Bienvenidos a la globalización. Si capitales, empresas y
personas se mueven libremente por este universo en red, ¿por qué
no lo van a hacer las enfermedades?
Millones de personas se desplazan constantemente por el planeta
debido a las migraciones y el turismo. Con ellos también
"viajan" virus y bacterias. Además, suben las temperaturas y el
clima parece haberse vuelto "loco". Todo ha influido para que
enfermedades hasta ahora tropicales como dengue, malaria o
tuberculosis se hayan puesto de moda. Antes no despertaban mucho
interés ya que las endemias golpeaban sólo a los países pobres.
Hoy son los nuevos "souvenirs" que en cuestión de horas llegan
por sorpresa a cualquier punto del planeta. La Organización
Mundial de la Salud ha lanzado una alerta sobre un riesgo de
pandemia a nivel mundial. Recuerda que nadie está a salvo de
esta amenaza.
/ Texto: Mariló Hidalgo |
Foto:
© WHO/ P. Virot |
EPIDEMIAS, LOS NUEVOS "SOUVENIRS"
Alerta OMS,
riesgo de pandemia
A finales
del verano vio la luz el informe anual de la Organización Mundial de la
Salud 2007. En él se advertía de un riesgo de pandemia a escala
planetaria. "Las enfermedades infecciosas se están propagando más rápido
en todo el planeta, surgiendo con mayor velocidad y volviéndose cada vez
más difíciles de tratar. Existe una gran posibilidad de que pandemias
mayores a la gripe aviar, el SARS, el Sida o la fiebre del Ébola, puedan
aparecer en los próximos años", apuntaba dicho informe. ¿Cómo de un
estado de aparente normalidad saltamos a uno de alerta? ¿Qué está
pasando? ¿Exagera la OMS?
Hace tan sólo veinte años que los expertos nos tranquilizaron
asegurándonos que las enfermedades infecciosas estaban al borde de la
extinción. Las medidas de higiene, las campañas de vacunación, el
control de los mosquitos y los modernos antibióticos habían contribuido
a ganar la guerra a la enfermedad. Lamentablemente, aquello sólo era una
apariencia. La amenaza sigue estando ahí, latente, a la espera de nuevos
huéspedes.
"Un brote en un lugar
del mundo puede convertirse en apenas unas horas en una amenaza
inminente en otro punto del planeta. Están surgiendo nuevas enfermedades
al ritmo de una por año"
OMS
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Los que se creen que las enfermedades no
viajan, no piensan en el turismo, el cambio climático, las migraciones,
la aparición de resistencias o las nuevas enfermedades. En este sentido
Arancha Desojo, farmacéutica y experta en cooperación sanitaria
considera preocupante el papel de los humanos en el fortalecimiento de
estos microorganismos. "La intervención humana sobre el ecosistema y su
repercusión en el cambio climático-apunta-, junto con nuevas formas de
vida y nuevas costumbres, propician la aparición o el desplazamiento de
los pequeños agresores microscópicos. En este sentido, las megaciudades,
las aglomeraciones urbanas favorecen el hacinamiento de los
desfavorecidos en condiciones higiénicas lamentables. También el
turismo, que contribuye a intercambios sexuales y aumenta el riesgo de
transporte de microbios y parásitos. El aumento de la temperatura sobre
la tierra produce desequilibrios hídricos que se traducen en sequías o
inundaciones que tienen consecuencias directas para la salud, provocando
hambrunas, bajada de las defensas y condiciones higiénicas que facilitan
el desencadenamiento de epidemias. En concreto, las inundaciones, que
causan todos estos daños en los países húmedos y cálidos, aumentan el
peligro que constituyen de por sí los mosquitos y, consecuentemente, la
malaria o el dengue que transmiten. Pero el aumento de la temperatura en
países tradicionalmente menos calurosos, ha trasladado problemas
tropicales a latitudes continentales: los casos de malaria al norte y
sur de los trópicos y la epidemia de dengue en Nueva York han alertado
sobre la facilidad de las enfermedades para viajar". Es en este contexto
donde la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su informe anual 2007
advierte de un riesgo de pandemia a escala mundial. "En nuestro mundo
cada vez más interconectado, nuevas enfermedades están emergiendo de un
modo sin precedentes y a menudo con la capacidad de cruzar fronteras y
extenderse de manera rápida", recoge la agencia en su informe. En estos
momentos "un brote en un lugar del mundo puede convertirse en apenas
unas horas en una amenaza inminente en otro punto del planeta. Están
surgiendo nuevas enfermedades al ritmo de una por año. Sin ir más lejos,
la agencia ha detectado en el último lustro más de mil cien eventos
epidémicos. "Si emergiera un virus pandémico plenamente transmisible, no
se podría evitar la propagación de la enfermedad que afectaría
aproximadamente al 25% de la población mundial". Por su parte, los
científicos no sólo muestran su acuerdo con la OMS sino que van más
allá: la cuestión ya no está en si se producirá o no, sino cuándo.
