ENERO 2007
Especial Nieve
Foto: Fusión |
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La marea blanca
Olas de nieve entre la tierra y el cielo se funden en
este paisaje en cuanto llega el invierno. Entramos en los dominios de
los amantes del esquí, de la naturaleza y el turismo rural. Porque en
estos valles del norte de la provincia de León reinan los deportes
blancos en la Estación de San Isidro y en toda la zona, donde es posible
realizar múltiples actividades al aire libre. El complemento a tanto
derroche de energía lo ponen los pueblos y el trato amable en los
locales, el calor de una chimenea, la música y una copa entre amigos al
caer la noche. La gente no se lo piensa dos veces. A la primera ocasión
escapa de la ciudad para refugiarse en estas montañas. Llega a ellas por
el Valle del Alto Porma, o bien siguiendo el cauce del río Curueño donde
hay un acceso directo a San Isidro por la variante de Riopinos. A medio
camino hay municipios que ofrecen confort y buenos servicios. El
objetivo es vivir a tope unos días libres rodeados de nieve en plena
vida rural. La recompensa, regresar con la maleta cargada de
experiencias y muchas historias que contar.
Textos: Eli Cañadó/ Fotos: Fusión
Estación de Esquí y de Montaña San Isidro
Foto: Fusión |
Emoción de altura
Vive la nieve en plena naturaleza en la Estación de
Esquí y de Montaña de San Isidro. Vive la nieve en este gran centro de
ocio situado al norte de León, rodeado por un mar de cumbres. Ahí
encontrarás novedades en las pistas y miles de aficionados que, como tú,
también adoran los deportes blancos.
S i nunca has vivido cosa igual, no dejes que te lo
cuenten y ven a experimentarlo por ti mismo. A dos mil cien metros de
altitud, la cota más alta, los descensos por pistas de nieve blanca son
uno de los principales atractivos que tiene la Estación de Esquí y de
Montaña San Isidro. Este es el paraíso de los deportes de invierno y un
lugar ideal para practicar el esquí alpino, el snowboard, y pasar el día
en plena naturaleza. En los remontes hay plaza para los más atrevidos,
para los amantes del riesgo, para los que se inician en esto de esquiar
y para los que quieren relajarse y bajar por suaves laderas. Todos ellos
se encuentran en este gran parque de nieve preparado para acoger a los
miles de aficionados que llegan para aprovechar sus instalaciones. San
Isidro es un destino turístico de primer orden en invierno, pues hay que
tener en cuenta que es la mayor estación de esquí de Castilla y León.
Cada año estrena temporada con novedades y lo vemos en las mejoras que
hay en equipamientos, infraestructuras y servicios.
Multiplica tu ocio en pistas con los nuevos abonos. Podrás conseguir uno
de cinco días alternos, o uno de 2+2, con el que puedes disfrutar de dos
días de temporada Alta más dos días de temporada Baja por un precio más
barato. San Isidro cuenta con más de 23 kilómetros esquiables y medios
mecánicos para transportar a 11.760 esquiadores a la hora. En esta
estación hay descensos con distintas dificultades, y terrenos adecuados
para debutantes. Además cuenta con una gran cantidad de servicios como
alquiler de material de esquí, médico, hostal y cafetería a pie de
pistas. De modo que a lo largo del día podemos tomarnos un respiro y
aprovechar otras posibilidades de ocio sin tener que salir de San
Isidro.
Si quieres que tu escapada a la nieve te salga a pedir de boca debes
tener en cuenta unas recomendaciones. Repasa bien tu material de esquí,
y si es necesario acude a una tienda especializada, para que no te
encuentres con sorpresas de última hora. Antes de iniciar el viaje
tampoco olvides llamar al Teléfono Blanco, donde te darán el parte de
nieve para ese día. Programa tu aventura y mira la agenda, porque en San
Isidro también se realizan pruebas deportivas y diversos
acontecimientos. ∆
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Foto: Valvanera |
Vegaquemada
Parada y fonda
Como complemento a un día en la nieve, la estancia y
el descanso en los núcleos rurales se agradece. Vegaquemada es uno de
los municipios situados en el curso del río Porma, donde podremos hacer
una escala. Sus buenos servicios y las rutas turísticas serán razones
suficientes para quedarnos.
