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EL ARBOL DEL BUHO

 

  ¿Cómo puede alguien entender a una persona que no dice lo que piensa y que además espera que se hagan las cosas como ella dice, aunque realmente no las dice directamente sino que te las da a entender, y que si no se hacen como ella dice, te dice que no la quieres?

 

MARZO 2007

EL ARBOL DEL BUHO
Las mujeres tenemos fama de...
POR ELENA G. GOMEZ

"Estamos tan condicionadas por los valores masculinos que hemos cometido el error de emularlos al precio de nuestra propia femineidad" (Petra Nelly. Diputada del Partido Verde Alemán)

Paralelamente a que cada día me siento más orgullosa de ser mujer, también me siento más responsable de destruir todas aquellas cosas que impiden que salga la auténtica mujer que todas llevamos dentro.
Muchas veces hablamos de la revolución de la mujer, de la igualdad, de los derechos, y de muchos otros aspectos que son, ciertamente, importantes, pero muy pocas veces hablamos de esas cosas pequeñas, de ésas que aún llevamos puestas y tan pegadas a nosotras que no valoramos y, sin embargo, forjan nuestra imagen.
Muchas de nosotras nos enfadamos cuando dicen cosas sobre las mujeres, sobre todo si son hombres los que las dicen, pero ¿qué hacemos para romper esa imagen? De momento, mal que nos pese, muchas de las cosas de las que tenemos fama son una realidad.
Las mujeres tenemos fama de…
Criticonas. Capaces de despellejar no sólo al pollo para la paella, sino a todo "hijo de vecino" y mejor si es "hija de vecina", que se nos ponga por delante. Y digo yo, cuando se critica a alguien ¿no están quedando en evidencia las propias carencias? ¿Criticar no es un instrumento del débil para hacerse el fuerte?
Charlatanas. Que hablamos por los codos. Que hablamos sin ton ni son. Que hablamos por hablar. Pues sí, es cierto, y si además hay más de dos mujeres juntas aquello parece un gallinero. ¿Por qué? Pues la verdad es que no lo sé, pero es un fenómeno paranormal, o una especie de locura colectiva, o un concurso de fuerza para ver quién habla más alto y a quién se escucha más.
Incomprensibles. Sí, y por una vez y sin que sirva de precedente me voy a poner de parte de los hombres, porque ¿cómo puede alguien entender a una persona que no dice lo que piensa y que además espera que se hagan las cosas como ella dice, aunque realmente no las dice directamente sino que te las da a entender, y que si no se hacen como ella dice, te dice que no la quieres?
Pasivas. Y no me refiero sólo a la cama, que muchas también. Me refiero a la actitud en la vida. A preferir que otros lleven la iniciativa, tomen las decisiones, se lleven las tortas, porque está claro que cuando tienen éxito decimos eso de que "detrás de todo gran hombre hay una gran mujer".
Pijas, cursis o ñoñas. (A gusto de la consumidora). No me refiero a las niñas de papá y mamá. Me refiero a esa actitud de gritar si ves un ratón. O decir el "asco" que te dan los bichos. (Siempre me quedo con las ganas de saber lo que opinan los "bichos" de nosotras). O el miedo que te da tal o cual cosa.
Y podría seguir diciendo muchas cosas más, pero aparte de que no quiero que alguna no me vuelva a dirigir la palabra, me gusta mucho más pensar que algún día las mujeres tendremos fama de…
Compañeras. Capaces de tender nuestra mano amiga cuando alguien la necesite sin que nadie se dé cuenta. Capaces de minimizar los defectos de las demás porque resaltemos mucho más sus cualidades. Capaces de dar un abrazo para reconfortar a quien se sienta débil. Pero sobre todo capaces de ver las cualidades de los demás y desear contagiarnos de ellas.
Profundas. Cuidando del valor de la palabra. Aprendiendo a escuchar y a hablar desde dentro. Haciendo que la palabra sea un arte y que puedan ser un bálsamo que cure, o el aliento que anime, o un beso que acaricie, o la alegría que contagie.
Coherentes en nuestros actos. Claras en nuestras palabras. Transparentes en nuestros sentimientos y, sobre todo, sencillas. Diciendo siempre lo que pensamos. Dejando que hable nuestra mente a través del corazón.
Activas. Activas por nosotras mismas, porque queremos superarnos, queremos conquistar nuevas metas, nuevos objetivos y para ello no necesitamos compararnos con nadie y mucho menos enfrentarnos al hombre.
Aventureras, valientes, intrépidas. Con ganas de conocer lo desconocido, indagar en lo oculto, romper los limites impuestos por conceptos y normas que ya no nos pertenecen.
Creativas. Porque cada instante de la vida es un momento distinto que se puede llenar de magia, de color, de calor, de sensibilidad.
Fluidas, como agua. Porque seamos capaces de meternos por todos los rincones, abrir agujeros en los muros y saltar todos los obstáculos creados. Filtrarnos por las grietas y llenar, con nuestra compañía, el vacío que otros puedan sentir.
Todo esto y mucho más podemos ser cada una de nosotras, todo si nos cuidamos unas a otras, si velamos por construir esa nueva mujer.
Y ésta es una aventura que no tiene límites.
Y también es una asignatura pendiente que nosotras, y sólo nosotras, podemos superar. ∆

"Quién sabe lo que las mujeres podrán llegar a ser cuando finalmente sean libres de ellas mismas" (Betty Friedan. Escritora)

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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