"Aunque hablar abiertamente acerca de una amenaza de pandemia puede
suscitar gran preocupación -advierte Margaret Chan, directora de la
OMS-, creemos que no estaríamos cumpliendo nuestra obligación en materia
se salud pública si no advirtiéramos al mundo acerca de esta amenaza en
continua evolución. Muchas emergencias descritas en este informe podrían
haberse prevenido o controlado mejor si los países afectados hubiesen
dispuesto de unos sistemas de salud más sólidos y mejor preparados, y
sobre todo si se hubiese alertado a la comunidad internacional". Este
aviso sin precedentes, ha sido considerado por algunos sectores como una
exageración. Frente a ello Chan no sólo no baja la guardia sino que
insiste: "En toda la historia, ninguna intervención humana ha logrado
detener una pandemia una vez que se ha declarado. Hay una posibilidad de
que podamos apagar la chispa antes de que el incendio comience. Ello
dependerá de que detectemos rápidamente un brote de transmisión humana y
actuemos rápidamente".
Las amenazas
S in duda esa falsa sensación de
seguridad -al no existir brotes de enfermedades infecciosas- repercutió
en una falta de inversiones en salud, una reducción en la vigilancia y
una falta de cumplimiento de los programas de prevención. Pero las
amenazas siguen ahí y podríamos dividirlas en dos bloques. Las que
surgen como consecuencia de la influencia de la mano del hombre y las
generadas a partir del cambio climático.
Amenazas
derivadas de acciones humanas
Aquí podríamos citar casos de incidentes
químicos de mediana y pequeña escala que se producen cada año en todo el
mundo y son los responsables de la mayoría de las muertes y enfermedades
por este motivo. Recordemos por ejemplo, el accidente químico que se
produjo en Bhopal (India) donde un escape de gas tóxico mató a más de
tres mil personas e hirió a cientos de miles. Desde entonces más de
quince mil ciudadanos han muerto de cáncer y ciento veinte mil siguen
padeciendo trastornos crónicos derivados de aquel incidente. Un
accidente así, advierte la OMS, puede producirse en cualquier momento en
otro lugar, ya que la producción y empleo de sustancias químicas se ha
multiplicado en los últimos años. Y los países más pobres siguen sin
contar con las suficientes medidas de seguridad para evitar casos como
éste.
Otra gran amenaza para la salud es la provocada por los conflictos
armados. "Cuando un gobierno o grupo armado -señala el informe de la
agencia- inicia un conflicto, uno de los efectos colaterales suele ser
la destrucción o debilitamiento del sistema de salud que ve disminuida
su capacidad para detectar, prevenir y responder a los brotes de
enfermedades infecciosas, a lo que se suma la reducción del acceso a la
población afectada a la atención sanitaria. Ese fue el caso de Angola,
cuya guerra civil duró veintisiete años y tuvo como consecuencia la
propagación de un brote de fiebre hemorrágica de Marburgo, enfermedad
infecciosa emparentada con el Ébola".