E n Vegaquemada se saborea el clima de montaña en un
paisaje intermedio de páramos que se halla junto a la ribera del río
Porma. De modo que podemos soltar los bártulos y nuestro equipaje,
porque el lugar invita a hacer parada y fonda. En este municipio
encontraremos buenos alojamientos y un ambiente muy tranquilo que nos
ayudará a relajarnos y descansar. Tras un sueño reparador puede que el
cuerpo nos pida estirar las piernas y para ello nada mejor que seguir
algún recorrido turístico por el entorno. Una propuesta interesante es
conocer la Ruta de la Nobleza y seguir el rastro de casas señoriales,
escudos y blasones en todos los pueblos del municipio. En Vegaquemada
tuvieron sus propiedades los Osorios, los Quiñones y la familia
Guzmanes, quienes hicieron de esta población Cabeza de Merindad. La
arquitectura popular era mucho más modesta. Aún se pueden ver en los
pueblos viviendas de paredes de piedra, con viejos picaportes en las
puertas, y otros elementos etnográficos como son los antiguos hornos,
los potros y los molinos. Para trazar un viaje por la historia de
Vegaquemada debemos elegir la Ruta del Arte Románico y visitar el
municipio pueblo a pueblo. En la iglesia de La Mata -del siglo XVII-
todavía se puede ver una cabecera románica incrustada, y en Candanedo
hay otro templo que guarda el estilo románico asturiano. En Vegaquemada
la iglesia parroquial es mucho más reciente, pues fue construida en el
siglo XX. Más allá de los pueblos y su arte, Vegaquemada tiene múltiples
opciones que nos permiten disfrutar del turismo rural. Hay cotos de
pesca en el río Porma y paisaje verde para realizar paseos o practicar
senderismo. En La Losilla además tenemos una comunicación directa con
León a través del ferrocarril de FEVE, así que podremos incluir en
nuestros planes una visita turística por la capital. Después, el
ambiente rural nos reclamará de vuelta a Vegaquemada donde la gente nos
ofrecerá buena atención y calidad en sus servicios. Será el momento de
hacer una pausa, charlar entre amigos y degustar con calma la sabrosa
cocina que preparan los locales del municipio. ∆
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Foto: Nan |
Boñar
Acapara miradas
Esta villa es la antesala de las montañas nevadas del
Alto Porma, y recibe en esta época del año a miles de viajeros. Boñar
reúne paisaje, naturaleza y rincones turísticos, requisitos suficientes
para visitarla, pasar unos días o quedarse a vivir todo el año.
L os nicanores de Boñar son unos deliciosos hojaldres
que se han hecho populares dentro y fuera de la provincia de León.
Tienen el sabor de las cosas bien hechas que se mantienen por tradición,
aunque estemos ya en el siglo XXI. Esta villa guarda un recibimiento
dulce para todos los que pasen por aquí, y son muchos los viajeros que
lo hacen para acceder a las montañas más altas de la zona. Los forofos
del esquí no se pierden un fin de semana sin subir a las pistas de San
Isidro. Los montañeros van de camino al Macizo de Mampodre mientras
otros deciden ir de turismo por los pueblos. La naturaleza y la nieve
son así de golosas, y Boñar es una jugosa guinda en medio de un paisaje
cubierto de nata montada. Esta villa reúne una gran actividad comercial
y concentra la mayor parte de los servicios del Valle del Alto Porma.
Otro dato sorprendente es el crecimiento urbano y el auge en la
construcción que está transformando Boñar en la actualidad. Las nuevas
viviendas en un entorno con tantas posibilidades turísticas, son un foco
de atracción para la gente que elige este lugar para vivir o como
segunda residencia. Tiene además un destacado movimiento social con
actividades que se programan desde el Ayuntamiento para distintos
sectores de población: talleres de teatro y manualidades, cursos de
informática para adultos y trabajadores, o curso de ayudante de
hostelería. Ahí está la Casa de Cultura para los que quieran más
información o disfrutar del cibercentro que está abierto al público y es
de uso gratuito. Boñar es más apetitosa aún por su entorno, y muchos así
lo reconocen. El municipio ocupa una extensa zona llena de atractivos
pueblos, ríos y montañas, rutas y opciones múltiples para realizar
deportes al aire libre. Mención especial se merece el Museo de la Fauna
Salvaje que se haya próximo a las localidades de Valdehuesa y Rucayo. A
sus pies se abre el espectáculo natural del Pantano del Porma, ideal
para los deportes acuáticos en cualquier época del año. En un futuro se
creará un observatorio de aves en la zona que aumentará el potencial
turístico de Boñar. ∆
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Museo de la Fauna Salvaje
El Arca de Noé
Coge tu ticket y entra en el increíble mundo que ha
recreado el Museo de la Fauna Salvaje. Los animales naturalizados
parecen tener vida propia mientras otros campan a sus anchas en el
núcleo zoológico fuera del recinto. Como atractivo turístico esta
colección no tiene rival.
