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JULIO 2007
Pepu Hernández
Entrenador.
Seleccionador Nacional de Baloncesto |
Se
enamoró sin remedio del baloncesto a los seis años. Entonces soñaba con
ser un jugador profesional, pero su talento no consistía en jugar en la
cancha sino en diseñar las estrategias que en ella había que
desarrollar. Tocó el oro con el triunfo de la Selección Nacional de
Baloncesto en el Mundial de Japón, y ya se prepara para los Campeonatos
Europeos que se celebrarán en nuestro país.
Texto: Marta Iglesias.
Fotos: FEB
Espíritu de equipo
Habla del
baloncesto como de un estilo de vida, una fuente inagotable de valores.
En Pepu Hernández el baloncesto todavía es un deporte puro, que forma a
las personas mientras las prepara para la victoria... o la derrota. Para
este entrenador, la única base en la que se apoyan los éxitos es el
grupo; sin él no existiría el resto.
-¿Qué le engancha de
este deporte, desde que en su infancia soñaba con ser un jugador de
baloncesto profesional?
-Pues una serie de circunstancias. Yo he crecido con el baloncesto
porque estudié en el colegio Ramiro de Maeztu -fundador del Estudiantes-
donde prácticamente se confundían las asignaturas. Para nosotros el
tener matemáticas, latín, griego y baloncesto casi era lo mismo. Este
deporte para nosotros era educación, porque nos inculcaron los valores
que transmite de forma especial el baloncesto: la amistad, la
generosidad, el juego en equipo, el trabajo en equipo -que no siempre es
lo mismo-, respeto, confianza...
Trabajo
en equipo
-¿Cómo logra extraer
de cada jugador sus mejores características?
-Yo tengo una
teoría y es que los entrenadores debemos ser ayudantes de los jugadores
y estar sobre todo cuando ellos nos necesiten más. Lógicamente también
tenemos una función muy especial para coordinar las voluntades de todos
y que haya una puesta en común, de modo que todos estemos de acuerdo en
lo mismo. Eso es lo más importante: que esté todo el equipo funcionando
en la misma dirección. En ese aspecto lo primero que tenemos que hacer
los entrenadores es mantener lo que ya funciona.
“Los entrenadores debemos ser ayudantes de los jugadores y
estar sobre todo cuando ellos más nos necesiten” |
-¿Hasta qué punto es
importante para los jugadores no encasillarse en una posición rígida,
ser flexibles en el juego?
-Considero
que es algo muy bueno. Es lógico que exista una disciplina básica y una
vez entendida ésta, que tu juego pueda tener variantes, flexibilidad,
posibilidades. Porque si estás excesivamente encorsetado llegará un
momento en que no estarás haciendo lo que a ti te gusta hacer. No
estarías haciendo tu trabajo sino el de otros, y creo que es preferible
el sentirte cómodo en lo que estás haciendo, sentirte con cierta
libertad entregado al equipo.
-¿Cree que el grupo
permite ver las características de cada jugador o las oculta en un juego
global?
-Esa es una
de las cosas que me preocupan, porque puedo estar cometiendo una
injusticia al estar hablando tanto del grupo. Parece que el equipo va a
tapar al individuo y yo no quiero que eso ocurra nunca. La realidad es
que el baloncesto se inventó como juego de equipo y solamente como tal
se pueden ganar competiciones. Pero el equipo lo forman los mejores
individuos y el mejor no es el que mete más canastas sino el que también
es capaz de ofrecerse al grupo. La mejor opción sería: primero es el
equipo, que te elige porque individualmente eres bueno; pero después
destacas más, individualmente eres capaz de más cosas porque estás en un
grupo que te protege y te arropa.
Pepu
entrenador y persona
-¿Cómo le influye la
presión de la afición que busca resultados?
-Yo no
entiendo la presión, pero sí la ilusión. Siempre he dicho que la mejor
presión es la que viene de dentro del grupo, por lo tanto es algo que
puedes manejar porque equivale a tu propia ambición. Un defecto de
presión no te permite competir porque no llegas con la fuerza necesaria,
pero un exceso de ella te puede llegar a paralizar. Por eso creo que es
mejor hablar de la presión que produce el grupo, que en el caso de la
Selección es alta, ambiciosa y suficiente.
-Su generosidad como
entrenador quedó patente al ocultar la muerte de su padre a los
jugadores en la final. ¿Cuál siente que es su parte en el equipo?
-Considero
que es una parte más. Entiendo que los protagonistas son los jugadores
porque son ellos los que viven más intensamente, los que sufren. Ya me
gustaría a mí sentir lo que sienten ellos en la cancha, pero no pude
conseguirlo como jugador. Como entrenador quiero poner mi parte al
equipo, sobre todo tomando decisiones y ayudando al jugador con
propuestas cuando no tiene la frescura y la capacidad para resolver
determinadas cosas. Ahora, eso sí, yo doy dos significados a la palabra
jugador: el que juega y también el que se la juega. Y en esto segundo
participamos todos. A lo mejor yo no juego, pero sí me la estoy jugando
con ellos, estamos apostando, tomando decisiones, lo cual nos hace
sentirnos también intensamente partícipes del baloncesto. Por eso creo
que es muy agradable ser entrenador de baloncesto, aunque parezca que en
muchas ocasiones sufrimos en exceso.
“Yo doy dos significados a la palabra jugador: el que juega
y el que se la juega. Y en esto último participamos todos” |
-¿Se siente solo en
su labor de entrenador?
-Sí, hay
tiempo para todo. Alguna vez sí me siento solo, aunque afortunadamente
sólo son los primeros momentos. Pero en la última competición con la
Selección Nacional no he tenido esa sensación nunca. Me he sentido
perfectamente arropado por los jugadores, por el equipo técnico, que
tiene muchísima más experiencia que yo en competiciones internacionales,
y por la Federación.