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© WHO/ P. Virot
"Decidir por cuenta propia tomar
antibióticos para tratar un resfriado o una gripe, refuerza a
los microorganismos patógenos y ha sido culpable de importantes
resistencias bacterianas que imposibilitan el tratamiento de
infecciones otrora sencillas de curar"
Arancha Desojo,
farmacéutica |
Los grandes movimientos de población
provocados por las guerras, conflictos o catástrofes naturales han
dejado sin tierra a más de veinticinco millones de almas que deambulan
por el planeta y que acaban hacinándose -en el mejor de los casos- en
campos de refugiados donde se incrementa el riesgo de aparición de
epidemias infecciosas. Esta fue la causa de la elevadísima tasa de
mortalidad en los suburbios de la ciudad de Goma que albergó a
desplazados de la crisis de Rwanda del 94. "Durante el primer mes
siguiente a su llegada, murieron más de 50.000 refugiados a causa de un
brote combinado de cólera y disentería", informa la OMS.
Esta situación no es exclusiva de los campos de refugiados. Acabamos de
pasar un peligroso umbral. Más de la mitad de la población del planeta
habita en las ciudades. De ellas una tercera parte -que equivale a unos
mil millones de personas-, vive en barriadas insalubres, improvisadas,
sin acceso al agua potable, saneamiento, alimentos o una vivienda digna.
Perfecto caldo de cultivo para cualquier tipo de enfermedad infecciosa.
Otra amenaza para la seguridad sanitaria está relacionada con el aumento
de la resistencia a los antibióticos. "Decidir por cuenta propia tomar
antibióticos para tratar un resfriado o una gripe, refuerza a los
microorganismos patógenos y es la causa de importantes resistencias
bacterianas que imposibilitan el tratamiento de infecciones otrora
sencillas de curar. Lo peor de esto es que muchos médicos prescriben
antibióticos en situaciones cuyo uso no es requerido", apunta Arancha
Desojo. A ello hay que añadir otro dato muy preocupante. "En un
principio, señala el informe de la OMS, los antibióticos estaban
destinados a combatir enfermedades infecciosas en el ser humano, pero
con el tiempo los mismos fármacos comenzaron a utilizarse también para
tratar a plantas y animales. No es infrecuente que los mismos microbios
circulen entre sus huéspedes humanos, animales y vegetales, lo que les
brinda oportunidades para el intercambio y adquisición de genes
resistentes; todo ello favorece la evolución y propagación de la
resistencia". En efecto, gran cantidad de antimicrobianos se emplean en
agricultura por ejemplo para combatir las plagas en los árboles
frutales, también en granjas de aves e incluso se usan para la cría de
animales que luego forman parte de nuestra cadena alimentaria -cerdos,
ternera o aves-. En nuestros hogares podemos encontrar también esos
productos en detergentes, colchones o almohadas. Este uso indiscriminado
de antimicrobianos es lo que puede facilitar la mutación y el
intercambio entre animales, plantas y humanos. Muchos aseguran que éste
es el motivo que provocó el brote de encefalopatía espongiforme bovina
en Reino Unido. El conocido como caso de "las vacas locas" puso de
manifiesto las graves consecuencias que podían tener para la salud las
malas prácticas de cría y alimentación de animales iniciadas años antes
en aquel país. "La situación puede resumirse así: los cadáveres del
ganado, incluidos los de los animales infectados por el agente causante
de la encefalopatía, se transformaban en pienso para el ganado. Con ello
se infectaba a su vez a algunos de los animales que se alimentaban de
ese pienso, lo que desencadenó una epidemia de encefalopatía
espongiforme bovina, comunmente denominada enfermedad de las vacas locas
debido a la conducta inusualmente agitada de estos animales. La causa
más probable de infección humana por esta enfermedad es el consumo de
carne contaminada por esta infección. Esto obligó a que interviniesen
con urgencia las autoridades en todo el proceso de la cadena: desde el
pienso a la mesa", explica la OMS.
"El caso de las vacas locas puso de manifiesto las graves
consecuencias de las malas prácticas de cría y alimentación de animales
iniciadas en Reino Unido"
OMS
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En los últimos años hemos conocido nuevas
enfermedades como el denominado virus del Nipah que también provoca
encefalitis (inflamación del cerebro) y acaba con la vida del 75% de
personas a las que infecta. La enfermedad empezó a manifestarse en
Malasia y de los 265 casos registrados, la mayoría estaban asociados al
contacto directo con cerdos enfermos o moribundos, o con productos de
cerdo contaminados. Allí los porcinos criados para la venta viven en las
huertas de frutales de los dueños, así que se comprobó que los animales
actuaban como huéspedes intermediarios del nuevo virus. Pasaba de animal
a humano a través del aire o del contacto con secreciones nasales. Para
acabar con la epidemia fueron sacrificados más de un millón de cerdos.
