JUNIO 2007
Aniversario de solidaridad
Se cumplen veinte años de la formación de la
ONG Solidarios, que nació en la Universidad Complutense de Madrid de la
mano del profesor José Carlos García Fajardo. Desde entonces miles de
estudiantes se han formado como voluntarios y participado en diversos
proyectos de nuestro país, América Latina y África. Hacemos un repaso
con su fundador de estos intensos años de trabajo.
Texto: Marta Iglesias. Fotos:
Solidarios.
-¿Cuál es
su balance personal de estos veinte años de trabajo en favor de los más
desfavorecidos?
-Me siento como un niño en un cuerpo viejo que se pregunta qué ha
pasado. Llego a los setenta años, a la jubilación de la Universidad, y
miro hacia atrás sin comprender todo lo que se ha hecho. Lo hicimos
porque no sabíamos que era imposible. Si me dicen que íbamos a crear
veinte centros de medicina preventiva en universidades africanas; que
íbamos a mandar 800.000 libros seleccionados a Escuelas Normales de
América Latina, a los departamentos de español de África y a las
prisiones en España; o que enviaríamos 62 toneladas de medicamentos a
hospitales necesitados, no lo hubiera creído.
-Me habla
fundamentalmente de proyectos en el exterior, pero su labor en nuestro
país es también muy amplia...
-Sí, hoy tenemos más de veinte personas en nómina en Solidarios,
pero empezamos con medio litro de leche que calentábamos en un
infiernillo para dar a quien dormía en la calle. Hoy son doce toneladas
al año que se reparten en diferentes ciudades. Sólo en Madrid hay 150
rutas para llevar a las personas sin hogar un café con leche, un
bocadillo, pero sobre todo unas palabras y orientación por si una
persona necesita ir a un médico, o nos pide papeles, ropa... Es decir,
darles la confianza pero no forzarlos a nada. Luego fuimos a ver a un
estudiante de periodismo que estaba en la cárcel y de ahí nacieron las
aulas de cultura que ahora existen en varias prisiones de España.
Gracias a ellas cada sábado hay una charla de un escritor, un
periodista...
Luego vino la ley que ayudamos a elaborar a Cristina Alberdi,
indicándole que todo voluntario tenía que tener una póliza de seguros.
Y luego la niña de mis ojos, el Centro de Colaboraciones Solidarias, que
cada viernes envía siete artículos muy bien editados a 1.500 periodistas
para que con ellos hagan lo que deseen, desde publicarlos a utilizarlos
por trozos. Lo que nos importa no es que nos lea el lector sino formar
al formador.
"No poseemos nada propio porque sé que cuando un sueño tiene bienes se
deteriora"
-¿Dónde
podemos localizar a Solidarios?
-Todo el trabajo se ha hecho desde diversos lugares prestados. Por
ejemplo, mi despacho y el Centro de Colaboraciones Solidarias está desde
hace años en los vestuarios de rugby de la Universidad, a quien estamos
muy agradecidos. No tenemos nada propio y nos mantendremos así mientras
yo viva. Como Profesor de Historia del Pensamiento Político, Económico y
Social sé que cuando una idea, un sueño, un proyecto tiene bienes
inmuebles se deteriora. Desde el cristianismo hasta los franciscanos o
los jesuitas, todo lo que empezó como un sueño de grandeza se destruye
cuando te atan las cosas... Y se lo digo a los jóvenes cada vez más:
España es el país de Europa que tiene más viviendas en propiedad, con lo
cual se ponen ellos mismos las cadenas con las hipotecas.
"Si no aportamos
propuestas, estamos siendo cómplices de este modelo de
desarrollo miserable" |
-¿Cómo
llegan los universitarios hasta vosotros?
-Es muy sencillo: yo soy profesor desde hace treinta y tres años, y
en Periodismo enseño Historia de las Ideas. Un día al salir de clase un
grupo de alumnos me preguntó si podíamos ampliar los temas de justicia y
desigualdad que hablamos en clase, así que quedamos un lunes a la hora
de comer y de ahí nació el primer Seminario de Solidaridad, que sigue
todavía hoy, por internet mediante el Ciberseminario y con el Manual del
Voluntario, que publicamos y utilizan varias ONG.
A todos los voluntarios les pido una hora semanal de formación, algo
fundamental, porque si vamos a una cárcel allí encontraremos a un
extranjero, a un joven, a un viejo, a un homosexual, a un asesino, a una
prostituta... A todos hay que saber tratarlos bien. Y luego, son
obligatorias dos horas semanales de servicios durante todo el curso,
porque no se puede ir durante meses a ver a un anciano o a un preso y un
día desaparecer, porque se han acostumbrado a tu presencia. Hay
universitarios que quieren dedicar más pero no se les deja para que
hagan deporte, estudien idiomas, para que se diviertan. Así no fallarán
nunca.
-Solidarios
es también un referente en servicios universitarios...
-Un día vi una chica en silla de ruedas que estaba esperando a que
alguien la subiera, y puse en marcha el proyecto PAED (Proyecto de Ayuda
a Estudiantes Discapacitados) que ha hecho que la Complutense sea la
Universidad de España que tiene mayor número de discapacitados. Tenemos
un sistema por el que un compañero va a buscar a esa persona
discapacitada a su casa y la lleva a clase. Una de las cosas que más me
satisfacen es que cada año tenemos unos 160 estudiantes que viven con un
anciano que se encuentra solo. No se pagan, pero cenan juntos. El chico
tiene su llave y sale los viernes, mientras la persona mayor recupera la
alegría de vivir. En Londres nos dieron un premio por este programa. Y
luego tenemos más de mil jóvenes y personas mayores que visitan a un
anciano un día a la semana dos horas. Se toman un café o les llevan al
callista o les hacen un escrito. Es el nieto adoptivo.
"Gracias al programa
PAED somos la universidad española con más alumnos
discapacitados" |
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-¿Qué
rasgos identificativos caracterizan a los voluntarios de la asociación?
-Los mismos que están firmados en la Convención de París, que
firmamos las coordinadoras de ONG de Europa, y que son cinco normas. Por
un lado está la gratuidad, el dar sin esperar nada a cambio; la
continuidad, si no estás dispuesta a seguir, no empieces; trabajar en un
programa de una ONG seria; no confundir la realidad con los deseos,
porque no puedes aprovechar el dolor de un preso o un enfermo terminal
para adoctrinarle con el libro rojo de Mao; y por último respetar todas
las maneras de pensar y de ser, porque no queremos cambiar el mundo,
queremos cambiarnos nosotros para que se cambien las estructuras. Si
nosotros no luchamos por la justicia, si no denunciamos y si a la
protesta no aportamos propuestas alternativas, entonces estamos siendo
cómplices de este modelo de desarrollo miserable, neoconservador,
capitalista. O ideológico. Por eso ayudamos a que los demás se ayuden.
-¿Qué sigue
siendo el profesor Fajardo para Solidarios?
-Soy el fundador y el presidente, por lo que presido la asamblea, la
junta directiva, doy conferencias y charlas, y todos los lunes presido
el consejo de redacción. Ahora me quedo convertido en el director del
Centro de Colaboraciones Solidarias porque hace falta alguien de
prestigio, un buen periodista. Ya no me preocupo tanto de los proyectos,
los seminarios, los servicios... no podría. Por eso hay buenos técnicos
llegados por concurso o que llevan aquí muchos años.
Le echaremos de menos... profesor. |