-¿De quién aprende
Pepu Hernández?
-A mí me
gusta aprender y procuro hacerlo absolutamente de todo. Y este pasado
verano ha sido muy importante para todos en general, porque creo que de
alguna forma todos hemos aprendido de todos. Ha habido comportamientos
personales extraordinarios en todo momento, por parte de los
fisioterapeutas, médico, delegado, entrenadores ayudantes, jugadores. La
experiencia nos va a servir para mucho tiempo porque se han vivido no
solamente situaciones deportivas, sino cuestiones personales de
superación de dificultades o convivencia. Creo que esto nos va a servir
para otro tipo de competiciones y también para aplicar como personas en
nuestras vidas.
-En realidad el
baloncesto es un trabajo diario con personas...
-Sí, lo cual
es mucho más que deporte. Cuando hablo con entrenadores jóvenes les digo
que este trabajo es muy pobre si solamente enseñas técnica y táctica. El
entrenador puede cubrir otras facetas, como la promoción de un jugador,
y sobre todo enseñar otros valores. Pero para eso tenemos que ser buenos
comunicadores, tenemos que saber explicar para poder colaborar, para
ayudar en el conocimiento del deporte.
“Este trabajo es muy pobre si sólo enseñas técnica y táctica.
El entrenador puede también enseñar valores”
-Con lo rápido que
sucede un partido de baloncesto y la presión que tiene para conseguir
resultados, ¿dónde encuentra Pepu Hernández el equilibrio?
-El
equilibrio es importante e imprescindible. Me gusta que menciones esta
palabra porque realmente es lo que tenemos que buscar en nuestra forma
de actuar. Lo buscamos en nuestro concepto del trabajo, el descanso y el
ocio. El equilibrio en que no haya prejuicios ni obsesiones. El
equilibrio entre una preparación de un partido exhaustiva pero
compensada con lo que tú puedes admitir, con lo que te pueda servir.
Tenemos que buscar el equilibrio hasta en nuestros desplazamientos de un
partido a otro para que no haya un cansancio extra. Que exista un
equilibrio de emociones. En este caso me parece injusto para los
entrenadores y para los jugadores que una derrota nos dure tres semanas
y una victoria veinte minutos. Es insano, no es bueno para nuestra vida
y nuestra profesión. Todo esto me preocupa y es algo en lo que estoy
constantemente vigilante.
-¿La tensión
emocional la autogeneráis o es provocada desde fuera?
-Muchas veces
es nuestro problema. Yo, al menos, me considero muy autocrítico pero he
llegado a la conclusión de que tienes que analizarte pero no debes de
ser tan crítico como para castigarte. Lo que sí es importante es que
inmediatamente después de un partido -ganado o perdido- hagamos una
autocrítica para tratar de sacar conclusiones. Si tardo mucho en
sacarlas ya me estoy castigando, estoy desviando la tensión y
posiblemente me estoy desviando de mi trabajo, de llevar al grupo
adelante, de servir al grupo en todo momento.
“Primero es el equipo, que te elige
porque individualmente eres bueno. Pero después destacas más
porque estás en un grupo que te protege y te arropa” |
Estrategia
de partido
-¿Ganar el Mundial de
Baloncesto crea en la cabeza de los jugadores la idea de que no hay nada
imposible?
-Ese es uno
de los detalles importantes. No cabe ninguna duda de que ahora mismo hay
doce campeones del mundo y doce jugadores que conocen cuál ha sido
nuestro camino, cuál fue nuestro sacrificio, cómo fueron los detalles,
cómo fue la relación personal que llevó a que ese buen ambiente
contribuyera a conseguir un campeonato del mundo.
-¿Cómo se logra
luchar por un partido sin tener en cuenta las desventajas, un marcador
en contra, o un mal partido anterior?
-Hay que
verlo todo con un espíritu optimista, confiar en tus posibilidades, y
además saber que uno solo no puede hacerlo. Por eso es muy importante
que haya una puesta en común, que haya un grupo detrás de gente honrada
en el que todos quieran apostar en la misma línea, con buena
colaboración, con generosidad para el que lo necesite. También es
imprescindible la comunicación dentro del equipo en todos los sentidos y
no sólo en una misma dirección. Porque si los jugadores conocen las
virtudes y también los defectos de sus compañeros pueden ser capaces de
cubrirlos, y estos dejan de ser significativos. Entonces eres un equipo
cada vez más sólido y más difícilmente derrotable: ya tienes una fuerza.
-¿Cómo afronta el
Campeonato Europeo, que se jugará en España en septiembre de este año?
-Con una gran
ilusión, sobre todo por las sensaciones que tengo de que el grupo quiere
volver a estar unido y tratar de revalidar la victoria. El equipo quiere
agradecer el apoyo que nos dieron todos los aficionados que nos
siguieron en el mundial y tenerlos muchísimo más cerca, como va a ser
este caso del Europeo en España. Si sumamos otra vez trabajo de
coordinación, de búsqueda de puesta en común, de buenas sensaciones, de
buenas relaciones, de apuestas por la elección estratégica, de la
aportación de cada jugador, de la generosidad o de la confianza y el
respeto que deben ser las bases de nuestro trabajo... es posible que
logremos un premio. Ya he dicho a los jugadores que para este campeonato
la medalla de oro la guardemos en casa; no nos la llevemos puesta; vamos
a empezar de nuevo. A mí particularmente me gusta muchísimo el camino,
la preparación, sentar las bases para que luego todo fluya con
naturalidad. Si luego ganamos, estupendo. § |
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