A estas infecciones nuevas que acabamos de citar hay que sumar las seis
grandes patologías que causan el 90% de las muertes por enfermedades
infecciosas en todo el mundo. Nos referimos a la gripe, VIH-Sida,
enfermedades diarreicas -como el cólera-, tuberculosis, malaria y
sarampión. El Sida, por ejemplo, nos deja un saldo a inicios del siglo
XXI de más de 40 millones de seropositivos en el mundo y 20 millones de
fallecidos. El cólera, enfermedad diarreica aguda, se cobra al año más
de 5.000 vidas. En el caso de la tuberculosis, la OMS calcula que entre
un millón y medio y dos millones de personas mueren al año debido a esta
enfermedad. Hoy se registran más casos en el mundo que en toda la
historia de la humanidad.
Amenazas consecuencia del cambio
climático
Los seres humanos hemos modificado el
planeta de tal forma, que cada vez es más fácil el desplazamiento y la
instalación de los gérmenes en las poblaciones más vulnerables. La
temperatura y la humedad influyen en la abundancia y distribución de
huéspedes intermediarios. Las temperaturas por ejemplo permiten a
insectos y plagas sobrevivir inviernos que antes hubiesen diezmado sus
poblaciones. Las principales enfermedades transmitidas por mosquitos
son: malaria, dengue y encefalitis viral. Pero también hay novedades.
La denominada fiebre del Valle del Rift (África) empezó a manifestarse a
raíz de unas lluvias más abundantes de lo normal asociadas a unas
temperaturas cálidas como consecuencia del fenómeno El Niño, que hizo
proliferar los criaderos de mosquitos. "Entre diciembre de 1997 y marzo
de 1998, se produjo en Kenya, Somalia y Tanzania el mayor brote jamás
registrado en África oriental: 89.000 casos y 478 muertes. En el ser
humano la fiebre del Valle del Rift puede causar: retinopatía, ceguera,
meningoencefalitis, síndrome hemorrágico con ictericia, petequias y
muerte", apunta el informe de la OMS. Los casos se originaban a partir
de los mosquitos que interactuaban con el ganado no vacunado, que a su
vez transmitía el virus a los humanos cuando se alimentaban de estos
animales infectados.
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"Hoy se registran más casos
de tuberculosis en el mundo que en toda la historia de la
humanidad"
OMS |
El virus Hanta aparecido en el sudoeste de
Norteamérica, también está relacionado con el cambio climático ya que
aparece con las precipitaciones de lluvia abundante en zonas tan secas
como el sudoeste de EEUU. El virus es transportado por el "ratón ciervo"
y acaba con la vida de las personas que han sido expuestas.
Los cambios climático, ambiental, migratorio y demográfico están
vinculados e influyen y participan en esta escalada de enfermedades
infecciosas detectadas. No se trata de un fenómeno local sino mundial.
LAS ENFERMEDADES NO ENTIENDEN DE FRONTERAS
Por Ana Muñoz,
periodista del Centro de Colaboraciones Solidarias
"Las enfermedades se han
globalizado. Millones de personas se mueven cada día por un
planeta que parece cada vez más pequeño. Y esto ha provocado que
los virus y las bacterias también viajen. Enfermedades como el
dengue, la malaria o el mal de Chagas se dan en países de
Occidente; la tuberculosis, una enfermedad hasta ahora
controlada en los países del Norte, se extiende; y otras
enfermedades consideradas "cosmopolitas", como las de
transmisión sexual o la hepatitis aparecen en países donde no
eran comunes.
En España, por ejemplo, en un periodo de cuatro años se han
detectado más de 2.000 casos de malaria y 14 muertes. La malaria
no es especialmente mortífera, si se detecta a tiempo. El
problema es que los síntomas se confunden con los de la gripe y
no se trata con los medicamentos adecuados.
La esquistomiasis también está sufriendo un aumento que alarma a
las autoridades sanitarias. Hoy, esta enfermedad es endémica en
76 países y la sufren más de 300 millones de personas. La
Organización Mundial de la Salud (OMS) también alerta de la
expansión de otras enfermedades tropicales, como la amebiasis o
la filarosis. El dengue es la enfermedad infecciosa que más se
ha extendido. Dos quintas partes de la población mundial están
en riesgo de contraer esta fiebre que puede acabar con la vida.
