Foto: Fernando Marcos |
Arte y reflexión
La música nos envuelve, los
bailarines nos transportan con su danza en espiral, pero el destino no
es nuestra alma sino nuestra mente. Hacer reflexionar al espectador
apoyándose en un espectáculo de baile no es tarea sencilla. Hojarasca
Danza lo logra con su nueva propuesta, titulada 'Desea'.
Su directora, Alicia Soto,
nos pregunta de dónde parten nuestros deseos.
Texto: Marta Iglesias.
-¿Qué elementos artísticos son
fundamentales para lograr que el espectador explore sus deseos
conscientes e inconscientes en 'Desea'?
-La imagen es el primer elemento, puesto que el espectáculo comienza
con una entrevista virtual, un hombre guapísimo y un programa de
cotilleo. Desde ese momento, el espectador se transporta ante la
televisión de su casa. He tomado elementos mediáticos muy obvios para
preguntarnos sobre lo que deseamos. Apoyándome en la danza, la palabra,
la música y la imagen hago pensar a los espectadores porque les presento
el lado oscuro del deseo. En la juventud les muestro el narcisismo, en
la comida la gula, en el sexo la incomunicación y el egoísmo, en el amor
la soledad.
-El mundo
que nos rodea, ¿qué nos impulsa a desear y qué deseamos realmente cuando
nos paramos a pensar?
-Buena pregunta. Desde un bombardeo mediático uno desea todo lo que
no tiene o lo que le venden desde la mágica caja de Pandora que es la
televisión. Cuando uno se para a pensar, ya depende de las personas.
Muchas quieren todo lo que el otro tiene. Pero tal vez si realmente la
gente se preguntase no desearía nada de lo que desea, sino que querrían
la sencillez y la felicidad.
-¿Cuál es
su original concepción de la danza que intenta trasladar al público?
-No sé si es original, pero sí sé que es diferente de otros trabajos
que veo. A mí me gusta contar historias en las que uno o varios
protagonistas viven una situación. Esto lo hace más entendible y
reconocible para el espectador, aunque a mí me resulte más complicado
desarrollarlo. El resultado es atractivo para el público, porque soy de
las que piensa que los jóvenes no van a ver espectáculos porque no se
sienten identificados con el Shakespeare o El Quijote que tiene lugar en
el escenario. Están bien como estudio, pero no como elemento de consumo.
-¿Por qué
‘Hojarasca’ es eminentemente femenina?
-Porque yo soy mujer, entiendo el mundo de las mujeres -aunque
conozco muy bien el de los hombres-, y trabajando me siento mejor con
ellas. En la mujer el movimiento es muy sensual y femenino, mueves mucho
la cabeza y los brazos. Eso en un hombre no queda bien, y por eso esta
coreografía me ha costado un poco más, ya que participan varios
bailarines y he tenido que cambiar movimientos.
-¿A qué se
llama danza contemporánea, por la que vosotros apostáis, y en qué
sentido se separa de la clásica?
-Si hablamos de técnicas puras, hay diferencias muy claras. Una es
con los pies descalzos, otra con puntas. El lenguaje del clásico es un
lenguaje muy lineal, el del contemporáneo se desarrolla en círculo,
mediante movimientos concéntricos. El movimiento en el contemporáneo
nunca para, mientras que en clásico sí porque muestra una figura-foto.
Uno utiliza suelo y otro no. Y sobre todo se diferencia en la temática:
el clásico hace repertorios como ‘El lago de los cisnes’, y el
contemporáneo habla del hombre de hoy a modo de reflexión. ∆ |