Fotógrafo
Es el
paradigma de fotógrafo comprometido. El que antepone el ser humano a la
técnica. El que invierte el dinero que le dan sus fotos para ayudar a
los que ha retratado. La persona que dispara y luego llora a solas en su
habitación tras lo que ha visto. Quien considera como su hogar el
planeta entero y como amigos a todos aquellos que respetan al prójimo.
Pero por una vez ha dejado el dolor para otra ocasión y ha retratado las
sonrisas que generan Payasos sin Fronteras. Lo vemos en su nuevo libro
‘Río de Esperanza’.
Fotos: ©
Kim Manresa
Disparos comprometidos
Asegura Kim Manresa que abrirse al
mundo y a las personas que te vas encontrando te enriquece como persona.
Si le tomamos a él como referencia, yo añadiría que además activa la
mente. No hay más que hablar con él para saber que es una caja de
proyectos. Acaba de publicar ‘Río de esperanza’ -que refleja el trabajo
de la ONG Payasos sin Fronteras en zonas de postconflicto- y ‘La piel de
Cataluña’ con RBA-National Geographic. Tiene una exposición y otro libro
a punto sobre cómo el deporte sirve a los inmigrantes para integrarse en
nuestro país. Próximamente saldrá a la venta un libro sobre educación
donde él pone fotos de escuelas de más de cien países, y varios
intelectuales le han escrito una frase alusiva al poder de la enseñanza.
Prepara un proyecto sobre casas de adobe, que refleja su interés por la
arquitectura... Y todo lo que está en la recámara.
-¿De dónde
nació la idea de fotografiar el trabajo de Payasos sin Fronteras?
-Conozco al payaso Tortell Poltrona y a varios cómicos desde la
adolescencia, porque soy muy aficionado al teatro y las artes. Hace unos
cinco años ellos me comentaron que los fotógrafos siempre retratábamos
el drama, pero nunca la esperanza. Así que les acompañé a una expedición
a Argelia y me sorprendió ver que personas que no tenían nada, con una
obra de teatro o un taller de pintura se olvidaban de todo y reían a
carcajadas. A partir de ahí fui acompañándoles a otros lugares y surgió
el libro
-¿Has reído
o llorado preparándolo?
-He reído y comprobado que tenemos que aprender de los lugares a los
que nosotros llamamos Tercer Mundo, donde valoran mucho la solidaridad,
la amistad, la familia. He visto padres felices porque han visto reír a
sus hijos, que hacían años que no lo hacían. Pero además de secuencias
emotivas, también he llorado por la impotencia que sentí.
"Para mantener nuestro estilo de vida vamos
destrozando a los países más pobres" |
-Tu próximo
proyecto es un libro sobre escuelas, ¿qué valor tiene para ti la
educación?
-A los trece años dejé el colegio, y creo que me quedaron cosas por
aprender. Para mí era una asignatura pendiente, y cuando viajaba veía
que la educación estaba por los suelos, que no había escuelas. Mientras
aquí tirábamos los libros, allí duraban generaciones.
-¿Son
conscientes en el Tercer Mundo de la importancia de aprender?
-Sí, mucho más que nosotros, pero carecen de medios. Mientras que
aquí los chavales estudian, pero sus papás les dan todo hecho, en países
como Chad, Burkina o Níger saben que aprender a escribir y a sumar les
puede salvar la vida. En algunos países los chavales caminan quince o
veinte kilómetros para ir a la escuela. Y cuando vas a lugares remotos,
muchas veces no te piden comida, te piden solamente lápices. No porque
no los haya, sino porque no pueden comprarlos.
-Eres de
los que vuelves al cabo de los años a un lugar, haces un seguimiento de
la gente. ¿Por qué ese interés en saber qué ha sido de las cosas?
-Yo uso la cámara para explicar historias y dar a conocer una serie
de injusticias. He aprendido que la gente más humilde es la que más me
ha dado y de la que más he aprendido. Así que si voy a un lugar, hago un
reportaje, y puedo ayudar a estas gentes, lo hago y creo un vínculo.
Como me implico bastante al hacer los reportajes, luego no puedo
distanciarme de la gente.
-¿Qué
imagen actual distorsiona más la realidad?
-La de la política , que está totalmente adulterada y ya nadie se
cree nada. Es un reflejo de cómo va el país. Hace quince años una
información en un periódico de derechas, de izquierdas o de centro, era
un poco cambiante pero no había las diferencias de ahora. Hoy a los
políticos no les importan los ciudadanos, el medio ambiente, la tercera
edad, si la juventud tiene o no vivienda, si se cargan un parque natural
para construir un campo de golf. Lo único que desean es enriquecerse.
