Ha sido época
de elecciones y he ido a comer con Nando, el delegado sindical de mi
empresa, que es muy activo políticamente. Venía de una mesa electoral y
se había encontrado con uno que llegó gritando:
-¡¡¡Vengo a
votar!!! ¡¡¡Me cagüen la leche!!!
-Bien, ¿está
usted empadronado?
-¡¡¡No!!! Es
así mi carácter. ¿Qué pasa?
Aunque lo que
más le gusta es la política internacional, tema del que sabe mucho:
¿Sabes cómo
se manejan los conflictos internacionales en la ONU?
1- Si el
problema es entre una superpotencia y un país pequeño, éste
desaparecerá.
2- Si el
conflicto es entre dos países pequeños, desaparecerá el problema.
3- Si la
discusión es entre dos superpotencias, lo que desaparece es la ONU.
Ponemos el
aceite de oliva en una cazuela de barro de poco fondo y freímos los
trozos de pollo sazonados. Los reservamos.
A su hijo no
le engaña, ya le dice directamente lo que se va a encontrar en la vida:
-Papá, ¿todos
los cuentos empiezan por "érase una vez…"?
-No hijo mío,
algunos empiezan con "si mi partido ganara las elecciones..."
En la misma
cazuela rehogamos la cebolla en trozos pequeños y el tomate rallado, sin
piel ni semillas, durante cinco minutos. A continuación echamos los
trozos de pollo en la cazuela y el arroz, y volvemos a rehogar todo
junto un par de minutos. Cubrir con el caldo de pollo. Ya sabes, la
cantidad de agua será doble que la de arroz. Es un poco rojillo y se
sabe muchos discursos de Fidel:
-…imperialismo yanqui… porque en Cuba aun con el bloqueo, nadie se va a
la cama sin cenar…. - En esto que dice un niño:
- Fidel, yo
hoy no he cenado.
- ¡¡¡Pues no
te acuestes!!!
En un mortero
machacamos el ajo, azafrán y perejil, lo añadimos a la cazuela y
rectificamos de sal.
A mitad de la
cocción, colocar el pimiento rojo asado en tiras sobre el arroz. Cuando
el caldo se haya consumido apagar el fuego y dejar reposar diez minutos.
Espero que os guste, me despido con un relato que, según Nando, fue
histórico. Hasta la próxima.
Hitler se va
de viaje y de repente, al tomar una curva, aparece un cerdo en la
carretera y lo atropellan, matándolo en el acto. Entonces le dice al
chófer que informe a los dueños de la granja del accidente. Hitler
espera una, dos horas… Por la tarde aparece de nuevo el conductor con
signos de haber tomado una copa de más, y le pregunta:
-¿Por qué ha
tardado tanto?
-Es que me
han invitado a una fiesta.
-¿Por haber
matado a un cerdo?
-Bueno, es
que les dije que era el chofer de Hitler y que había matado al cerdo.