El dengue tuvo su origen en Centroamérica y el Caribe, pero se
ha extendido por toda Latinoamérica e, incluso, ha llegado a
Europa. En España, se dieron 70 casos graves entre 1998 y 2002.
Las enfermedades tropicales no han interesado a las empresas
farmacéuticas ni a las autoridades sanitarias. Sólo los países
empobrecidos del Sur sufrían sus consecuencias: epidemias y
muertes que diezmaban sus poblaciones. Sin embargo, hoy estas
enfermedades se están expandiendo y las autoridades sanitarias
piden que se investigue para conseguir vacunas y medicamentos.
La tuberculosis, que se pensaba erradicada, ha vuelto con mayor
virulencia. Es una enfermedad antes ligada a la pobreza y la
falta de higiene pero los suburbios de las grandes ciudades
donde viven muchos inmigrantes -30% de infectados-, se han
convertido en focos de contagio.
Los casos de lepra, viruela o enfermedades de transmisión sexual
también aumentan entre las personas con menos recursos del
planeta.
El incremento de afectados por enfermedades importadas y
emergentes ha alertado a la comunidad sanitaria internacional.
Sin embargo, tan sólo el 10% del presupuesto mundial de
investigación se invierte en el estudio de las enfermedades que
causan el 90% de las muertes del planeta".
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Bioterrorismo
Desde
el pasado año los viajeros que embarcan en aeropuertos de la UE no
pueden subir a un avión con más de cien mililitros de cada producto
líquido, como bebidas, colonias, geles o cremas, pasta de dientes, rímel,
crema de afeitar o aerosoles. Todo deberá ir en una bolsa plástica
transparente, con sistema de auto-cierre. Esta normativa se puso en
marcha después de que la policía británica descubriese los planes de un
grupo terrorista dispuesto para atentar con explosivos líquidos en
aviones en pleno vuelo desde Reino Unido a EEUU.
Las redes de delincuencia organizada han demostrado en este tiempo que
tienen capacidad de transportar no sólo agentes químicos sino también
biológicos letales de forma encubierta, a través de las fronteras para
aplicarlos sobre la población. Al empleo de virus, bacterias, hongos,
parásitos y toxinas -contra hombres, animales o plantas- para provocar
la muerte o enfermedad, o el contaminar suministros de alimentos o agua,
se le denomina bioterrorismo. Estos ataques tienen como objetivo
subvertir el orden institucional y colapsar los mecanismos de control
social de un determinado país. A veces más que afectar a toda la
población, buscan generar miedo e incertidumbre entre la ciudadanía,
para producir a la larga un colapso social a gran escala.
El bioterrorismo busca alimentar el miedo y la
incertidumbre entre la ciudadanía para generar a la larga un
colapso social a gran escala. |
Aunque el bioterrorismo preocupa desde hace tiempo a todos los países,
no hay duda de que después del 11-S se ha disparado la alerta a nivel
mundial. Unas semanas después de aquella fecha, el Servicio Postal de
los EEUU se vio afectado por un ataque bioterrorista con esporas de
Bacillus anthracis, que afectó a veintidós personas con carbunco (ántrax
en inglés) de las que a siete supervivientes les fue confirmada la
enfermedad del carbunco cutáneo. Aunque el mal no era contagioso, fue
capaz de sembrar el pánico generalizado. Por tanto, objetivo cumplido
por parte de los terroristas.
El bioterrorismo también se emplea sobre cosechas y ganado para generar
hambrunas y desequilibrios en el orden económico y social de una
determinada zona. La cadena alimentaria humana es muy frágil y es
relativamente fácil contaminar cualquiera de sus estadios para a partir
de ahí, provocar graves pandemias. EEUU, a raíz de su propia
experiencia, elaboró el Acta contra el Bioterrorismo que prevé una serie
de medidas detalladas para la entrada de cualquier producto alimenticio
que quiera introducirse en el país. En la UE también se han ido
aprobando a lo largo de estos años distintas normas para regular el
control de productos procedentes de terceros países que nuestro
ordenamiento jurídico ha ido incorporando.
