-Cuéntame cómo es una
expedición "a la caza de basura reciclable o reutilizable".
-Hay tres tipos de expediciones. Por un lado están las personales,
cuando necesitas una silla o una mesa y sales a buscarlas. Esto surge
porque aquí en Madrid hay una cultura de contenedores muy grande, cada
vez que hay una obra y su correspondiente contenedor, se llena no sólo
de cascotes sino de lo que tiran allí los vecinos y que queda a la vista
de todos. Por otro lado tenemos las expediciones que se organizan para
talleres, para lo cual alquilamos las furgonetas que hagan falta y
salimos con los participantes por barrios concretos. El día que el
ayuntamiento hace recogida de voluminosos, el safari es mucho más
excitante. Compites con el camión de recogida del ayuntamiento, con los
chatarreros, con los gitanos. Se trata de ver quién llega antes al
montón de muebles o de lo que sea y se lo queda. Es muy gracioso. Luego
el tercer tipo de safari que hacemos es más profesional, y se da cuando
necesitamos basura industrial o basura concreta para un proyecto
definido.
-Danos unos cuantos consejos
de experto para salir de caza...
-Pues la verdad es que al final lo mejor es tener los ojos abiertos
porque en cualquier sitio encuentras cosas increíbles, pequeñas joyas.
También depende de tu nivel para emocionarte con lo que ves y tu
capacidad de transformación. Cuando encontramos unas letras gigantes de
un rótulo que acaban de tirar pues nos llega al alma, por ejemplo.
-¿Cuál es la cosa que más te
ha sorprendido ver tirada y por qué?
-Acabamos de llegar de Sao Paulo, donde han hecho una ley de imagen
de la ciudad, que regula el tamaño de los carteles, poniéndoles unas
proporciones. Así que todos los cartelones que tenían antes en las
fachadas, todos los anuncios de tiendas, de propaganda, de publicidad
han ido a la basura. Había letras de todo tipo, con millones de palabras
diferentes, que nos permitieron coger el lenguaje de la ciudad para otro
proyecto diferente. Para nosotros ha sido muy sorprendente ver cómo toda
una ciudad se queda muda y las palabras y mensajes van a la basura y se
encuentran ahí acumulados y totalmente fuera de contexto. Luego también
nos ha sorprendido la vez que encontramos en Madrid los negativos del
fotógrafo García-Alix.
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"Hay muy poca reflexión,
asumimos todo enseguida, lo consumimos todo muy rápidamente, no
pensamos" |
-¿Qué dicen los cubos de
basura de nuestra sociedad?
-Muchísimo. Nosotros tenemos una frase: "eres lo que tiras", y la
verdad es que es totalmente cierto. Sobre todo en esta sociedad en la
que estamos acostumbrados a consumir a toda velocidad, que lo que te
ponías el año pasado ya no te sirve al siguiente, que el mueble de Ikea
de hace dos temporadas ya no te vale porque te has vuelto más
minimalista o más colorido. Todo eso se ve enseguida en la calle. La
basura de ahora tiene muchísima calidad, te puedes encontrar materiales
en perfecto estado.
-¿Qué reflexión queréis
trasladar con vuestras prácticas?
-Sencillamente que la gente intente percibir el mundo de otra
manera. Que reflexione sobre qué es basura y qué no lo es, sobre qué nos
venden como un producto nuevo y bueno, sobre el desarrollo. Pensemos:
¿Realmente el desarrollo es bueno? ¿Todo lo nuevo vale? ¿Todo lo que
desechamos es malo, es basura? Pues muchas veces no. Muchas veces la
ropa o los muebles antiguos tienen muchísimo más valor que el último
vestido de Zara. Hay muy poca reflexión, asumimos todo enseguida, lo
consumimos todo muy rápidamente, no pensamos. Tampoco nos gusta hacer un
discurso moralista ni medioambiental, preferimos hacerlo desde la
diversión y el ingenio. Y que a partir de ahí la gente desarrolle su
pensamiento.
-¿Por qué hay ayuntamientos
que consideran incívica la práctica de reciclar basuras y prefieren
destruirlas?
-Ahora mismo hay en juego mucho dinero, hay mucho interés en los
procesos de reciclaje porque la conciencia verde vende muy bien. Por eso
me interesa hacer una diferencia entre reciclar y reutilizar. Reciclar
es coger una botella, llevarla al contenedor, convertirla en materia
prima y volver a hacer la misma botella. Reutilizar es lo que hacíamos
antes de devolver los cascos, lavar la botella y volver a emplearla.
Reutilizar es muchísimo más directo y menos perjudicial, pero también es
verdad que ahora el reciclaje mueve mucha pasta y vende una imagen de
modernidad y de medio ambiente que es irreal. §