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OCTUBRE 2007


INTERNACIONAL

 

Aleksandro Palomo Garrido
Foto: ALX

"Las entidades financieras de todo el mundo compraron deuda de alto riesgo en EE UU. Al estallar allí la crisis, el contagio es casi inmediato por todo el planeta"

Efecto dominó de la economía

La bolsa de Estados Unidos sufre caídas constantes, y en su descenso arrastra a los parqués de medio mundo, desde Asia a Europa. Los inversores y el ciudadano de a pie se preguntan cómo hemos llegado a esta situación y qué futuro económico nos espera. Aleksandro Palomo Garrido, doctor en Ciencias Políticas y socio fundador de ATTAC-Madrid, nos da algunas pistas.

-Sintéticamente, ¿cuál es el origen de la caída de la bolsa estadounidense?

-Es muy difícil precisar el origen. La burbuja inmobiliaria actual es la consecuencia de las políticas económicas de la última década al menos. En concreto, esta burbuja se formó cuando estalló la tecnológica en el 2000. Los especuladores buscaron pastos más verdes e invirtieron con furia en el negocio inmobiliario. Esto generó la sobrevaloración del precio de la vivienda. Ahora que ya no se puede estirar más la goma, el último se quedará a pagar la cuenta. En concreto, el detonante de la explosión de la burbuja ha sido la subida de los tipos de interés, que ha hecho que algunas hipotecas casi dupliquen su cuantía. Esto ha generado una deuda que la gran mayoría de los hipotecados no pueden afrontar, ya que sus sueldos no han crecido de la misma manera. Por tanto, se producen impagos que colocan a los bancos en una situación muy delicada. Al mismo tiempo, numerosos propietarios deciden vender las casas para librarse de las hipotecas y este aumento de la oferta hace que bajen los precios de las viviendas.

-¿Cómo se han contagiado de sus efectos las bolsas de medio mundo?
-Desde los años noventa las finanzas de todo el mundo están interconectadas. En virtud de las sacrosantas leyes del libre mercado, que predica la ideología neoliberal, se permite la libre circulación de los capitales y se garantiza la desregulación de las inversiones. De tal modo que las entidades financieras de todo el mundo habían comprado deuda de alto riesgo en Estados Unidos. Al estallar allí la crisis, el contagio es casi inmediato por todo el mundo, a la velocidad que permite la fibra óptica que transmite la información de los resultados de las empresas en los mercados.

-¿Puede seguir creciendo la crisis, pese a que se está inyectando dinero para proporcionar liquidez al sistema financiero?
-Esta es la pregunta del millón. Las inyecciones de dinero puntuales son sólo un bálsamo de breves efectos. Estoy convencido de que si los tipos de interés aumentan, la crisis se desbocará y los efectos serán incalculables. El problema es que, por efecto de la especulación financiera, se ha generado una deuda que los deudores no pueden pagar. Pero que tampoco los acreedores quieren reducir o perdonar. Si bancos centrales mantienen o bajan los tipos de interés, subirá la inflación. Pero si los suben aumentará la cuantía de la deuda y la profundidad de la crisis. Bajo este planteamiento podemos ver que se trata de una crisis estructural y no de una crisis coyuntural.

-¿Cuál es el impacto real de la crisis, lo que no se habla y afecta a la vida cotidiana de miles de personas?
-Los efectos en la calle se harán notar en un plazo determinado. Algunas fluctuaciones del mercado ya tienen consecuencias en los precios, como ocurre con la subida de precio de los cereales y otros bienes de primera necesidad relacionados con la alimentación. Los especuladores buscan inversiones más seguras y provocan la subida de precios de primera necesidad. Estas subidas de precios son consecuencia de la crisis. Otra será la reducción de los créditos ofertados por los bancos. Estos dos factores unidos pueden golpear seriamente al consumo y recortarse, por ende, la producción y el empleo. De tal modo, que la crisis financiera pase a convertirse en una crisis de todo el sistema económico.

-¿Podría producirse un crack económico mundial, provocado en Estados Unidos?
-Por supuesto, ésa es una posibilidad. Ahora mismo es muy difícil valorar cuál va a ser el alcance de la crisis. También depende de las decisiones que se tomen en este otoño. Pienso que las futuras decisiones de las autoridades monetarias sobre los tipos de interés van a ser fundamentales.

-¿No se trata también de la caída de un modelo económico insostenible?
-Efectivamente, no olvidemos que la crisis actual es la consecuencia directa de una cadena de acontecimientos que vienen de lejos y que se inspiran en un modelo económico y social, que se basa en la competitividad a toda costa y en las acciones de cariz individualista. Como resultado de esta lógica obtenemos sociedades desigualitarias y un ecosistema al borde del colapso.

-De seguir así las cosas, ¿podría llegar a producirse un colapso social?
-No, afortunadamente hay vida después del capitalismo. Podríamos asistir al colapso del modelo capitalista, pero la humanidad tiene recursos suficientes para superarlo. No sería el primer caso en la historia que un sistema moral fenece y deja paso a otro nuevo. Actualmente, existen ya muchas propuestas nuevas, algunas ensayadas con éxito, que agregadas pueden engarzar un modelo alternativo al capitalismo. §

   

   
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