FEBRERO 2007

UN MUNDO SIN LIDERES

La humanidad no produce
líderes así, más bien fabrica marionetas a las que coloca en la
poltrona del poder y a las que "adora" durante un tiempo para luego
destruirlas o arrinconarlas en el olvido. |
Vivimos
en un mundo que empieza a mirar hacia su futuro inmediato con
preocupación, con la mayor preocupación de la historia de la humanidad.
Pero ahora no son las guerras, las invasiones, ni siquiera las
enfermedades ni los "cataclismos" económicos lo que amenaza la
existencia de la humanidad. Ahora es algo global, no humano, algo que
tiene mucho que ver con la tierra como ser vivo y su respuesta a la
conducta irresponsable e irrespetuosa de su inquilino, el ser humano.
Día a día, las noticias alarmantes, que ya han unificado al mundo
científico y a los denominados "visionarios futuristas catastrofistas",
tienen que ver con los cambios que se están produciendo en el planeta
relacionados con el clima, con la subida de las temperaturas, con el
desequilibrio medioambiental y con lo que a muy corto plazo va a suponer
todo ello para la humanidad.
Los efectos, las consecuencias, ya son visibles y patentes, pero eso es
sólo el principio, muy tenue, de momento, comparado con lo que se
avecina.
Los más optimistas dicen que aún se estaría a tiempo de frenar la
catástrofe que se avecina, pero eso sería si la humanidad, comenzando
por los gobiernos y las multinacionales que los tienen bien cogidos,
cambiaran radicalmente su política de enriquecimiento a costa de lo que
sea. Y eso me temo que es más bien imposible, sencillamente porque el
egoísmo nubla la visión, y la avaricia puede conducir a quien cae en sus
redes incluso al suicidio, aunque no se sea consciente de la realidad, o
no se quiera ver.
Y cuanto más alto y fuerte suenan las voces de aviso de los científicos
y más evidencias nos ofrece la madre tierra de sus reajustes, los
líderes mundiales, los que dirigen los gobiernos poderosos y no
poderosos del planeta, más se empeñan en seguir jugando al escondite, a
la guerra y al despiste, como si de un juego infantil se tratara.
Pero eso es así porque la mayoría de esos "líderes" han sido puestos ahí
por los que de verdad manejan el cotarro económico del planeta, por los
que ven el mundo como una inmensa fábrica que no puede dejar de producir
y a los seres humanos como a unos pobres idiotas que no pueden dejar de
consumir.
Lo tremendo es que no les falta razón, porque lo que hay es lo que ellos
han creado, y porque el ser humano está tan prisionero como ellos del
dinero, del poder que el dinero da y de la falsa imagen que todo ello
aporta al ego individual y social.
Pero todo ello es a cambio de un precio muy caro, y ése es el
agotamiento y posterior hundimiento del barco en el que la humanidad
navega por el cosmos.
En momentos como los que estamos empezando a vivir, y con las
previsiones catastróficas que ya existen, es cuando hacen falta líderes
de otra pasta, líderes que se atrevan a echar el freno, a cambiar de
política, a no ceder a las presiones de las grandes multinacionales, a
luchar por la vida, por el futuro y por la especie humana, que es lo que
de verdad está en juego.
El problema es... ¿dónde están esos líderes? Sencillamente no existen,
porque un líder se forja día a día, año tras año, en la lucha por la
justicia, por la libertad, por la dignidad y, sobre todo, por el cuidado
y protección del mundo en el que habita.
La humanidad no produce líderes así, más bien fabrica marionetas a las
que coloca en la poltrona del poder y a las que "adora" durante un
tiempo para luego destruirlas o arrinconarlas en el olvido.
Nos enfrentamos al examen más decisivo en la historia de la humanidad.
El "examinador" es la propia naturaleza, la madre tierra, y los
"examinados" somos todos, toda criatura viviente sobre el planeta.
Que nadie piense que llegado el momento, que ya está ahí, echándole la
culpa al líder de turno va a mejorar la nota final.
Todos, de una u otra forma, hemos contribuido a esta situación, es más,
lo seguimos haciendo. Y todos tendremos que afrontarla.
No hay líderes competentes, pero... ¿hacen falta? /
MAC |