Texto: Elisa Velázquez /Foto:Valvanera
E n el mismo municipio de Boñar, entre las poblaciones
de Valdehuesa y Rucayo, se encuentra el Museo de la Fauna Salvaje y su
extensa muestra de animales naturalizados. Más de ocho mil especies
protagonizan esta exposición propia de un safari por el planeta Tierra.
Desde una jirafa de seis metros hasta grandes mamíferos como el elefante
o el hipopótamo, felinos y primates, reptiles, aves o insectos... todos
están en este Arca de Noé. Además recientemente se han añadido nuevas
adquisiciones a la colección: dos ejemplares de takín y un ciervo
sambar, originarios de China. El recorrido por las 25 salas que componen
la muestra es poco menos que espectacular, y se puede completar con una
visita al núcleo zoológico en el exterior del edificio. Allí viven
animales en semilibertad a los que podremos acercarnos y luego realizar
un trayecto en un microbús por todo este recinto situado a orillas del
Pantano del Porma.
La conservación de los animales naturalizados que componen esta
colección dependen de la efectividad y la experiencia de un buen equipo
humano. Entre ellos se encuentra José Luís Blanco, que nos habla de su
trabajo como taxidermista para el Museo de la Fauna Salvaje.
-¿En qué consiste la taxidermia y cuál es tu labor en
el Museo?
-En pocas palabras se trata de quitarle las partes blandas al animal
y dejar la piel. A partir de ahí se toman las medidas y se hace una
escultura de poliuretano, que no pesa, y se recubre con su capa externa.
El peor taxidermista es un escultor de los buenos, pues hay que saber
esculpir la figura y darle una forma real. Además aquí vienen muchos
animales de Africa o América, de los cuales sólo llegan las pieles. Mi
labor es hacer más animales, también para un futuro museo de aves, y
controlar los que hay en la colección.
-Por cierto, has donado una colección de tres mil
aves de todo el mundo al Museo. ¿Qué destacarías de ella?
-Pues te diré que hay sólo unas ochocientas expuestas por falta de
espacio, pues estamos a expensas de abrir un museo de aves en el mismo
recinto del Museo de la Fauna Salvaje. También he donado cerca de
ochenta especies de monos de una colección que hoy en día ya no se
podría realizar, al igual que la de las aves. Porque yo llevo cuarenta
años recopilando animales, pero la mayoría de ellos están tan sumamente
protegidos que es imposible conseguirlos.
-¿Cómo reconocer que un animal está bien
naturalizado? ¿Qué señas de identidad deja un buen taxidermista?
-Las señas de identidad de un taxidermista bueno es dejar los
animales como son, en sus posturas normales, el volumen adecuado en el
cuello, las patas, la barriga, que se le vean las ondas de las
costillas, los músculos. Si está bien naturalizado y en quince días no
se estropea, el animal se seca y se conserva durante mucho tiempo.
-¿Hay diferencia entre disecar y naturalizar?
-Doñana es uno de los lugares de Europa donde se pueden ver más
animales disecados. Disecar es sacarle todas las partes blandas, hacer
una bola de papel, de viruta o de algodón, meterla dentro del animal y
dejar que se seque. Es mantener una piel para que no se estropee y ver
qué aspecto tenían el pico, las patas, las pezuñas, el colorido de las
plumas. Pero naturalizar es ponerlo de pie y darle vida.
-¿Los animales de este Museo requieren tratos
especiales para su conservación?
-El único enemigo que tienen los animales naturalizados es la
polilla. Sus larvas se van comiendo el nacimiento del pelo o de la
pluma, sólo 3 ó 4 décimas de milímetro, y el efecto es como un segado.
Aparte de tratarles con antipolilla no requieren más cuidados que
mantenerlos limpios. ∆
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