En nombre de la tradición, una organización asturiana
pasa a engrosar la vergonzosa lista de instituciones culturales (entre
otras) que niegan el acceso femenino o que destinan para ellas puestos de
inferior rango, como sucede en las cofradías andaluzas de Semana Santa, por
ejemplo. |
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FEBRERO 2007
En nombre de
la tradicion
POR ISABEL MENENDEZ
El
Monte Athos o Agios Oros (en griego), monte más sagrado para los
griegos, es el único estado monástico del mundo, dedicado como es obvio
a la oración. Está en la parte más oriental de la Península Calcidica y
fue fundado en el año 963 por el monje Atanasio, consejero del emperador
Nicéforo, que creó entonces el primero de los monasterios, el de la Gran
Lavra. Hoy en día siguen existiendo más de veinte en esta república
autónoma, que se reparten por espesos bosques y escarpadas costas, en un
marco natural de gran belleza y circunscriptos por una gran muralla.
Intramuros, se conservan valiosos tesoros del arte bizantino como
iconos, manuscritos u objetos de culto. Además, los monasterios están
habitados por una comunidad de monjes que ronda el millar.
En esta comunidad monástica, paradisíacamente ubicada, conviven historia
y naturaleza, un lujo al alcance de algunos. En efecto, se pueden
solicitar estancias de hasta cuatro días, totalmente gratuitas, que
incluyen alojamiento y comida. Para ello, es necesario demostrar el
interés por la religión o la investigación y solicitar un permiso en el
consulado y luego en Grecia pues únicamente se otorgan cuatro permisos
al día desde Atenas y diez desde Salónica. No obstante, es seguro que la
visita merece la pena. Pero absténgase de soñarlo siquiera, por muy
religiosa que usted sea, si pertenece al sexo femenino. Este lugar que
parece un paraíso, especialmente para quienes son creyentes, está
terminantemente prohibido a las mujeres porque en su tradición se indica
que está prohibida la entrada a "animales hembra".
Seguramente a alguien le sonará un poco anticuada, por no decir
discriminatoria, esta forma de relacionarse con el mundo, claro que
también podemos pensar que los monjes que están meditando desde el siglo
X todavía no se han enterado de la necesidad de ver a las mujeres como
iguales. Pero la realidad se obstina en demostrarnos que existen todavía
muchas tropelías en nombre de la tradición. Véase al respecto la
negativa de los artesanos de Cangas de Narcea (Asturias) a que las
mujeres puedan formar parte de su grupo. No es que la tradición imponga
la exclusión de las artesanas (que seguro que también las hay) sino que
han modificado sus estatutos precisamente para impedir su incorporación.
Y aunque ha habido ruido, no ha sido tan potente como la famosa Descarga
pirotécnica de la que se encarga este colectivo en esa localidad. En
nombre de la tradición, una organización asturiana pasa a engrosar la
vergonzosa lista de instituciones culturales (entre otras) que niegan el
acceso femenino o que destinan para ellas puestos de inferior rango,
como sucede en las cofradías andaluzas de Semana Santa, por ejemplo.
Otras instituciones, sin embargo, dan un paso adelante y rompen con los
prejuicios que se mantienen en nombre de la tradición. Menos mal. Es el
caso de los beefeater ingleses (los guardianes de la Torre de Londres),
ya saben, esos señores vestidos con traje de gala de color rojo
escarlata y oro (el de diario es azul) y sombrero, que han roto con
cinco siglos de discriminación. Los beefeater se encargan de guiar a los
turistas por la Torre, además de participar en la ceremonia de las
llaves que cierran la puerta todas las noches. Otra de sus tareas es
cuidar de los cuervos que, desde hace cientos de años, habitan en el
edificio y que forman parte de la superstición y mitología inglesas. La
leyenda dice que seis de esos pájaros deben residir en la Torre,
construida en 1078, para asegurar el futuro del Reino.
Existen menos de 40 beefeaters, todos ellos servidores durante al menos
22 años en el ejército, la marina o la aviación inglesas. Pues bien, por
primera vez una mujer ha sido seleccionada para cubrir una vacante, tras
competir con cinco caballeros, y formará parte de esa histórica
institución, al tiempo que será retratada por todo turista que se
precie. Enhorabuena. ∆ |