El caso español, ¿exagera la OMS?
En
nuestro país el Ministerio de Sanidad y Consumo ha restado importancia a
las advertencias de la Organización Mundial de la Salud. El director
general de Salud Pública, Manuel Oñorbe, comentó que esta alerta había
que entenderla dentro de un contexto global. Que esas advertencias se
realizaban para siete mil millones de habitantes entre los que se
encontraban países con sistemas muy precarios de salud -como África- y
que en España ciertas enfermedades infecciosas como el cólera o
paludismo -que aparecen en el informe- no se asentarían al no existir
condiciones necesarias para ello (deficiencias sanitarias y de higiene).
También recordó que en nuestros puertos y aeropuertos operan servicios
de seguridad exterior que se vienen ocupando desde hace tiempo de
atender cualquier situación de emergencia. "Estos servicios -comentó- se
utilizan con frecuencia, sobre todo para atender a pasajeros que se
encuentran indispuestos en un determinado momento".
Foto:
© WHO/ P. Virot
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Si bien la posibilidad de que puedan
desarrollarse ciertas enfermedades infecciosas en nuestro país es
remota, sí existe un riesgo en el caso de la gripe, por ello la OMS está
coordinando la cooperación internacional en la prevención de una posible
pandemia y ha puesto en marcha sistemas de vigilancia a nivel mundial
para evitar la extensión del virus y asegurar su rápida caracterización,
detección y notificación de nuevos casos y la puesta en marcha de planes
de actuación. Hay que recordar que el virus de la gripe sufre periódicas
mutaciones antigénicas, adopta distintas formas y esto obliga a que cada
invierno se tenga que elaborar una nueva vacuna. Los síntomas algunos
años son leves pero otros pueden ser letales. La denominada gripe
pandémica sobreviene cuando aparece un nuevo subtipo de virus con el que
nunca antes había estado en contacto el ser humano. Si el virus de la
gripe aviar mutara y llegara a contagiar a personas, dejaría de ser un
virus aviar y se convertiría en virus gripal humano. Se propagaría a
través de la tos y los estornudos. El sistema inmunitario del cuerpo
humano no lo detectaría y sería probable que las personas que
contrajesen la gripe pandémica, sufrieran una enfermedad más grave que
la gripe normal. Expertos en salud llevan casi diez años siguiendo de
cerca la evolución de la cepa H5N1, el virus de la gripe aviar. Si se
demuestra que evoluciona hacia una gripe normal podría derivar en una
pandemia, alertan desde la OMS.
El Gobierno español -según informa el Ministerio de Sanidad- dispone
desde 2005 de un Plan Nacional de Preparación y Respuesta ante una
Pandemia de Gripe, en colaboración con las Comunidades Autónomas y
siguiendo directrices de la OMS y UE. En él se contempla la creación de
una red de comunicación -Comunidades Autónomas, UE y organismos
internacionales- para hacer un seguimiento estricto de la evolución de
la situación. Están alertados además sistemas de vigilancia
epidemiológica y virológica que se pueden reforzar en momentos
determinados. Existe un Comité Ejecutivo Nacional entre ministerios para
la prevención y el seguimiento de la evolución del virus de la gripe y
también una serie de protocolos de actuación complementarios al Plan
Nacional. Se siguen en este sentido las recomendaciones de la UE
relativas a la prohibición de importación de productos avícolas
provenientes de países afectados por el brote.
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En nuestros puertos y aeropuertos operan servicios de
seguridad exterior que se vienen ocupando desde hace tiempo de
atender cualquier situación de emergencia. |
Además Sanidad dispone de un
total de diez millones de dosis de vacunas antivirales disponibles si se
produce una situación de pandemia. El Ministerio ha apoyado el proyecto
del laboratorio Berna para instalar en nuestro país, concretamente en la
Comunidad de Madrid, una planta de fabricación de vacunas frente a la
gripe con capacidad para desarrollar de forma rápida vacunas seguras,
eficaces y de alta calidad frente al virus.
