Pasear por
las calles de Valladolid y visitar sus monumentos históricos puede
convertirse en un auténtico viaje a través del tiempo. Durante siglos
esta ciudad fue capital de la Corte itinerante y sede del Consejo de
Indias como muestra la Ruta Colombina, un trazado urbano que nos acerca
al Palacio de los Vivero. Allí tuvo lugar la boda de los Reyes
Católicos, y luego se convertiría en Real Chancillería. El recorrido
continúa por otros puntos de la ciudad hasta terminar en la Casa-Museo
de Colón donde cuenta la tradición que murió el navegante en 1506. Entre
el mobiliario -ambientado en la época- hay cartas náuticas, objetos
precolombinos y una carta escrita de su puño y letra.
Ir
de museos
Lo los podrás
ver todos en dos días, ni en tres, ni en cuatro. Porque las guías
turísticas de Valladolid señalan hasta diecisiete museos. Este mes
valdrá la pena visitar el Museo de Arte Contemporáneo "Patio Herreriano"
para contemplar la nueva Colección Permanente. Y en el Museo de la
Ciencia los aficionados a la astronomía tienen una cita con "El Sol, la
Tierra y la Luna, tres en raya en el espacio", hasta el 27 de junio.
Contemplar
obras inéditas
Esta
primavera la ciudad se ha aliado con el arte contemporáneo para celebrar
la Bienal de Escultura de Valladolid 2007. Las obras presentadas son
todas originales y los trabajos seleccionados para este certamen se
pueden ver hasta el 14 de mayo en el Patio de la Hospedería del
Monasterio de San Benito. Después de conocer las nuevas creaciones y
tendencias de este arte podemos completar la visita en el Museo de
Escultura Policromada. Es uno de los mejores en su género que existen en
Europa y exhibe en sus salas una espléndida colección que recorre siglos
de historia.
Un circuito sobre ruedas
Otra opción
para conocer Valladolid es tomar el Bus Turístico que realiza un largo
trayecto por toda la ciudad. Circula los fines de semana y tiene paradas
en distintos puntos del callejero como el Museo de la Ciencia, el
Palacio Real o la Catedral. El recorrido empieza y termina en la Acera
de Recoletos. Muy cerca de allí, próximo a la Playa de las Moreras, hay
un servicio de alquiler de ciclos turísticos. Dejaremos el coche
aparcado para pedalear tranquilamente por las calles. Tiene varios
vehículos disponibles, entre ellos bicis, bólidos, karts y tándems para
ir en familia.
Sabores
exquisitos para el paladar
Es de sobra
conocida la gran oferta gastronómica que tiene esta ciudad y la original
oferta de pinchos y tapas que cocinan a diario los bares y locales
hosteleros. Hay establecimientos que conservan el ambiente de los
antiguos cafés vallisoletanos, donde siempre hubo un rincón para las
tertulias. Otros se transforman en locales de copas al llegar la noche,
para lograr esa ciudad que le gusta apurar la vida hasta altas horas de
la madrugada.
Teatro Corsario
La madurez, a escena
Este año el Festival de Teatro y Artes
de Calle de Valladolid ha decidido homenajear a la compañía
vallisoletana Teatro Corsario y a su director Fernando Urdiales.
A sus espaldas llevan 25 años de trayectoria artística,
numerosos éxitos y un vasto repertorio de obras y espectáculos
basados en dos líneas. Por un lado tratamiento de temas y
autores clásicos de lengua castellana. Por otro, montajes de
marionetas para adultos. Nos lo cuenta en esta entrevista.
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Foto: Luis Laforga |
-¿Qué le ha hecho a Teatro
Corsario merecedor de ese reconocimiento?
-Es algo muy importante en la
vida de una compañía profesional. Teatro Corsario surgió en unos
momentos en los que era muy difícil poner en marcha en nuestra comunidad
un proyecto con una dedicación exclusiva al teatro. Supongo que el
homenaje tiene que ver con ese tesón y con el hecho de ser una compañía
atípica, ya que a lo largo de estos veinticinco años hemos intentado
mantener un equipo estable y una trayectoria coherente. Aunque no somos
una compañía de calle, hemos trabajado con frecuencia en espacios
abiertos, claustros, plazas, cárceles, iglesias, porque concebimos que
este arte no está hecho sólo para mostrar en los teatros a la italiana.
-¿Cuál ha sido la evolución más evidente en la forma de trabajar de
Teatro Corsario a lo largo de estos veinticinco años?
-En un principio empezamos
haciendo un teatro que entonces se llamaba de vanguardia, y quisimos
buscar una identidad y una relación con el público sin tener que
recurrir al teatro netamente comercial. Siempre hemos apostado por el
teatro del arte, por no decir el teatro popular, porque está enfocado
hacia un público amplio. Esa dedicación ha estado reservada a la
actualización y a la puesta al día de los autores clásicos españoles del
Siglo de Oro, al margen de que también hemos hecho otro tipo de obras.
-Esta compañía también hace espectáculo de títeres para adultos. ¿Cómo
transmitir los sentimientos humanos a través de una marioneta?
-Esa es otra de las
especialidades de la compañía, pero no es la más frecuente. De alguna
manera el teatro de títeres para adultos permite investigar otras
propuestas que no tendrían cabida en el mundo de los niños. En este caso
tratamos dos elementos fundamentales: el terror y el sexo. Las
marionetas meten más miedo, son más inquietantes. Son capaces de
transmitir la fantasía con mucha más facilidad que los actores y
traspasar una realidad como sucede en "Aullidos", nuestro último
montaje.
-"La Barraca de Colón" ha sido premiada en los Max 2007. ¿Qué os supone
esta nominación?
-Es de agradecer, pero no es
un reconocimiento con el que esté muy conforme. Nominarnos a un Premio
Revelación después de veinticinco años de trayectoria no me parece muy
adecuado, más bien una falta de tacto. Los Max han elegido esta fórmula
para de alguna manera contentar a los teatros de las autonomías o de
provincias, y la mayoría de los premios los acaparan las producciones de
Madrid y de Barcelona. Es como un premio de consolación, y creo que
tenemos todo el derecho a reivindicar y a reclamar una mayor atención
porque en el resto del país también se hace teatro de mucha calidad.
-¿Qué cualidad destacaría de su compañía?
-Sobre todo una idea del
trabajo en equipo que es para valorar. Creo que lo más importante es que
hemos madurado juntos. Yo he aprendido con mis actores, mis técnicos, mi
equipo, y ellos han aprendido de mí. En esa medida nos hemos formado, y
eso es muy valioso porque te permite una madurez relacionada con una
trayectoria, con los errores, aciertos y éxitos conseguidos a lo largo
de todo este tiempo.