Garbanzos con mejillones
Ingredientes (como pá 3 personas): 400 grs de garbanzos • 16
mejillones • 1 cebolla • 2 zanahorias
• 2 dientes de ajo • 1 vaso de caldo de pescado • 1 cucharada de perejil
picado • sal • aceite de oliva virgen• 4 cucharadas de vino
H acía
tiempo que no cogía el autobús, y el otro día fui a ver a un amigo -le
llamamos Chiño)-para tomar un café. Una señora al sentarme me dijo:
-Señor, tenga cuidado con los huevos.
-¿Lleva huevos en esa bolsa?
-No, llevo alfileres...
Se dejan los garbanzos en remojo la víspera. Eso ya lo sabéis de sobra,
que sois expertos en esto. El Chiño, en lo que es experto es en biología
y es un pozo de saber: "¿Sabes cuál es el animal que más veces cambia de
sexo?"; me pregunta. "La ladilla".
En una cazuela con agua hirviendo y sal se añaden los garbanzos con las
zanahorias cortadas en rodajas, la cebolla picada, el caldo de pescado y
un chorro de aceite de oliva. El Chiño también estuvo enrolado durante
un tiempo en un barco, por eso le quedan recuerdos de aquellos chistes
de marineros que me ha dejado para la receta:
-¿El Capitán?
-Por babor...
-Por BABOR, ¿el Capitán...?
Incluso habla de cuando una galera iba con mogollón de esclavos
remando...
-¡¡¡Galeotes!!! Tengo una noticia buena y otra mala, ¿cuál queréis
primero?
-¡La buena! ¡La buena!...
-Hoy os cambiaréis de calzoncillos.
-¡¡¡Bieeeeeeen!!!... ¿Y la mala?
-ENTRE VOSOTROS.
Se cuece hasta que los garbanzos estén tiernos, desespumando de vez en
cuando. Aparte cocemos los mejillones y los reservamos. Pero mientras
iba en el autobús oí conversaciones de todo tipo, entre ellas:
Una pareja está haciendo el amor debajo de un pino. De pronto, la chica
mira a la copa del árbol y ve a un niño mirando:
-Pepe, Pepe, ¡UN NIÑO!
-Es igual, María: lo que venga.
Después se ve que a Pepe le quedaron remordimientos y fue a confesarse:
-Padre, he cometido el pecado de la carne.
-Es grave, hijo mío. ¿Cuántas veces?
-¡Padre, yo he venido a confesarme y no a fanfarronear!
En un cazo se doran los ajos y se añaden los mejillones bien escurridos.
Se agrega el perejil, el vino y se deja evaporar. Se mezcla todo y se
sirve muy caliente. Espero que os guste la receta, os dejo que tengo que
ir con Chiño al oculista. Menos mal que no fue al de Lepe. ¿Sabéis por
qué le echaron? Por poner las lentillas con chinchetas.
Y para despedirnos, el único chiste que me ha contado mi mujer en su
vida. Fue un momento histórico, se me cayeron las lágrimas, así que
permitirme hacer aquí esta mención. Me dice: "¿Sabes por qué las mujeres
somos brujas? Porque levantamos cosas sin tocarlas".
/ El Cuñao |