Resolver
conflictos
-¿Qué es y para qué sirve la
conflictología?
-Estudiamos las guerras, tal y como se entiende
que son las confrontaciones bélicas entre países o entre grupos
sociales. Pero también los pequeños conflictos: la lucha entre
compañeros de trabajo, entre familiares. Estudiamos cualquier tipo de
violencia, no sólo la física, sino la psicológica, la estructural, la
política, la judicial. Entendemos por violencia cualquier cosa que pueda
perjudicar a uno mismo o a otro.
-¿Esta
ciencia estudia también la solución de conflictos?
-Claro. La conflictología estudia la violencia con el ánimo de
encontrar soluciones prácticas. Es el compendio de todos los
conocimientos científicos o intuitivos sobre las sociedades en crisis, y
de todos los métodos que contribuyen a su solución pacífica.
-¿Vivimos
una época que apuesta más por el ataque que por el diálogo?
-Esto siempre, y ahora quizás algo más porque son momentos de
cambio. Es decir, normalmente las personas entendemos que el uso de la
violencia es el sistema más efectivo para resolver conflictos. Pero se
descubre con relativa facilidad que es muy mal método y que existen
muchos otros sistemas de solución efectiva, rápida y barata de los
conflictos. Por ejemplo, Nelsa Curbelo -con la que colaboramos- dirige
un programa que se desarrolla en el barrio con mayor criminalidad de
Guayaquil (Ecuador), debido a la actividad pandillera y bandas
criminales armadas. En seis meses ha reducido un sesenta por ciento la
criminalidad. No hay ningún cuerpo de policía ni ninguna política de
seguridad en el mundo capaz de conseguir estos resultados.
-¿Quiénes
son las personas u organizaciones más adecuadas para orientarnos en la
mediación de conflictos?
-Hoy en buena parte se articula toda la acción de resolución de
conflictos a través de universidades. Hay más de cien en el mundo que
tienen programas de formación o de investigación. Grandes organizaciones
humanitarias como Cruz Roja también desarrollan este tipo de técnicas y
procedimiento. Y luego hay bastantes redes de conflictólogos,
especializados en diferentes áreas, que estamos siempre en contacto.
Así, buscamos a la persona con el perfil adecuado para intervenir en un
caso en concreto.
-¿Qué
capacidades ha de tener quien se dedica a la mediación?
-A través de la formación se trata de desaprender esta cultura de la
violencia en la que normalmente vivimos, para conseguir ver las cosas de
una manera distinta. Llegas a aprender que hay sistemas más superiores,
más eficaces, más baratos y más rápidos para solucionar conflictos que
no son violentos. Después hay técnicas y procedimientos concretos que
nos pueden ayudar. Pero hay personas que saben todo esto de una manera
innata. Que tienen un profundo respeto por las personas, lo que no
quiere decir estar de acuerdo con criminales, con combatientes; y ésta
es su arma principal, su fuerza.
-¿Por qué
se confunde hoy negociar y llegar a acuerdos, con ceder y hacer
concesiones, lo cual está mal visto?
-Cuando dos se ven forzados a llegar a acuerdos es cuando no se
entienden y tienen que encontrar una manera temporal de trabajar juntos.
Pero el objetivo de la conflictología no es llegar a estar de acuerdo
sino a convivir en el desacuerdo, que es algo diferente. Por eso hay que
cambiar la manera de pensar, porque con un tipo de pensamientos no se
pueden resolver las cosas. Einstein ya lo decía: no podemos solucionar
problemas con el mismo pensamiento que los ha creado. §