Este año además se ha reforzado la campaña de vacunación frente a la
gripe común a grupos de riesgo -mayores de 65 años, enfermos crónicos,
profesionales sanitarios-. También recomiendan vacunarse a todos
aquellos que tienen previsto viajar a países afectados por brotes de
gripe aviar si el viaje tiene lugar en época estival. Así como aquellas
personas que trabajan en tareas de control y erradicación de brotes de
gripe en aves y las que trabajan en granjas avícolas.
En el terreno de cooperación internacional, el Gobierno ha destinado una
partida de dos millones de euros para los programas de la OMS destinados
a reforzar los sistemas de vigilancia y control del virus de la gripe
aviar.
La gripe aviar y el negocio del miedo
Otra visión sobre el tema
Antonio F. Muro. Revista
Discovery Salud. www.dsalud.com
Desde que
el famoso virus de la gripe aviaria fuera detectado en Vietnam hace ya
nueve años no llegan a cien las víctimas mortales que se achacan a la
enfermedad en todo el mundo, a pesar de lo cual una bien orquestada
maquinaria de propaganda ha hecho creer a la población que hay riesgo de
pandemia y que un producto llamado Tamiflu -cuyo principio activo se
extrae del anís estrellado- es la solución. Una gigantesca mentira que
obedece a una estrategia comercial para hacer negocio a costa del miedo.
Hablar de una posible pandemia, cuando el virus de la gripe aviaria no
se contagia ingiriendo carne de aves infectadas y jamás se ha
transmitido entre humanos, es una burla.
Después de arrasar miles de granjas y provocar la muerte indirecta de
millones de aves -por cada ave encontrada muerta y presuntamente
contagiada se masacran miles- el virus de la gripe aviaria ha dejado
Asia y llega a Europa. Es más, nueve años después de que la Organización
Mundial de la Salud (OMS) se pusiera a seguir las evoluciones del virus
¡sigue sin aparecer un solo caso de transmisión entre humanos! Y a pesar
de todo vivimos angustiados de miedo ante los grandes titulares de los
medios de comunicación, temblamos con cada cisne muerto y, de paso,
llevados por la histeria, amenazamos el futuro de nuestra industria
avícola y llevamos a la ruina a las granjas ecológicas.
"Temblamos con cada cisne muerto y, llevados por
la histeria, amenazamos el futuro de nuestra industria
avícola" |
Puede que algún día llegue una
pandemia -afirman que en cada siglo se produce más de una- pero
cualquier científico responsable reconoce hoy que nadie puede afirmar ni
cuándo, ni cómo. Y por supuesto tampoco si se producirá la "temida"
mutación del virus de la gripe aviaria y si, en el caso de que así sea,
será peligrosa para el hombre o para otros mamíferos y si surgirá de la
naturaleza... o de un laboratorio dedicado a buscar vacunas contra virus
fantasmas.
La sensación de miedo ante la gripe aviaria -que una política de
comunicación irresponsable e interesada alentó a lo largo del 2005 como
ocurriera con el virus SARS durante los años 2002 y 2003- se convirtió
en "certeza" cuando en noviembre de 2005 George Bush, con todo el boato
de una gran declaración pública y rodeado de sus colaboradores de
confianza, hacía en los Institutos Nacionales de la Salud una
declaración de alcance planetario alertando de una "posible pandemia".
"En el último siglo -dijo Bush- nuestro país y el mundo han sido
víctimas de tres grandes pandemias de gripe y los virus de las aves
contribuyeron a todas ellas. La comunidad científica está cada vez más
preocupada por un nuevo virus de la gripe conocido como H5N1 o gripe
aviar". En otras palabras, Bush hizo tañir la campana del miedo y en el
mundo occidental nos dispusimos a correr como pollos sin cabeza a la
búsqueda de soluciones.
El presidente norteamericano anunció que iba a solicitar al Congreso una
partida económica extraordinaria para hacer frente a ese pánico virtual
creado interesadamente y que no se correspondía en absoluto con la
realidad. Resultado: Mil doscientos millones de dólares para la
adquisición de vacunas destinadas a proteger a veinte millones de
estadounidenses, dos mil ochocientos millones para la investigación de
métodos más rápidos de producción de antídotos contra la enfermedad y
mil millones más para la compra de medicinas.
