quizás se manifiesta muchas veces de forma ambigua. Tenemos miedo a
sentirnos decepcionados, a abrirnos a los demás y no ser correspondidos,
a generar situaciones asimétricas.
-Comenta
en el libro que la confianza no es algo pasivo. Es algo que hay que
ganar y eso no se hace de la noche a la mañana. ¿Sobre qué pilares se
edifica?
-Lo primero que debes tener es una actitud positiva, necesidad de
aprendizaje. Cuando alguien se siente decepcionado, la reacción
inmediata es traducirlo en desconfianza. Una relación de confianza debe
ser simétrica, correspondida, donde exista un intercambio de
expectativas. Cuantas más experiencias positivas de relación tengas con
una persona, más amplia será la confianza. Tiene que estar basada en la
reciprocidad, confianza mutua entre las partes. Dicho de otra forma se
trata de cooperar, no de competir para conseguir intereses comunes. Y
por último, sinceridad, no ocultar nada, decir la verdad.
"La confianza en uno
mismo es clave.
Si no confías en ti, te va a
costar mucho confiar en los demás"
-"Sin
compromiso no hay confianza y sin confianza no somos nadie", señala al
principio del libro. ¿Por qué piensa que hay tanto miedo al compromiso?
-No lo sé, supongo que porque vivimos en una sociedad en la cual se
resaltan más los aspectos negativos y los positivos nunca se convierten
en noticia. Cuando uno enciende el televisor, rápidamente le asaltan
noticias que en su mayor parte tienen un componente negativo. Eso con el
paso del tiempo cala en la gente y al final se acaba teniendo la
sensación de que no se puede confiar en la gente, que a la larga te
acaban traicionando. En cambio si convirtiésemos en noticia lo positivo
-que hay personas que se preocupan por los demás y hacen de ello su
forma de vida, por ejemplo-, se generaría un clima social distinto, de
confianza en el prójimo.
-¿Cree que
éste sería el origen de la crisis de confianza que vive la sociedad
actual?
-Esto que estamos hablando y también el hecho de que en estos
momentos están pasando muchas cosas y muy rápido. El planeta se ha
globalizado pero nuestros cerebros, no. Es como si nos encontrásemos
dentro de un mundo de alta velocidad y nosotros circulásemos a una
velocidad normal y esto genera muchas tensiones. Escuchas un informativo
y lo primero que te dicen es que la economía va muy bien porque el Ibex
ha subido. La segunda noticia es que la gente no puede pagar las
hipotecas y que el nivel de morosidad crece. ¿En qué quedamos? Esto
genera un clima de desconfianza donde la persona piensa que la están
manipulando, engañando... Al final se pregunta, ¿Soy yo el que no me
entero del mundo en que vivo? Vivir en un mundo que no comprendemos nos
angustia y atemoriza, tanto como para no hablar de ello. Nadie se atreve
a cuestionar lo establecido y los que podrían hacerlo, no lo consideran
oportuno. Se opta por lo políticamente correcto, las sociedades modernas
han eliminado el diálogo y eso acaba afectando a la democracia y los
derechos humanos.
-"Somos
habitantes de la sociedad del egoísmo". ¿No cree usted que mucha de esta
desconfianza tiene su origen en la falta de amor -hacia nosotros mismos
o hacia los demás-?
-Sí, la confianza en uno mismo es clave. Si no confías en ti o
tienes un concepto de ti mismo negativo, te va a costar mucho confiar en
los demás. La confianza es una necesidad del ser humano que nos permite
relacionarnos con los demás. §
En
primera persona
-Dígame algo que haya descubierto en su vida gracias a la
confianza.
-Que es una muy buena inversión y que uno se siente bien
confiando. Eso no quita que en determinados casos también haya
vivido decepciones con personas, lo que indica que en el fondo
no era gente de "fiar".
-¿Convivir con una enfermedad le ha cambiado el concepto de la
vida?
-Sí, tus planes de futuro quedan muy condicionados. No
funcionas como lo haría la gente de tu generación. Por ejemplo
yo no me planteo un plan de pensiones. En cambio sí me preocupa
el futuro de mis hijos. Vives continuamente el presente
inmediato y ajustas a ello tu ritmo mental. Por otro lado, he
recibido mucho de la vida y no tengo grandes ambiciones, ni
necesidades. Tengo una vida agradable si dejo de lado el hecho
de estar enfermo. Tengo una familia a la que aprecio, unos
hobbys y un trabajo que me gustan. Estas son cosas que me
movilizan día a día.
-Alguien dijo en una ocasión que la batalla de la vida no la
gana el hombre más fuerte sino aquel que cree que puede
hacerlo...
-Es un poco la historia de la especie humana. Al final, no
sobrevivieron los dinosaurios sino las especies más pequeñas. Al
final es la capacidad de adaptación a las condiciones adversas
lo que te aporta la supervivencia.
-Un
pensamiento que podría cambiar el mundo...
-Me gusta el mensaje de Barack Obama que dice que hay que
centrarse más en lo que nos une que en lo que nos separa. Esto
lo considero muy positivo.
-¿Qué ha aprendido en todos estos años de trabajo?
-Que el hecho de hacer cosas para los demás te produce
satisfacciones. Te pone ante continuos retos que son creativos,
te ayuda a aprender más cosas y eso produce una sensación de
vértigo... que me gusta.
-Tres palabras que para usted tengan efectos mágicos.
-La familia, la confianza y la música... soy un gran
devorador de música.
-Por
último, tengo entendido que es una de las personas más
solicitadas en simposios y congresos sobre salud. Sus ponencias
son muy amenas y seguidas por el público en general. ¿Cuál es su
secreto?
-Pues no sé... supongo que no sé decir que no a nada. Por
otro lado creo que tocamos temas importantes, variados y muy
bien preparados. Abordamos asuntos que están de moda e
intentamos hacerlo de un modo ameno, cercano a la gente. § |
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