Esto influye en que la actualidad no sea muy objetiva.
"Ahora la economía y la publicidad
son las que mandan en la información"
-¿Es más
duro lo que ves en España o en el Tercer Mundo?
-Creo que lo paso peor aquí, porque tenemos los medios y no hacemos
absolutamente nada. Vivimos tan deprisa que no nos paramos a ver las
consecuencias de lo que hacemos. Destruimos los bosques, contaminamos el
agua... esto va a un ritmo aceleradísimo. Para mantener nuestro estilo
de vida, para cambiar el coche o el móvil cada poco tiempo, vamos
destrozando a los países más pobres. Por ejemplo, cuando voy a Nigeria o
Camerún, veo que donde antes había un bosque y un pueblo, ahora una
petrolera se ha cepillado el bosque, todo está contaminado y se ha
cargado a toda la población. Esto es preocupante, porque no nos
enteramos o no queremos saber absolutamente nada.
-Frente al
interés que muestras por las vidas de los que fotografías, ¿por qué
nuestra sociedad se separa cada vez más por razas, autonomías...?
-Yo creo que la población no vive separación por autonomías, es algo
creado. Ahora los políticos se dedican a enriquecerse y crispar a la
gente para conseguir votos. Los catalanes, vascos, gallegos o andaluces
de a pie no les importan. Yo me indigno cuando estoy aquí, en Cataluña,
y oigo las barbaridades que dicen los políticos. Es tanto terrorismo el
que mata, como el terrorismo dialéctico o el ambiental. Un político que
incita a la rebelión sin causa alguna, también es un terrorista y
tendría que estar encarcelado a cadena perpetua. Un político que cambia
las leyes y convierte un parque natural en una urbanización, practica
terrorismo ambiental y también merece cadena perpetua.
-Haciendo
caso omiso de los periódicos, y partiendo de tu experiencia, ¿cuáles son
los mayores problemas que asolan el Tercer Mundo?
-La globalización hace que estemos mucho peor, porque en todas
partes hay de todo, pero solamente se benefician los países ricos
mientras que los pobres son más pobres. Un país como Brasil exporta
muchas riquezas, sin embargo, y dentro tiene múltiples carencias. En
Níger puedes encontrar a la venta un BMW, pero la población no lo puede
comprar, con lo que se crean zonas económicas muy potentes que solamente
favorecen a los dueños de la industria. Guinea Ecuatorial, debido al
petróleo, debería tener una renta per cápita que sería cincuenta veces
mayor que la de España y mira cómo están. Vivimos en un momento en que
la riqueza de un país es su desastre. Si no tienes porque no tienes, y
si tienes vienen los países ricos y las multinacionales y te joden.
Foto: ©
Kim Manresa
"Es
tanto terrorismo el que mata como el terrorismo dialéctico o
ambiental. Un político que incita a la rebelión sin causa
alguna, tendría que estar encarcelado" |
-¿Qué
soluciones mejorarían la vida de miles de personas?
-Me preocupa que no llegue el dinero que se da a través de ONG. Con
la cantidad de euros que se donaron para el tsunami se podría haber
reconstruido el país varias veces, pero no ha llegado. Y eso que allí
las cosas son más baratas que aquí. Por ejemplo, España aportó una
fortuna para ayudar a reconstruir Nicaragua y Salvador después del
huracán Mitch. Y si vas a esos países, te encuentras con que la gente
está desesperada porque no han recibido absolutamente nada. El dinero
llega y se lo queda la gente que tiene recursos. España dio un montón de
medicamentos a Iraq, y se los quedó un hospital que no era el que más
los necesitaba, y luego los vendió. En Mauritania ves a la venta
alimentos del Mercado Común que son gratuitos.
-¿Por qué
nunca llegan a nosotros las noticias tal y como tú las cuentas? ¿Por qué
los medios disfrazan de rosa la realidad?
-Porque, a diferencia de antes, los medios son menos independientes.
Antes un medio podía ser de derechas o de izquierdas pero estaba al
servicio de una comunidad. Ahora la economía y la publicidad son las que
mandan en la información.
-¿Cuáles
son los pequeños placeres de la vida que valora Kim Manresa?
-Me gustan mucho la amistad, la familia, la honestidad, dar un
paseo, ver a los amigos, ir con mi hija a dar una vuelta, explicarle
cuentos de animales. Cuando viajo y voy por el desierto, me gusta
encender un fuego donde reunirnos todo el pueblo, bailar y contar las
cosas que han pasado durante el día. Amo las cosas participativas; lo
que no me gusta es este individualismo que perdura hoy en día.