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"La gripe aviaria podría estar siendo utilizada como
perfecta coartada para realizar investigaciones en el campo de
las armas biológicas" |
En suma, lo que hizo Bush fue declarar la
guerra preventiva versión II, esta vez ¡contra un H5N1 mutado
inexistente!
Así que de la mano del problema... nos dieron la "posible" solución (ya
se sabe que los problemas sin soluciones suelen producir el descrédito y
caída de los gobernantes). Y de la noche a la mañana, tras un año negro
para la Big Pharma -las multinacionales farmacéuticas-, los laboratorios
volvieron a ser presentados ante el mundo como los salvadores de la
humanidad. De esta forma, un fármaco conocido como Tamiflu
comercializado por la empresa suiza Roche y avalado por las autoridades
norteamericanas y la OMS, se presentó al mundo como la gran esperanza
ante la "terrible" amenaza. Sólo que el Tamiflu (oseltamivir) es un
"antiviral" que no previene ni cura nada. Como mucho alivia -y no
siempre ni completamente- los síntomas de una gripe normal, por lo que
es muy improbable que sirva ante un virus mutado pues lo que realmente
se precisaría en tal caso, es una vacuna específica.
Las ventas se dispararon a pesar de la opinión expresada por muchos
especialistas y del informe realizado por el instituto italiano de
investigación Cochrane Vaccines Field -financiado en parte por el
Ministerio de Sanidad británico y recogido por la revista The Lancet- en
el que se cuestionaba la utilidad del Tamiflu y la política de los
gobiernos de acumular millones de dosis del producto.
Gracias a la gripe aviaria el Tamiflu tuvo la mejor campaña de marketing
que nadie podía esperar: miles de periódicos y cadenas de radio y
televisión trabajando cada día a favor del producto gratuitamente y con
el beneplácito de las autoridades de la Organización Mundial de la Salud
(OMS). Y así, mientras los pollos muertos seguían apareciendo en Asia y
algunas pocas aves muertas empezaban a aparecer en Europa, Roche hacía
caja y Gilead Sciences Inc. (empresa norteamericana biotecnológica)
recogía los beneficios de "su" patente.
"Es una burla hablar de posible pandemia, cuando
el virus de la gripe aviaria jamás se ha transmitido entre
humanos" |
Lo que muchos ignoran es que
detrás de todo esto se encontraba un personaje muy conocido por todos:
el Secretario de Defensa de EEUU, Donald Rumsfeld, máximo responsable
operativo de la compañía fabricante del Tamiflu -Gilead Sciences Inc- y
uno de sus mayores accionistas. Pero ahí no terminaban las
"casualidades". Años antes, el Gobierno Bush había utilizado la
estrategia del miedo cuando comenzó a hablarse de un posible ataque con
armas biológicas y en especial con el virus de la viruela. A raíz de
esto se puso en marcha un programa de vacunación contra este virus y el
Pentágono -que en aquellos momentos tenía a parte de sus tropas en
Afganistán- adquirió no sólo miles de vacunas para sus soldados sino
también un medicamento, Vistide, que paliase sus fuertes efectos
secundarios. El virus nunca llegó a manifestarse y curiosamente dicho
medicamento estaba fabricado por Gilead Sciences Inc., la multinacional
de la que es accionista Donald Rumsfeld. Hay más casos como éste que se
repiten una y otra vez y responden a las mismas conexiones.
En definitiva, la gripe aviaria podría estar siendo utilizada como
perfecta coartada para realizar investigaciones que, atendiendo al
convenio internacional de 1969 contra la proliferación de armas
biológicas, no resultarían muy presentables. La creación de variaciones
artificiales sobre el virus H5N1 u otros virus de la gripe, o sobre
otros agentes biológicos con la justificación de ataques bioterroristas
o epidemias, podría acabar desembocando en la creación de virus
artificiales mucho peores que cualquier mutación de la naturaleza o de
virus nuevos... Eso sí, con vacunas y fabricantes incluidos. Así que por
el mismo precio tendríamos virus... y vacuna.
¿Qué guía la voluntad del actual Gobierno norteamericano, locomotora
científico-económica-militar de Occidente? ¿La preocupación por nuestra
salud, sus propios intereses privados, o más bien oscuros intereses
estratégicos fruto de una particular visión mesiánica del mundo?§ |